El imperio en asunto de dominación no está jugando carrito, desde el inicio del gobierno del Comandante Chávez, 0lfateo que había llegado a Miraflores alguien que tenía un programa de gobierno, donde no incluía el tema de la entrega de la soberanía, tantas veces pisoteada por los gobiernos Norteamericanos, con la anuencia de los presidentes de Venezuela pertenecientes a la cuarta república.
De allí que según mi hipótesis, el primer objetivo que se planteó el imperio, fue la eliminación física del Comandante Chávez, para ello acudieron a la fórmula de sembrar en su entorno más cercano a un agente encubierto de la CIA, para que hiciera el trabajo, aplicando los métodos más sofisticados para eliminar figuras políticas, sin dejar rastros ni causar conmoción publica, tal como ocurrió en Venezuela con la muerte sobrevenida del Comandante Chávez.
A tal fin utilizaron el método de la inoculación de enfermedades incurables, que al principio no da señales preocupantes, lo cual permite a sus ejecutores, ganar tiempo y colocarse a distancia sin levantar sospecha de su vil actuación.
En el caso del Comandante Chávez, el asesino silencioso, cumplió sumisión y desaparece del escenario. De inmediato entra en función la segunda etapa , tan pronto como el Comandante , hace la primera mención de los síntomas de una extraña dolencia que lo aqueja, es el propio imperio que a través de sus medios de comunicación, quien inicia su fase de acondicionamiento de la población venezolana y mundo, haciéndole ver que Chávez padece de un cáncer, que a los efectos mediáticos , es algo natural que le puede ocurrir a cualquier ser humano, pero lo extraño es que existen miles de ejemplos en el mundo, de personas que han sufrido esa enfermedad y se han curado con tratamientos menos sofisticados , a los que le aplicaron al comandante Chávez.
Ahora bien, Con lo que no contaban los asesinos de Chávez ,fue que de la misma manera , que ellos le inocularon esa enfermedad resistente a todo tratamiento, él tuvo tiempo de sembrar profundamente en la conciencia de los pueblos, la necesidad de unirse antes de que la voracidad imperial los devorara.
En ese sentido aun después de muerto, Chávez los sigue derrotando y eso tiene muy molesto al actual presidente del emporio empresarial fabricante de equipos de guerra más grande del planeta.
De allí viene la andanada de pronunciamientos contra el gobierno del Presidente Constitucional de Venezuela NICOLAS MADURO, a quien pretenden doblegar, por su decidida disposición de no defraudar la confianza que Chávez deposito en su persona para que le diera cumplimiento a su legado.
Ataques que culminaron con el famoso decreto que declara a Venezuela como amenaza de la estabilidad política de los Estados Unidos. Amenaza que no es tal, por cuanto Venezuela no tiene vocación imperial, menos guerrerista, toda vez que en cada ocasión que nuestros ejércitos salieron de sus fronteras originarias, fue para liberar a pueblos que se encontraban bajo el dominio de imperios extranjeros.
Decreto que a todas luces, más allá de atemorizar al pueblo de Venezuela, pretende sembrar terror en los pueblos de la región, para que no sigan compartiendo los avances, que la revolución Bolivariana le ha proporcionado en materia de solidaridad humanista y fortalecimiento del sentimiento nacionalista, con lo cual nuestros pueblos han renunciado a su triste papel de patio trasero del imperio.
Razón más que suficiente, para que las pretensiones de OBAMA ,hayan concluido con más penas que glorias. EL rotundo rechazo recibido en la región y otras tantas del mundo, pueden ser el comienzo del fin de las políticas de dominación que por tantos años ha implementado y sustentado la política exterior de los Estados Unidos.
Tengo la impresión, que el decreto de BARACK HUSSEIN OBAMA, se le convertirá en un bumerang, que sin lugar a dudas , será utilizado por Republicanos para pasarle factura política.
La derrota de OBAMA en manos de los pueblos antiimperialistas del mundo, le costara muy caro a su carrera política. Y seguramente, no saldrá bien parado, de la celada que le tendieron sus adversarios políticos Estadounidenses.
