22 de febrero 2009. - Ante la dureza de la crisis financiera, en Estados Unidos y la Unión Europea hay rumores insistentes de nacionalizar la banca. El viernes, el presidente de la Comisión Bancaria del Senado de EE.UU., Christopher Dodd, dijo que sería necesario nacionalizar algunos bancos "al menos por un corto tiempo", pero la Casa Blanca lo desmintió y dijo que creía firmemente en un sistema bancario privado.
"Los comentarios de Dodd cambiaron el asunto de ser rumor a ser discutido públicamente, causando tensión en los mercados", dijo Michael Wolfolk, funcionario de The Bank of New York-Mellon.
El analista, James Saft, dijo que "le guste o no, Estados Unidos será forzado a nacionalizar grandes franjas de su sistema financiero" y agrega: "La tragedia es que tendremos que esperar todo ese tiempo y el costo será mayor". Dijo que se enfrentan principios contradictorios: uno ideológico de no nacionalizar, y uno político de no subsidiar y que el Gobierno no se decide porque espera que si se llega al colapso "la nacionalización sea políticamente más aceptable".
El senador Lindsey Graham afirmó el miércoles que la nacionalización es una opción para lidiar con los atribulados bancos estadounidenses y que otras opciones incluía dejarlos quebrar, o que el Gobierno siga inyectando capital, estrategia que casi "arruinó a Japón".
En Europa...
"No hay nada de malo con nacionalizar las instituciones financieras que son 'insolventes y han quebrado', dijo la ministra francesa de Economía, Christine Lagarde, mientras el primer ministro italiano, Silvio Berlusconi, admitió que la nacionalización bancaria es una hipótesis que se revisa a nivel internacional.
Alemania aprobó una ley temporal que permitiría nacionalizar bancos por expropiación de sus acciones, como último recurso. Esta idea es polémica por razones históricas, pues se la vincula a las apropiaciones nazis de propiedades judías en los años 30 y a la confiscación de empresas privadas en Alemania del Este, tras la Segunda Guerra Mundial.