Después del anunciado retorno a las aulas de clases para inicio del año escolar 2023-2024, el 2 de octubre, sin ningún tipo de mejoras salariales a los docentes de educación primaria y media, todo transcurre con una "aparente normalidad" en el ámbito educativo.
No es un secreto que en enero del año 2023 se inició un "conflicto laboral" del gremio docente, demandando mejoras salariales, entre otras reivindicaciones; si bien el Ministerio de Educación termino aplicando el "horario mosaico", que flexibilizo la asistencia de los maestros a las escuelas, después de varios meses de conflicto el gremio no recibió respuesta a ninguna de sus demandas.
Tampoco se debe olvidar que precisamente después de iniciado el conflicto docente (9 de enero 2023) se implementó el pago de un bono mensual de $30 a todos los trabajadores activos de la administración pública, incluidos los docentes.
En el mes de mayo, en pleno desarrollo del conflicto de maestros, el Ejecutivo por Decreto aprobó el pago de dos bonos a trabajadores de la administración pública, con lo que llevo el ingreso de los trabajadores a $70 mensuales, por esta via, pero sin impactar en el "salario mínimo", que se ha mantenido inalterable desde marzo del año 2022. Con esto se oficializo la "bonificación" de los salarios de los trabajadores en Venezuela.
Así se llegó al mes de junio y los docentes acudiendo a los planteles en lo que se denomino el horario mosaico (asistiendo entre dos y tres días a la semana), hasta el mes de julio donde culmino el accidentado año escolar 2022-2023, para iniciar en agosto el periodo vacacional.
Al finalizar las vacaciones escolares, en septiembre, y después de la incorporación de los docentes a los planteles, en actividades administrativas, sindicalistas afines al patrono difundieron la matriz de que para octubre vendría el incremento salarial tan anhelado por los docentes. Pero faltando escasas horas para que los estudiantes se incorporaran la propia Ministra de Educación en entrevista de t.v manifestó que desde enero están sentados en la mesa de discusión con los sindicatos y que hasta que no mejoren las condiciones del país no habrá respuesta a las demandas salariales de los docentes.
En el mes de septiembre el pasaje fue incrementado de 7 a 10 bs (lo que represento el incremento del 42%). Ello sin dejar de mencionar el incremento que reciben los alimentos y mercancías que merman el poder adquisitivo de los docentes.
Al día de hoy es casi que insostenible la economía de un docente que apenas percibe un ingreso mensual que no sobrepasa los $80 mensuales y que debe enfrentar la creciente inflación que afecta la realidad de los trabajadores, sin excepción alguna.
Parece inaudito, pero es real que la principal representante del patrono, La Ministra Yelitze Santaella, manifieste que los maestros deben tener fe y esperanza y que hasta que no mejoren las condiciones del país no tendrán respuesta a sus demandas laborales.
Es indiscutible que los sindicatos se han confabulado con el patrono en el fraude continuado que imponen a los trabajadores de la educación.
Lo peor de todo es la profunda "crisis educativa" que cada día se acentúa y que amenaza con enterrar la educación publica y con ello y los avances sociales que hasta el 2012 se materializaron en este campo. Cuando las políticas están centradas en propagandas
Mas allá de la voluntad, los buenos deseos, las esperanzas, ilusiones, incluso la misma fe que puedan tener los maestros y las maestras, una política educativa no debe depender de ello; una política educativa seria y coherente debe contemplar una retribución económica que le permita a los trabajadores de este sector vivir con un mínimo de dignidad. Si esto no se contempla, sencillamente se está poniendo en serio riesgo la educación de los niños y el futuro de la sociedad. Hasta los peores gobiernos de la historia se preocupan por implementar políticas educativas exitosas.
