Acerca de mi artículo Afro descendientes

Pretender insultar cuando no se está de acuerdo en una discusión o polémica determinada  desdice de los argumentos de quien insulta, tratar de tergiversar o torcer los argumentos del contrario es una canallada. Si el ser descendiente (parcialmente en el caso de Venezuela en referencia a lo genetico) de esclavos africanos, es determinante para declararse afro descendiente, cargue también con la culpa correspondiente a los esclavistas africanos quien esto asume. Nadie puede quitarle al género humano a favor de sus propios prejuicios, rencores e intereses, la africanidad original que a todos nos corresponde, ya que todos los seres humanos acorde a los últimos estudios etno antropológicos descendemos e una misma antepasada común originaria de África hace aproximadamente 200.000 años. El color de la piel y todo lo relacionado con el fenotipo vienen de mutaciones adquiridas por los seres humanos en su proceso adaptativo a los diferentes ecosistemas en que le ha tocado vivir, además de lo correspondiente al proceso de mestizaje, ya que todos los humanos somos genéticamente compatibles y podemos reproducirnos sexualmente independientemente de las diferencias fenotípicas que en una pareja puedan existir. Ahora si a partir de estos parámetros fenotípicos se quieren fijar desigualdades, el que hoy así lo haga está cayendo en el mismo desvergonzado error de los esclavistas a través de la historia, quienes descalificaban a los esclavizados como sub humanos para así justificar su infame tarea, con la diferencia que algunos de los autodenominados afro descendientes pretenden achacar a los que no están dispuestos a reconocerse como tales, todos los males que consideran han heredado de la esclavitud. Por otra parte a los que me piden estudiar más para poder informarme les digo que nunca creo tener la verdad absoluta, ya que desde que Max Plank  descubrió el comportamiento de los cuantas de luz  y Heisenberg el principio de la incertidumbre, desapareció la verdad como verdad absoluta e hizo más humilde a los científicos en reconocer la verdad científica como una verdad incompleta, aproximada, o relativa, espero que los airados autodenominados afro descendientes que me atacan, asuman como su verdad los criterios que defienden y no satanicen a quienes no piensan como ellos. Pero volviendo al tema de la esclavitud, es verdad que la última oleada esclavista fue a consta de los pueblos africanos, lo cual no indica que hayan sido los únicos esclavizados a través del tiempo, etnias enteras fueron consideradas en la antigüedad como esclavos, así la palabra inglesa slave correspondiente a esclavo en el idioma castellano  proviene a su vez de la denominación de eslavos dado por los pueblos nórdicos a los pueblos de la Europa del este, nominación que aún perdura y probablemente también su significado, hasta el punto que en pleno siglo XX la Alemania Nazi consideraba su expansión y conquista de los países del este como un derecho adquirido desde la antigüedad, clasificando a los habitantes de dichas regiones como sub humanos. En la Edad media y  hasta el Renacimiento, las flotas Nor Africanas (Sarracenos), asolaban las costas de la Europa Mediterránea, saqueando violando y recolectando esclavos europeos para venderlos al Imperio Otomano, al mismo tiempo que prosperaba la trata de esclavos  desde el África sub Sahariana hacia los estados Árabes, promovida por los propio reyezuelos  Africanos (los califico como reyezuelos por ser cada uno de ellos jefe tribal dentro de una infinidad de tribus, para que no haya malas interpretaciones como en el uso entrecomillas que le di al termino “raza”), asuman también ante esto su afro descendencia los que se sintieron aludidos con mi artículo anterior. Sin lugar a dudas que los estratos más pobres de nuestra población pertenecen a ciudadanos cuyo color de piel es de tono más obscuros  que lo restante de la población, lo cual es de esperarse de una clase social que en el lapso de dos siglos ha surgido de la indefensión más absoluta a la posibilidad igualitaria de desarrollar sus capacidades, mucho se ha avanzado al respecto, sobre todo con el proceso de cambio que hoy vivimos, ya que existe un abismo desde una sociedad colonial abiertamente clasista con una injusta jerarquización de castas, a la Venezuela de hoy, donde la igualdad de oportunidades para todos son cada vez más reales, habiendo que añadir a esto una migración muy reciente en términos cronológicos desde el campo a la ciudad, pasando así Venezuela de una población rural hasta en el noventa por ciento de habitantes hasta principios del siglo XX  a un país con una población urbana de más del noventa por ciento en la actualidad, con el choque que tanto aquí como en cualquier lugar del mundo representa este dramático cambio cultural, con el agravante de  que a lo contrario de los países que iniciaban su industrialización en que esa masa campesina era absorbida por la industria naciente (independientemente de la explotación capitalista inmisericorde a la fue sometida), lo cual los hizo auto identificarse como la clase productiva, la clase obrera, siendo en cambio que en nuestro país existiendo muy limitadas posibilidades de empleo dado lo precario de nuestro cuerpo industrial, esa masa campesina en las ciudades tuvo que desviarse fundamentalmente hacia la prestación de servicios y hacia la economía informal, comenzando a tomar solo ahora conciencia de su peso especifico y su valor en el proceso de cambio que comenzamos a transitar, al margen de lo anterior hay una conquista innegable para la mayoría desposeída de nuestra población, quizás de las pocas herencias positivas que nos quedó la Guerra federal, a saber el trato por lo general igualitario existente entre nuestros diferentes estratos sociales, así como una multiplicación masiva de la mezcla fenotípica de sus habitantes, lo que nos da un indicativo de la existencia de menores índices de discriminación que en el resto del Continente Suramericano, por cierto que en buena hora para nuestra integración como país y dejando a un lado (por un momento) la parte trágica que esto representó, la violación y uso sexual de nuestras mujeres de origen africano y de nuestras indígenas por los conquistadores y sus descendientes encomenderos y mantuanos, se vio compensada a la inversa por lo sucedido durante la guerra de independencia y sobre todo durante la guerra federal. Pasando a otra faceta sobre el mismo tema, el resaltar los valores, costumbres, y alimentos venezolanos de origen foráneo, no es igual que resaltar los valores, costumbres y alimentos de su país de origen, ya que la transculturación de los mismos por lo común les agrega, les resta o le complementa elementos,  acorde al medio donde se trasplantan. Así aunque el instrumental sea parecido, aun no he oído hablar de algún lugar de África donde se festeje a San Pedro o a San Juan y mucho menos que se baile el Tamunangue, explicaciones diversas como la necesidad de los esclavos de disfrazar sus creencias ancestrales con las creencias cristianas por temor al amo, no niegan si no reafirman lo antes expuesto, las circunstancias del medio hacen que cambie el patrón importado inicial. Probablemente el mondongo y el sancocho que tanto deleita a nuestros paladares, sean muy parecidos a los que se hacen en el Congo, aunque en este ultimo la yuca y el ñame  fueron trasplantados de aquí para allá según tengo entendido, ni que hablar de la hayaca que es la demostración culinaria de mestizaje más acabada. Pará no seguir lloviendo sobre mojado, y cerrándome a seguir debatiendo temas para mí de una relativa irrelevancia ante la compleja problemática que afrontamos, en la busca de un país y un mundo mejor, quiero asentar que creo en mi venezolanidad así sea hijo de musiues, con mi apellido trasplantado al país hace solo algo más de cien años, allá aquellos que añoran su africanidad así sus antepasados ya remotos, hace siglos lamentablemente hayan sido trasladados como esclavos a este país de gracia.

arnaldocogornoc@gmail.com



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Arnaldo Cogorno C


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