El reciente golpe de Estado en Gabón, solo confirma la sublevación del pueblo africano en contra de la barbarie cometidas por los países europeos en esas naciones durante 300 años, cuyo número de muertos, que se sabe son millones, nunca se conocerá la cifra exacta.
El caso de Gabón es particularmente interesante, porque es extremadamente estratégica para el mundo, pues se encuentra en la costa atlántica de África Central, que puede monitorear todo el transporte marítimo de esa región. Eso, ya es un punto a favor de África y uno en contra de Europa.
Pero quizás lo que más aterroriza a los europeos, es que esa nación apenas del tamaño del estado Bolívar en Venezuela y con menos de tres millones de habitantes, tiene sus entrañas llenas de riquezas naturales, peeero muchas riquezas, tan abundantes que contradictoriamente, no ha servido para que los europeos se hayan preocupado por sus habitantes y combatir la pobreza. Esas riquezas naturales, se traducen en: petróleo -no olvidemos que Gabón es miembro de la OPEP- gas natural, diamantes, niobio, manganeso, uranio, oro, madera, mineral de hierro y energía hidroeléctrica.
Y lo que más aterroriza a su colonizador Francia, es que es otra de las naciones que se alzan y les vetan la materia prima que ellos necesitan para su subsistencia como nación. Es bien sabido que una de las razones por las que los europeos se lanzaron al mar, fue por la necesidad de encontrar nuevos materiales que contribuyeran al desarrollo de sus inventos y las nacientes tecnologías. No solo Francia tiembla ahora, sino toda Europa, cuyas colonias en África, se sublevan y sus mandatarios títeres, están siendo destronados.
Y puede que una de las preocupaciones fundamentales, es esa nueva generación de militares jóvenes, que asumen la historia de sus países y de sus primeros libertadores, como lo fueron Patricio Lumumba, o Thomás Sankara, conocido como el "Che Guevara africano". Tienen una historia común y son coincidentes en la necesidad de la liberación, además de acuerdos en las ideas; incluso, tienen un poderoso aliado que apunta a la diversificación y ampliación de sus mercados. Pero, además, Rusia ha jugado un papel clave desde los 70, trabajo que comienza a dar sus frutos.
África es un nuevo polo de conflicto, pero también de esperanzas. Ya es difícil revertir el deseo del pueblo africano, no solo de ser libre, sino de trazar su propio destino. Y eso, no le gusta a Europa, que cada vez más comienza a ver las dificultades en encontrar las materias primas que necesita para seguir creciendo. Aunque está la salida de fuerza. Sólo que ahora no sería muy bien visto invasiones para generar más genocidios. Compleja situación.
