Fuera yanquis de Irak y de Venezuela

Nota de Aporrea: Publicado en el periodico Prensa Obrera del Partido Obrero de Argentina. Ver: www.po.org.ar
El gobierno de Bush ya ha enviado al Golfo Pérsico la mitad de las tropas que se estiman necesarias para la invasión a Irak. Para fines de enero se habrá completado el emplazamiento de cerca de 200.000 soldados.

No lo ha detenido en esta empresa criminal ni las crecientes manifestaciones populares que tienen lugar en la inmensa mayoría de los países y en especial en los Estados Unidos; tampoco las vacilaciones políticas del gobierno de Turquía ÿcuyo territorio es esencial para la invasiónÿ, que teme las consecuencias desestabilizantes que la guerra puede tener para sí y para los principales estados reaccionarios de la región.

Tampoco está frenando a Bush y al Pentágono la acentuación de los antagonismos con los gobiernos imperialistas de Francia y de Alemania, aunque aquí la "resistencia" se limita a la retórica y a la promesa de un veto en la ONU, que seguramente no se concretará y que de todos modos el imperialismo yanqui está dispuesto a desconocer.

Estamos, entonces, frente a la inminencia de otra guerra de opresión, aunque con efectos enormemente más negativos para los pueblos que las guerras anteriores. Dominar Medio Oriente y Asia Central, con sus enormes recursos petroleros; reforzar la ya gigantesca presión sobre Rusia y China, para adueñarse del derecho a sus materias primas y a superexplotar sus calificadísimas fuerzas de trabajo; acentuar la dominación de las industrias militares y del capital financiero internacional; éstos son los objetivos de esta guerra que promete, por lo tanto, más hambre y miseria a escala planetaria.

El capitalismo mundial enfrenta una enorme crisis económica e incluso la bancarrota social, frente a las cuales no consigue encontrar salidas puramente económicas. De aquí el intervencionismo político, la instauración de estados policiales y la guerra.

Es necesario oponernos a la guerra imperialista mediante la movilización y con la disposición a explotar las crisis políticas que generará inevitablemente esta barbarie para hacer avanzar la posibilidad de una revolución social conducida por los trabajadores.

América Latina es también un escenario de la preparación de esta guerra de dominación.

El lock-out patronal que se desarrolla en Venezuela también tiene por eje el petróleo. La conspiración para derribar a Chávez no tiene otro objetivo que la privatización de la mayor empresa estatal de petróleo de América Latina. Una victoria del golpismo de los magnates de Venezuela al servicio de Bush, entrañaría un enorme golpe para las rebeliones y los avances políticos que están protagonizando los pueblos de la mayoría de los pa íses de América Latina.

Pero si Venezuela, a diferencia de Irak, no se enfrenta a la amenaza de una invasión, no por ello está menos amenazada por una conspiración internacional. La formación del llamado "grupo de países amigos", con la presencia de Bush, no pretende otra cosa que forzar a una capitulación del gobierno de Chávez ante los "escuálidos" pro-yanquis. América Latina ya conoce estas maniobras: en 1985-90, el grupo se llamó Contadora y consiguió la derrota de las revoluciones centroamericanas y, en particular, la capitulación del sandinismo ante la oligarquía de Nicaragua. En Venezuela, cuando el lock-out patronal va en camino a la desintegración, los "amigos" de Venezuela reclaman la reincorporación de los ejecutivos golpistas de la empresa petrolera, o sea devolverles las riendas del país.

Trabajadores de la Argentina: nuestra lucha es internacional. Una derrota en Venezuela (o en Irak) sería una derrota en la Argentina. No permitamos que nos derroten fuera de nuestras fronteras.

El Partido Obrero llama a una gran campaña de agitación y de lucha para echar al imperialismo mundial de Irak y Venezuela.


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