Chao Teodoro

*UNO DE los artículos más abyectos publicados a raíz del 11 de abril de 2002, fue el de Teodoro Petkoff del día 12 de ese mismo mes y año, es decir, al día siguiente de la aventura ultra reaccionaria, fascista, auspiciada por Estados Unidos. Apareció en el diario de su propiedad y que él dirige, Tal Cual, en momentos en que la represión se abatía sobre el país. Cuando las gobernaciones y alcaldías bolivarianas eran asaltadas por bandas de la oposición y cuando la embajada de Cuba era objeto de un cerco feroz que ponía en grave peligro la vida de los representantes diplomáticos de la nación caribeña.

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*A TEODORO Petkoff no se le ocurrió ese día de la infamia algo más atinado que escribir un editorial con el título de "Chao Hugo". Una página inescrupulosa que figurará en la antología de la indignidad en Venezuela y que constituye una importante referencia histórica. Un documento que cala la profundidad de la frustración de un sector para el cual los valores nada importaron a la hora de descargar el odio que guardaba por dentro.

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*EN EFECTO, que ese editorial lo escribiera alguien considerado como hombre de izquierda, defensor -al menos él lo dice- de la democracia, de las libertades públicas, es lo que hace más despreciable lo que allí se sostenía: que Hugo Chávez era el responsable del golpe; que todo cuanto había hecho desde la presidencia justificaba la acción de un grupo de bandidos encabezado por Carmona, de militares inescrupulosos, banqueros, empresarios, y la Misión Militar norteamericana, que desde el propio Fuerte Tiuna monitoreó la acción criminal. Petkoff demostró ese día lo que llevaba por dentro.

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*DE NUEVO se metió en una aventura política: la de su candidatura presidencial. Cualquiera que no pertenezca al entorno seudointelectual y elitesco que lo acompaña incondicionalmente, sabía que se trataba de un gesto personalista, reivindicador de un ego bastante maltratado por sucesivos fracasos. Si en el pasado nunca contó con apoyo popular para sus operaciones políticas, ahora menos lo iba a tener. En el amplio universo de la izquierda, del país progresista, Petkoff no tiene vida. Aquel editorial de hace cuatro años lo puso en evidencia y le atrajo un repudio generalizado. Con otros sectores de la sociedad ocurre igual: Petkoff no es persona confiable. Por tanto, su postrer intento por figurar, para ganar una candidatura representativa de la unidad de la oposición tenía plomo en el ala y estaba condenada a morir. Que es lo que acaba de ocurrir, y que él pretende disfrazar con el falaz argumento de que se sacrificó por la unidad. En su caso no hay tal sacrificio, porque su candidatura jamás tuvo posibilidades.

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COMO ÉL en hora menguada le dijera a Chávez "Chao Hugo", podemos repetir "Chao Teodoro", pero en este caso para siempre. Porque él sí es verdad que no volverá.



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