Cuando decimos que en el hogar todos deberían buscar la armonía, esa palabra adquiere otro significado y debería ser inspiradora para todos. Cuando se expresa que todos deberíamos ser músico no se refiere a tocar un instrumento sino a entender que la familia es un conjunto de personas donde debemos enseñar, aprender y practicar cualidades que coinciden con las musicales.
Para quienes buscan la armonía ello implica construir relaciones basadas en el afecto, el amor, el desinterés, el respeto, la comprensión y la colaboración, donde cada miembro del hogar se sienta valorado y en capacidad de ser el constructor en paz su propio destino.
Y así como la armonía musical requiere que cada nota y cada instrumento contribuyan al conjunto. En el hogar, esto significa que cada persona debe aportar sus talentos, sus ideas y su disposición para crear un ambiente positivo.
Así al cultivar la "música" en el hogar estamos estimulando y aceptando la comunicación afectiva y efectiva, que permita expresar las necesidades y sentimientos de manera clara y respetuosa.
En el hogar si todos fuéramos músicos, buscaríamos la armonía en nuestras interacciones diarias y como en una orquesta, donde cada instrumento aporta su propio sonido para crear una composición fomentaríamos un ambiente de cooperación y entendimiento cultivando relaciones sanas y felices.
Y al igual que los músicos deben escuchar a sus compañeros para mantener el ritmo, en la familia es fundamental oír y practicar la amistad y el respeto. Cuando surgen desacuerdos, es vital que el director de ese singular conjunto que es el jefe de familia, sepa abordarlos con paciencia y buscar soluciones en conjunto, en lugar de imponer solo su opinión y cuando tenga plena razón entenderán que está actuando en beneficio de todos. El lleva la voz cantante.
La búsqueda de la armonía hogareña no solo enriquece nuestras vidas, sino que también nos enseña lecciones valiosas sobre como el amor en el hogar también genera lentamente un país más amoroso. Un hogar armonioso es un refugio donde todos pueden crecer, aprender y celebrar la diversidad de sus voces, creando así una vida familiar plena y enriquecedora.
La armonía y el amor en el hogar son un reconstituyente de la armonía en el país y un antídoto contra el caos y la dejadez.