CLAP muestran distintos niveles de organización

Credito: Dahory González

7 nov. 2016 - Una célula dirigida por el Poder Popular para responder al propio pueblo, los Comités Locales de Abastecimiento y Producción (CLAP) –con sus pro y sus contras– se van consolidando como una fuerza destinada a fortalecer una estrategia de suministro de alimentos en la ciudad capital.

Su concepción original señala que nacieron para combatir vicios como el acaparamiento, la especulación y el bachaqueo.

En algunas parroquias se han alcanzado objetivos, mientras que en otras consejos comunales y voceros de los CLAP trabajan para alcanzar el óptimo funcionamiento.

LOS MEJORES EJEMPLOS

En el sector Planicie a Descanso, en la parroquia 23 de Enero, existe un sistema organizado que ha ido demostrando que la estructura propuesta por el Ejecutivo Nacional para garantizar la distribución de alimentos es una alternativa para enfrentar la guerra económica.

Cada 21 días comienza el proceso organizativo en esta barriada que tiene censadas a 437 familias. No obstante, la orden del presidente de la República, Nicolás Maduro, es que la distribución de los alimentos debe hacerse cada 15 días.

El procedimiento lo lleva a cabo una gran estructura que fue elegida por los propios voceros del consejo comunal. Esta especie de "alto mando" alimentario está integrada por un vocero de las UBCh, otro de UnaMujer, del consejo comunal de la zona, del Frente Francisco de Miranda, un vocero territorial y, finalmente, un miliciano.

Cada uno tiene una función específica a la hora de la entrega de la bolsa contentiva de los alimentos, que se realiza en un módulo de Mercal ubicado en la parte de atrás del bloque 13 de Monte Piedad.

Frente al módulo de Mercal se forman ordenadamente los vecinos. La noche antes de la entrega de los alimentos, los dos voceros de cada una de las seis calles que conforman la barriada se han ocupado de notificar las normas para retirar la bolsa a cada uno de sus vecinos. También entregan un ticket que se usa para el chequeo en la puerta del módulo el día de la entrega.

El día que le corresponde la compra a los vecinos de Planicie a Descanso, el grupo de 437 beneficiarios se divide en dos partes dada la limitante que significa el horario de los empleados de Mercal.

Una gruesa carpeta amarilla que lleva en la mano identifica a la señora Oneida Rosas como la coordinadora del operativo. No demuestra estrés en ningún momento, más bien luce relajada.

"Aquí todos colaboramos. A cada uno de lo voceros se le asigna una función que van cumpliendo a cabalidad", acotó.

Los vecinos pasan al local y recogen una bolsa que contiene dos kilos de leche, arroz, azúcar, pasta y caraotas. También dos litros de aceite y cuatro kilos de harina precocida. Todo por Bs 4 mil 800.

Quien lo desee también puede adquirir los rubros regionales, que incluyen: pollo, mayonesa, salsa de tomate, margarina, entre otros.

EN GRAMOVEN HAY ORDEN

Detrás de la ordenada cola que cada vecino de Gramovén hace para adquirir su bolsa de alimentos en el módulo Pdmercal Fabricio Ojeda, con sede en la parroquia Sucre, existe toda una estructura organizacional que solo se puede entender a plenitud desmontándola pieza por pieza.

Como en las 22 parroquias de la ciudad capital, Sucre también tiene su Estado Mayor de Alimentación que se ocupa de coordinar todo lo concerniente a la distribución de los alimentos en la zona.

Es martes y le corresponde comprar a quienes habitan en el eje 3 de Gramovén, agrupados en el espacio territorial del Consejo Comunal Cacique Katia.

Se nota que quienes hacen la fila no tienen prisa por formarse en la parte frontal del establecimiento. Van pasando en grupos de 26 personas, mientras que el resto descansa en una parada de autobús o, simplemente, se acercan al lugar cuando les corresponde su turno.

Este espacio territorial está divido en 10 callejones y cada uno de ellos tiene un vocero, que se encarga de informar la noche anterior a sus vecinos acerca del operativo. A cada jefe de familia se le entregó un ticket con un número. Este martes compraron sus alimentos 375 responsables de familia.

Al llegar al módulo, cada uno fue chequeado en una lista que dos voluntarios manejan en la entrada. La persona muestra su cédula y luego los voceros subrayan su nombre y sus datos con un resaltador verde fosforescente.

Dentro del local se observa una fila de cesta de metal con una bolsa que contiene 16 kilos de alimentos (leche, arroz, pasta, azúcar, harina de maíz y caraota) fuera de la bolsa hay un pollo. Cada vecino se coloca al lado de la canasta y la va rodando hasta llegar a la caja donde paga en efectivo o con tarjeta de débito. Comprar otros productos regionales (salsas, mayonesa, desinfectantes, margarina, entre otros) es opcional.

Milagros Alfonso, coordinadora de la mesa de agroalimentación de Gramovén, señaló en medio del operativo que las colas disminuyeron considerablemente desde que los CLAP se encargaron de la distribución de los alimentos.

Tanto en los CLAP del 23 de Enero como en Gramovén el suministro es igual en lo que se refiere a la calidad y variedad de los alimentos, así como en la periodicidad de la entrega. No obstante, algunos vecinos sugirieron que debería ir bajando hasta llevarlo a intervalos de 15 días.

VENTA SUPERVISADA EN LA VEGA

En la parroquia funcionan dos métodos de compra de alimentos. Los que residen en La Vega se abastecen por venta controlada por los Mercal que existen en el sector, así como de los Unicasa que están ubicados en el Centro Comercial Uslar y Centro Comercial Caracas de Montalbán.

Entre tanto los vecinos de Montalbán y Juan Pablo, por no poseer el mercado de alimentos populares, solo pueden adquirir los rubros de primera necesidad en los referidos supermercados.

En el sector de La Vega existen 147 CLAP conformados, mientras que en Montalbán, zona de clase media y de preferencia política de la derecha, crearon "mancomunidades" que, según ellos, juegan el mismo rol que los Comités Locales de Abastecimiento.

Con estos mecanismos han venido trabajando articuladamente para lograr abastecer a sus comunidades con un ciclo de compra que se inicia cada seis semanas y en cada una de ellas se atienden familias que pertenezcan a 30 CLAP y una mancomunidad por terminal de número de cédula. Existen quejas de los vecinos relacionadas con la periodicidad del suministro y la cantidad y variedad de alimentos distribuidos.

Un domingo antes de que arranque la primera semana de venta de los rubros, se citan a 30 voceros de los CLAP, los 17 que les toca comprar en el Unicasa del Uslar y los 13 de Caracas, en la casa del Poder Popular, ubicada en el sector La Veguita. En ese sitio se realiza un sorteo donde cada vocero recibe un número que determina el orden en la cola que le corresponderá hacer la compra de los productos alimenticios durante la semana que transcurre.

El jueves desde las 7:00 de la mañana, cada jefe de familia cuyo terminal de cédula termina en 6-7, se acerca, con bolsas negras o carritos de comprar, hasta las afueras del Centro Comercial Caracas para disponerse a buscar la cola que le corresponde a su consejo comunal, que ya está organizado por el turno que le toca entrar. Cuando el reloj marca las 8 de la mañana, dan el anuncio de entrada que todos esperan.

Familias miembros del primer consejo comunal van pasando uno a uno por las entradas del cetro comercial, mientras líderes comunitarios los van contando. Pasan en grupos de 50 personas.

Al traspasar la santamaría del supermercado, los beneficiarios siguen una ruta que es resguardada por efectivos de la Policía Nacional Bolivariana y Policías Comunitarios, quienes chequean las cédulas para corroborar si coincide el terminal con el día de compra.

Tras el chequeo, los compradores pasan a retirar de uno de los anaqueles dos aceites Vatel; dos mayonesas marca Soya provenientes de Brasil y dos mantequillas Mirasol.

En las cuatro colas que existen para pasar a las seis cajas operativas en el supermercado, comienzan a escucharse a personas comentado su emoción al poder conseguir mantequilla y aceite, aunque su entusiasmo se iba apaciguando al conocer que cada mayonesa salía en mil 650 bolívares.

CARICUAO COMPRA EN PDMERCAL

Este jueves compraron la bolsa de alimentos de 16 kilos los vecinos que hacen vida territorial dentro del ámbito de la Comuna Ecológica Socialista de La Hacienda UD5-UD6, que agrupa a 31 CLAP de la parroquia Caricuao.

Específicamente, el turno de esta octava entrega de la llamada "bolsa" correspondió al CLAP Tres Raíces y Residencias 678. En total fueron atendidas 678 familias en el Pdmercal de La Hacienda.

"Estamos trabajando con la gente de Mercal para sincerar los censos. De esta forma la venta de los productos se hace de manera más rápida. La gente nos ha dicho que están satisfechos con este sistema", comentó Morelba Caña, quien es coordinadora de la Mesa de Agroalimentación de la zona.

La logística del CLAP es organizar el operativo, pero los trabajadores de Mercal organizan la venta de los productos en el módulo. Una vez allí, los vecinos se forman en sus filas y son revisados en los censos por los organizadores, se les retiran los ticket numerados y pasan a retirar la canasta de alimentos que han embalado previamente trabajadores de Mercal del centro del módulo.

EN ALGUNOS FALTA ORGANIZACIÓN

Por otro lado, en la zona también existen comunidades a las que todavía les falta organización para que sus CLAP funcionen como debe ser. Uno de estos casos es El Yagual, donde apenas ha habido tres entregas de "la bolsa".

En ese conjunto residencial de seis torres, los vecinos depositan en una cuenta bancaria el valor de la bolsa. Después un camión lleva los alimentos hasta el urbanismo y los vecinos la recogen en planta.

De acuerdo con el Ministerio de Alimentación, los CLAP son "una forma de organización popular encargada, junto al Ministerio de Alimentación, de la distribución casa por casa de los productos regulados de primera necesidad". Agrega que forman parte del Sistema Popular de Distribución de Alimentos con el objetivo de "asegurar la entrega directa de los alimentos a las comunidades".

Tras realizar una amplia consulta en cuatro CLAP del mismo número de parroquias de la capital, se puede decir que aún no se cumple el mandato del Gobierno Revolucionario de realizar la entrega de alimentos casa por casa, incluso en aquellas zonas que presentan mayor organización. Tampoco se ejecuta la máxima de la entrega directa, toda vez que Mercal sigue ejerciendo un papel fundamental en la distribución de los alimentos.
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Algunas quejas

Si bien es cierto el valioso aporte que el Poder Popular organizado ha realizado a la Revolución, es de sabios la aplicación de las tres R (revisión, rectificación y reimpulso) en el trabajo que desde la trinchera de los Comités Locales de Abastecimiento y Producción (CLAP) se realiza para hacer frente a la guerra no convencional. Algunas de las irregularidades que suelen ocurrir son:

1. En algunas comunidades, luego de hacer un censo en la semana, concretan la jornada un domingo cuando muchas familias no están en casa.

2. Exclusión de personas solas.

3. Desigualdad en la venta de alimentos en cada comunidad. Hay quienes opinan que la cantidad y tipos de alimentos que se distribuyen debe ser igual en cada sector.

4. Tiempos de asignación muy prolongados.

5. Depuración de censos y exclusión de beneficiarios sin previo aviso.

6. Piden que el funcionamiento de los CLAP sea igual en todo el país.

7. Personas con discapacidad han señalado que se les ha negado la incorporación luego de los censos.



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