La faena contra la Venezuela Bolivariana y el verdadero “Pacto de Puerto Rico”

A punto de celebrar este domingo, 15 de febrero, una nueva contiende eleccionaria para decidir la posibilidad de terminar las restricciones a la elección continua de los cargos que deben someterse al escrutinio público cada determinado periodo, la Venezuela bolivariana es nuevamente objeto de una ofensiva mediática que busca empañar el proceso democrático participativo más probado que se ha tenido pueblo alguno.

Medios de comunicación en manos de sectores políticos retardatarios que pretenden la perpetuación del viejo estado de sumisión y explotación a que estaba sometida América Latina, no dejan de blandir sus mentiras contra el proceso revolucionario que encabeza el presidente Hugo Chávez Frías en la República Bolivariana de Venezuela.

Ahí están los editoriales de diarios estadounidenses The Washington Post, del 12 de febrero, y The Washington Times, del 13 de febrero, ofreciendo visiones distorsionadas de la Venezuela bolivariana y del gobierno revolucionario de Chávez Frías.

Tal como destacó el Ministerio del Poder Popular para las Relaciones Exteriores “ambos editoriales subestiman a los venezolanos y venezolanas haciéndolos ver como borregos que solo actúan por dádivas o por miedo, incapaces de juzgar si es de su interés o no aprobar una enmienda para permitir la postulación sucesiva de los funcionarios de elección popular”.
Una muestra más de que no ha cesado ni un ápice la faena contra la Venezuela bolivariana, convertida en paradigma de transformación social y política, mediante la utilización de los métodos de consulta eleccionaria cada vez que se hace necesario avanzar. Esta democrática participativa ha venido a echar abajo los cimientos de la vieja democracia burguesa en la que los señores que advenían al poder se burlaban después del pueblo que los eligió imponiendo medidas perjudiciales para su progreso, a la vez que beneficiaban a los capitales nacionales y extranjeros para abultar sus arcas particulares.

Como una muestra de que la llegada de Barack Obama a la Casa Blanca no representa un cambio automático de la política de Washington hacia las naciones latinoamericanas, en vísperas del referendo constitucional de este domingo en Venezuela, el director nacional de Inteligencia de Estados Unidos, Dennis Blair, ha rendido un informe al Senado en el cual imputa de manera gratuita al Presidente Chávez Frías de brindar refugio a la guerrilla de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC).

Para sustentar su teoría de que el mandatario venezolano mantiene “nexos de varias décadas con las FARC”, Blair recurre a los desacreditados correos que supuestamente contenía el ordenador portátil del comandante guerrillero Raúl Reyes, muerto el 1 de marzo de 2008 en un acción en la frontera de Ecuador de las fuerzas militares colombianas con el apoyo de la CIA (Agencia Central de Inteligencia de Estados Unidos).
También plantea el jefe del espionaje estadounidense que la Venezuela bolivariana “sirve de puente para ayudar a Irán a construir relaciones con otros países de América Latina”, como si se tratara de un delito mayor, además de atribuirle otros vínculos no menos demoniacos a partir de la repetición de la mentira como arma.

Cabe preguntarse si este informe es una continuación de la política exterior del ex presidente George W. Bush, que 11 días antes de terminar su mandato adelantaba preparativos para provocar una situación de caos en Venezuela, al igual que la puesta en marcha por la CIA en 1973 en Chile, para desembocar en un magnicidio contra el presidente Chávez Frías en lo que se ha denominado como el “Pacto de Puerto Rico”.

Esta acción conspirativa, que reunió en la capital puertorriqueña a los oposicionistas venezolanos Alberto Federico Ravell, director del canal Globovisión; Luis Ignacio Planas, dirigente del partido Copei; Omar Barboza, de la agrupación Un Nuevo Tiempo, y a Julio Borges, del grupo Primero Justicia, con los estadounidenses John Patrick Caulfield, encargado de Negocios de la Embajada en Venezuela; Alfred Taylor, coordinador de Operaciones Especiales de la Dirección Nacional de Inteligencia (DNI); Peter Kliber y Pablo Genoves, asesores en comunicaciones estratégicas del DNI, y Klein Silbes, responsable para el área del Caribe y Colombia del Comando Sur, demuestra que la vieja política del garrote permanece vigente.

Tan es así que, nuevamente, Estados Unidos utiliza a Puerto Rico para aprestos conspirativos o de agresión político-militar contra naciones de América Latina, como ya lo ha hecho con Cuba, República Dominicana, Panamá, Nicaragua o Granada, en una desgraciada costumbre que coloca a esta isla del Caribe en una situación que la mayoría del pueblo resiente.

Como explicara el comentarista político Alejandro Torres Rivera en el programa radial “Ventana al mundo desde Puerto Rico”, que conduce cada domingo junto al autor de este artículo por la emisora WKAQ Radio, no es la primera que Estados Unidos intenta asestar un golpe a la Venezuela bolivariana desde territorio puertorriqueño.
Varios buques de la Armada de Estados Unidos que se certificaron en el ejercicio naval conocido por las siglas Computex realizado en el área de Vieques –recordaba Torres Rivera en el programa dominical–, se desplazaron frente a las costas venezolanas para brindar apoyo logístico y de comunicaciones durante el golpe de Estado contra Chávez el 11 de abril de 2002.

En esa oportunidad, aseguraba el estudioso, medios militares estadounidenses vinculados al Comando Sur participaron desde Colombia en la acción golpista contra la Venezuela bolivariana que abortó 48 horas después por la voluntad decidida del pueblo y de sectores militares.
Uno de los participantes en la reunión del “Pacto de Puerto Rico, el coordinador de operaciones especiales de la estadounidense DNI, Alfred Taylor expresó en el transcurso de la reunión en San Juan acerca de la necesidad de “actuar con prontitud, ya que las fuerzas de Chávez están actuando y nosotros estamos contra el tiempo, básicamente con dificultades propias de cambio de administración en los Estados Unidos”.

Según minutas con fecha 9 de enero de 2009, Taylor advirtió a los conspiradores venezolanos que “si bien es verdad que las grandes líneas de nuestro país, sobre todo en lo que tiene que ver con la defensa y seguridad, no se modifican sustancialmente por un cambio de presidente, hay tópicos geopolíticos o puntos de vistas de algunos funcionarios que pueden incidir en nuestros planes actuales para Venezuela”.
Para su satisfacción, si tomamos como referente el informe rendido al Senado de Estados Unidos por el director nacional de Inteligencia, Dennis Blair, nada ha cambiado con la llegada de Obama.

Ante esta situación lo único que resta decir es que, como ha señalado Milagros Rivera, presidente del Comité Puertorriqueño de Solidaridad con Cuba, el verdadero “Pacto de Puerto Rico” es con el pueblo venezolano, sin importar que la propaganda adversa pretenda restar validez a un proceso auténticamente democrático y participativo como el que impulsa el presidente Chávez Frías con la Revolución bolivariana.

* El autor, Nelson del Castillo, es periodista. Presidió la Asociación de Periodistas de Puerto Rico (ASPPRO) durante un periodo de tres años y actualmente es Secretario General Adjunto de la Federación Latinoamericana de Periodistas (FELAP).


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