De nuevo la canalla mediática deja ver la costura, arrastrados por el odio, vomitan desde las más bajas pasiones y dejan al descubierto el talante desbocado, a tenor de los enemigos políticos. Pretenden enrostrarnos, ante el dolor nuestroamericano, en momentos de tensión, acompañando con nuestras oraciones, el trance por el que está pasando nuestro líder.
Perdido todo respeto a la condición de un paciente, cualquiera que éste sea, pero sobre todo en este caso específico, cuando es el primer mandatario nacional, el más alto cargo que persona alguna pueda aspirar, máxime cuando además, la investidura que endosa, ratificada por la magnanimidad del pueblo soberano, mayoría expresada el siete de octubre pasado.
Carcomidos por la peor enfermedad del ser humano, el desprecio a la vida, desconociendo a quien padece y también sufre, al que pretenden invisibilizar, pero deseos no empreñan. Expresando su soberbia, adheridos a una supuesta superioridad, se chorrean en ataques cobardes desde el viejo continente, en la colonial madre patria, repique de fablistanes de oficio, es que acaso no tienen lo suyo con sus sociedades desgajas, convulsas y heridas.
Esta afrenta, de la que se hacen eco aquí en el país, nos golpea en el rostro, irrespeta nuestra idiosincrasia, al amor e identificación que tenemos con nuestro líder. Venezuela, fue vapuleada por rencores inyectados en la psiquis colectiva, combinación de prejucios inseparables de nuestro fuero interno, con el cual discernimos y es necesario para el momento de asumir grandes decisiones en atención a nuestras responsabilidades como personas.
Desde la independencia marcamos distancia, dejamos atrás algunos lastres impuestos, y nos enrumbamos hacia nuevos derroteros. Pero hizo falta que los siglos pasaran para que de nuevo asomara una figura que asumiera tamaño compromiso de dirigir los destinos de esta gran nación, con responsabilidad y valentía, hecho concretado en Hugo Rafael Chávez Fría, el hombre de Sabaneta, con su carne y sus huesos, con su espíritu y su cuerpo.
Él, quien ha sido sometido de nuevo a tan delicada intervención quirúrgica por parte de un equipo especial, con riguroso tratamiento y un reposo estricto, hubo de llegar a tales extremos, producto del estrés acumulado en una persona humana, comprometida con sus preocupaciones, sus esfuerzos y sacrificios, para llevar al mejor vivir a todo su pueblo.
También él puso su brazo sin descanso, su alma sin reposo, para enfrentarse a la hazaña el tiempo y las circunstancias, mismos que lo postraron, ingrata travesura del destino, ante la realidad de tamaña responsabilidad. Sin embargo, sin arredrarse aun nos conmina con toda su humildad, a que comulguemos en la unión, que respondamos como uno solo, en retribución al reto de revolucionar el proceso que lideriza éste otro ser de las dificultades, apreciado, amado, querido por los hombres y las mujeres de esta patria de América y del mundo.
Todavía requerimos tu apoyo incondicional, con sentimientos trasmuten en conciencia, abogamos por su pronta recuperación Comandante, para continuar entre y con nosotros sembrando Patria Nueva, con briosa esperanzas y estratégica persistencia Presidente Chávez, tu liderazgo es punta de lanza del proceso revolucionario, impulsor del Socialismo del Siglo XXI. Todavía te quedan tormentas por capear, queda mucho por hacer Hugo, la lucha apenas comienza ante el rumbo que marcaste, no habrá viento ni marea que pueda torcer la potencia de tu pueblo agradecido, te esperamos y mientras tanto continuaremos desarrollando los nuevos avatares.
Patria Socialista, Viviremos y venceremos.
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