Una calamidad se ha convertido el transporte aéreo y marítimo para salir de la isla de Margarita. Vía Chacopata, en lanchas, ocurre de todo, desde contrabando hasta empellones y abusos. Vía Punta de Piedras colas y gastos extras en costosos taxis, calor infernal, angustia e incertidumbre. Vía Aeropuerto Internacional Santiago Mariño un absoluto viacrucis. El pasajero debe llegar a las dos de la madrugada y sumarse a quienes pasan la noche tirados en el piso como perros callejeros. Luego se suman los que llegan a las tres, cuatro y cinco de la mañana para completar la lista de espera de boletos para los vuelos de las 6:00 AM, 7:00 AM, 8:00 AM. 10:00 AM, 12:00 AM, 3:00 PM, 5:00 PM, etcétera, o dormir esa otra noche hasta el siguiente día para repetir el viacrucis. Así ha ocurrido este domingo 21 de septiembre de 2014, este lunes 22 de septiembre de 2014, el martes 23 de septiembre y miércoles 24 de septiembre de 2014.
El trauma no reside en la angustia de esperar cupos ni en la zozobra de las imposibilidades, sino en la corrupción, la mafia, la matraca y el descaro que mantienen los carrucheros o maleteros que sin empacho y sin escrúpulos venden los cupos en tres mil (Bs. 3.000), cuatro mil bolívares (Bs. 4.000) y hasta en cinco mil bolívares (Bs. 5.000) con la complicidad del personal de las aerolíneas involucradas. El modus operandi funciona cuando el maletero o carruchero se ofrece como “colaborador” para conseguir los boletos y el incauto pasajero le proporciona su número de teléfono. Acto seguido recibe el mensaje de texto: “Te conseguí el pasaje pero hay que pagar tres mil de comisión más los 800 del boleto hasta Maiquetía”, por ejemplo. Para “tapar” o disimular la triquiñuela los maleteros hacen creerle a los demás que el señor o la señora tiene boletos y que sólo procederá a cambiarlo o confirmarlo. Los de la aerolínea completan el procedimiento mafioso. Sin embargo, quienes rechazan esta corrupta artimaña se quejan ante el SEBIN y hasta suministran los nombres de los vagabundos. Acto seguido el SEBIN lo detiene, interroga y lo pone en libertad como si el implicado (señor Gregory) no quebrara un plato. Al día siguiente se repite la historia.
Más de cien pasajeros esperamos que habilitaran un vuelo durante el día lunes y martes pasado pero ninguna autoridad aeroportuaria tuvo a bien presionar a las gerencias de las aerolíneas para solventar esta necesidad primaria. Señoras de la tercera edad, embarazadas y niños sufren hambre porque un simple plato de pasta cuesta Bs. 300 y la mayoría de los alimentos son recalentados. El costo del taxi en la madrugada para mendigar cupos cuesta aproximadamente Bs. 1000. Si todo esto se suma a los tres mil bolívares de la corruptela, la matraca de los caleteros y el costo real del boleto, saque usted la cuenta de su gasto para llegar a Maiquetía desde su destino insular: Bs. 1000 (taxi) + 300 (la pasta o un desayuno) + 3000 (la comisión del maletero ladrón) + 800 (precio del boleto) = TOTAL BS. 5.100 más embalaje del equipaje, periódicos o café.
¿Quiénes son responsables de esta situación? ¿Lo señores de Laser, Conviasa, Estelar y demás aerolíneas? ¿Las autoridades que administran el aeropuerto? ¿Los organismos de seguridad? ¿Quién otorga permiso o credenciales a esos malandros mal llamados maleteros o carrucheros, aunque supongamos que entre éstos haya padres de familias honestos y decentes? Definitivamente viajar hacia la isla de Margarita no sólo es ya punitivo, costoso y desagradable, sino penoso, angustiante y hasta innecesario. Amigos, piénsenlo bien antes de venir. Aquí los abusos no sólo están marcados en los altos costos de los productos y servicios sino en la corrupción y el abuso que padece el pasajero en cualquiera de las modalidades de transporte imaginables para el estado insular. ¿Y qué hace al respecto el gobierno regional (Gobernador Mata Figueroa) o nacional (Presidente Maduro)? Si ustedes creen que con estas anormalidades vamos a seguir siendo rojos rojitos es bueno que sepan que el pueblo también se cansa de ser pendejo pendejito.
