La Oficina del Alto Comisionado recordó a las autoridades el cumplimiento del derecho internacional y pidió una investigación urgente de los hechos.
“Recordamos a las autoridades sus obligaciones ante el derecho internacional, y urgimos a que se conduzcan investigaciones de forma pronta y efectiva” sobre las muertes, indicó la oficina que dirige el alto comisionado Volker Türk.
Un grupo de 27 organizaciones defensora de derechos humanos también cuestionó el operativo y aseguró que la seguridad “no se consigue con sangre”.
Entre las organizaciones firmantes del comunicado se encuentran Amnistía Internacional, Justicia Global, Conectas y el Observatorio de Favelas.
Las favelas de Río de Janeiro amanecieron el martes bajo fuego cruzado. Unos 2.500 policías civiles y militares ingresaron en los complejos de Penha y Alemão, con el objetivo de capturar a los principales líderes del Comando Vermelho (CV), la organización criminal más poderosa del estado y una de las más antiguas de Brasil.
El Comando Vermelho, fundado en la década de 1970 dentro de una prisión carioca, mantiene dominio sobre amplias zonas de las favelas y ha extendido su influencia a otros estados, incluida la Amazonía. La magnitud de la operación del martes revela la dificultad del Estado brasileño para desmantelar una estructura criminal con casi cinco décadas de historia.
*Con información de la agencia EFE
