Existe gratuidad en el sistema de salud para la comunidad.

El sistema de salud debe ayudar a mantener el estado de bienestar biológico, psíquico, social y ambiental (definición de salud) de los miembros de la comunidad. En el caso que se desarrolle una enfermedad, el sistema de salud debe atender al miembro de la comunidad afectado para ofrecerle un apoyo para eliminarla o limitarla, preservar la vida y restablecerle la salud. De haber quedado una secuela o consecuencia, el sistema de salud debe ayudar al miembro de la comunidad afectado a restablecer la función o la parte del cuerpo perdida, lo más posible, para disminuir las limitaciones. Es decir, el sistema de salud debe apoyar a la comunidad a prevenir enfermedades, atenderla si se presenta y hacer rehabilitación después de afectarle.

Los sistemas de Salud en el Mundo se desarrollan de diferentes formas:

· Existe un sistema de salud privado (particular), apoyado en pagos erogados por el miembro de la comunidad o de su núcleo familiar o de su contrato laboral directamente a la clínica privada o a través de sistemas pagados de Seguros de hospitalización, cirugía y maternidad o de sistemas de medicina prepagada.

· El sistema de salud pública, en el cual el gobierno dirige normativa y operacionalmente con una programada asignación presupuestaria estatal.

· También existen sistemas de salud para los trabajadores, de aportes prepagados por ellos mismos y sus patronos.

· Otros sistemas de salud son del tipo de la beneficencia, para las personas muy pobres, con presupuestos aportados por donaciones o asignaciones dadivosas, generalmente de corte de grupos religiosos o clubes de beneficencia.

En Venezuela encontramos todas las clases de sistemas de salud antedichos. Pero nos ocuparía el sistema de salud pública en esta nota. El sistema de salud pública consta de un órgano normativo rector centralizado, el Ministerio de Salud y Desarrollo Social (MSDS). Con una descentralización coordinadora y operativa, para lo cual cada estado cuenta con una Secretaría Regional de salud o un Sistema Regional de Salud (SRS). A su vez, este ente cuenta con una red de ambulatorios, una red hospitalaria, programas regionales, epidemiología, dirección de saneamiento ambiental, entre otras ejecutores de los programas y actividades sanitarias.

El presupuesto hospitalario sirve por una parte para pagar al personal según cada uno de los contratos colectivos y por el otro para funcionamiento de la institución. El compromiso laboral es intocable, por lo cual cualquier disminución o reajuste incide en los gastos de funcionamiento institucional. En el caso del Zulia cada hospital recibe una asignación mayor proveniente del MSDS y otra menor del SRS. Entre otros, los términos de las descentralizaciones y la falta de una fuerza de empuje social responsablemente comprometida con su demanda, hacen que la asignación presupuestaria sea tan variada como inapropiada.

Un hospital tipo IV en Maracaibo recibe alrededor del equivalente a 25.000 a 30.000 dólares mensual y un médico o una enfermera de la escala mayor de clasificación, no sobrepasa de los 1.000 dólares mensual. Según dicen los planificadores económicos y sanitarios, cuantitativamente el presupuesto de salud no alcanza el 1% del PIB en la planificación anual. Con la suma de otras partidas (FIEM, LAE, etc.), aún no sobrepasa el 3 al 4 % del PIB. También nos han informado que en diversos países la asignación presupuestaria para el sector de la salud pública, está entre el 8% hasta un 15% del PIB, con promedio aproximado de 10%. También es cierto que el centro del país recibe el grueso del presupuesto, en especial el área metropolitana de Caracas, siendo lánguida la proporción del resto de nuestro país.

El análisis de las asignaciones presupuestarias y los registros de actividades hospitalarias de las emergencias de un hospital de cualquier estado, nos dan cuenta que los suministros de medicinas o de material médico quirúrgicos aportados por la institución de salud, no sobrepasan un dólar por cada paciente atendido en esa emergencia. La consecuencia es que cada quien tiene que comprar fuera del hospital el faltante.

Por supuesto que el hospital no gasta lo que no tiene, una especie de “saneamiento administrativo” como dijo un planificador sanitario y si llegáramos a preguntar cuánto es el aporte de la masa de pacientes a los cuales se le ha brindado los servicios de atención clínica o quirúrgica, de seguro pocos o nadie pudieran respondernos. El paciente no le paga a la institución hospitalaria esos materiales, los compra en una farmacia o en mercados de materiales médico quirúrgicos, ubicadas fuera del ámbito institucional y hasta descaradamente hasta dentro de ella. La directiva se llena de gusto al decirle al director de salud, al gobernador, a la ministra o al presidente, a la comunidad en general que en ese hospital no se le cobra al paciente.

Por otro lado pudiéramos conseguir que estas instituciones de salud pública tengan colgajos transplantados de otro tipo de sistema, un sistema público con servicios privados para la atención de la misma masa objeto. Se trata del cobro de servicios hospitalarios dentro de la institución. Esto es llamado la autogestión, te sirvo y me pagas, claro te digo y demuestro que es menor que en una clínica privada. Es aceptado ampliamente y se justifica en la reconducción o la merma presupuestaria, la inflación, la devaluación del bolívar, el origen extranjero de los productos a aplicar en la atención de los pacientes, el ocio funcional y estructural, el desempleo profesional del sector salud, la política de no aceptar nuevos ingresos de recursos de personal y otras clases de factores.

Para validar la acción del transplante heterógeno, las juntas socio-comunitarias o socio-hospitalarias, en donde participan miembros de la comunidad, guiados por las justificaciones técnicas y en función de su buena fe, apoyan la decisión y desenvolvimiento del proceso autogestionario. En nuestra apreciación la autogestión es el pago que hace el paciente para recibir un servicio en una institución de salud pública debido al fracaso del sector en tener un verdadero y acertado presupuesto acorde para atender a los socios originarios de la empresa llamada PDVSA.

Ante la falta de información de cuáles son sus derechos, la comunidad le ha dejado a los gobernantes, los partidos y otras organizaciones políticas la discusión de las políticas y procesos operativos de la atención de salud pública. La comunidad no ha participado en función de sus intereses genuinos en la planificación, ejecución y control de los procesos de salud pública. Afrontan estos procesos como un favor que les hace el gobierno de tener un edificio, un personal y unos materiales para atenderlos. Nos vemos forzados a llorar por la carencia de recursos para tener acceso al servicio de salud pública. Nos avocamos entonces a apoyarnos en la solidaridad comunitaria, la caridad pública y los aportes de donaciones del gobierno.

Hasta aplicamos segregación diciendo que los quienes tienen recursos no deben tener acceso gratuitos a los servicios públicos de salud, que deben pagar. Hay extremistas quienes opinan que todos deben pagar según una escala definida por evaluación de sus recursos. Unos más extremistas aún, opinan que debe privatizarse el sector de salud pública. En nuestra modesta opinión, creemos que los socios originarios de PDVSA (vale decir todos los venezolanos), deben recibir su participación de las ganancias del negocio petrolero con los sectores de educación pública, seguridad comunitaria, justicia ciudadana y un sector de salud pública integral, eficiente, eficaz, efectivo, oportuno, completo, gratuito junto a otros parámetros que avalen su calidad.


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Elio Ríos Serrano


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