El canciller de Venezuela, Yván Gil Pinto, arremetió contra su homólogo de Israel, Gideon Saar, en respuesta a sus acusaciones de que Venezuela sirve de nexo para grupos como Hezbolá, Hamás y los hutíes en Sudamérica.
A través de un comunicado en Telegram, Gil Pinto calificó a Saar de «criminal de guerra y un genocida».
El nombre Venezuela le queda grande en su sucia boca y manos manchadas de sangre inocente.
Gil Pinto enfatizó que Venezuela es un país que lucha por su soberanía, la igualdad, los derechos humanos y el derecho internacional. A diferencia de él que representa «la barbarie y la violación sistemática de todas las normas que rigen a la humanidad civilizada».
Lo que debería estar haciendo no es mencionando a Venezuela, sino preparándose para ser juzgado por los crímenes que su gobierno comete contra el pueblo palestino.
Finalmente, el funcionario venezolano concluyó que la opinión de su homólogo no les interesa, y aseguró que «más temprano que tarde, usted tendrá que rendir cuentas ante la justicia internacional».
No nos interesa su opinión ni nos afecta su retórica desesperada. Lo único que importa es que, más temprano que tarde, usted tendrá que rendir cuentas ante la justicia internacional.