Fabiola y Farruco: variantes del fascismo criollo

Al intervenir mediante carta en el asunto Fabiola Colmenares, Farruco Sesto ha hecho dos ejercicios maestros: describió con fría exactitud a la actriz ("personaje menor del fascismo criollo"), pero al mismo tiempo ejecutó sin menor vacilación ni cavilación un pase genial de fascismo: no debemos darle cancha (ni mucho menos partida de nacimiento), a quienes discrepan en acciones u opiniones. Al enemigo ni agua, que axioma tan antipolítico.

En lugar de preguntarse cómo es que Colmenares alaba la Villa del Cine y al mismo tiempo es antichavista, en vez de querer detectar y discutir las causas de esa esquizofrenia sin sustento, Farruco alivia los procedimientos y se limita a excluir, aclarando, desde luego, que no es política de su ministerio ni de él practicar la censura ni directa ni solapada.

Se evita exhibir un buen trofeo, se ahorra asomarse a la ventana del mundo y decir: ¡Miren la democracia que nos estamos gastando en Venezuela: una actriz callejera nos critica y nosotros la ponemos a protagonizar nuestra mejor película, nada menos que la biografía de don Francisco de Miranda! ¿No estamos en una vaina?

Se pregunta Farruco si no hará más bien falta gastarse el presupuesto de la cinematografía nacional en el artista novel y comprometido. Se ahorra, de esta manera, diseñar y ejecutar políticas y estrategias que al menos intenten convencer a los descreídos, ¿o es que Colmenares no es apenas una víctima de la reacción? ¿Es más fácil conformarnos con los que somos?

Farruco, tal vez eran escasas las posibilidades de redomar a este personaje menor del fascismo criollo, pero tú has reducido tales posibilidades a cero, y eso no es poca soberbia.

Intuyo que, creyéndote en trance presidencial, escribiste una carta cuyo efecto se te "bumerizó", pues ya todos estábamos haciendo una construcción colectiva e imaginaria de Colmenares: una pobre loca. Pero tu dedo hace que revisemos mejor el caso.

Creo que te quedaba más lúcido escribir esa carta y preguntarle que qué hizo o pensó ella cuando supo que de RCTV botaron artistas por no asistir a marchas, sea el caso de uno de los más aventajados intérpretes nacionales del humor: Nené Quintana.

Has debido usar la misma tribuna para preguntarle a Colmenares y a su camardilla de artistas sobre el caso Wiston Vallenilla, tenido como el mejor emblema de la animación de RCTV, hasta que fue detectado como potencial chavista y lo dejaron desempleado.

Fabiola, por lo demás, aparece en tres escenas peorras de la película, lo que hace todavía más desmedida la carta de Farruco (a menos que se trate de un ardid publicitario, vivaracho).

Temo que no. No hay trucos propagandísticos en tu carta. De verdad has botado tierrita y has dejado ver que el presupuesto debe ser invertido en el talento que te quiere a ti.

Farruco, Fabiola se representa a ella misma en el papel de loca, nada menos que como co-estrella de Amanda Gutiérrez, una fascista estelar y muy decidida. No les escribas el guión, no hay necesidad. Ofrécele un nuevo papel en la Villa del Cine y págale lo que a todo el mundo.


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Douglas Bolívar


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