Ginebra II, por la Paz; o antesala de rapiña, con la ONU celestina

En el mundo capitalista, muchos adláteres han querido hacer ver la hipocresía, como sinónimo de diplomacia, puesto que la han convertido en su forma de vida. También, saben hacer uso de un lenguaje rebuscado (como "adláteres", en lugar de "servil y sin personalidad" o marioneta), con un atavío, de corbatas, marcas de relojes, mancuernas, pañuelito en la solapa del paltó para él, con sus ademanes y maneras delicadas, melifluas, algo así, como mariposonería, pero seriecita y homofóbica, por ser de escaparate; para ella, la mezclilla, con colores grises, tirando a marimacho o asexuado, que no permita derroche de sensualidad, en una especie de estitiquez estética.

     Este es, incluso, el estereotipo de ciertos diplomáticos que pululan en entes como la Organización de las Naciones Unidas (ONU), Organización de Estados Americanos (OEA), Unión Europea (UE), en las que estas caracterizaciones no dejarían de ser tan bufas y subalternas, si este fenotipo no fuese acompañado del cuchillo que van amolando al servicio de los poderosos países y de sus gobiernos contra las naciones con riquezas materiales y energéticas, mano de obra barata y cualquier otra bienhechuría. O "comodities", como ellos dan en llamarlas, de las que puedan aprovecharse.

     En organizaciones como éstas, muchas veces, hay concierto para delinquir, de manera tal, que un criminal bombardeo e invasión como los que acostumbra hacer el gobierno de EEUU y sus socios, termina siendo justificado y avalado por la ONU, OEA, UE, entre otras, con la excusa de llevar las riendas del orden mundial y darnos democracia y si los oprimidos se quejan, no son más que unos resentidos sociales que no saben qué y cómo es su democracia de "excepcionales", como la definida por el negro más blanqueado, jamás conocido (no me refiero a Michael Jackson).

     Entre esos encuentros, dizque por la paz, ya vamos por el segundo, el llamado Ginebra II, que no es otra cosa que la ceremonia previa, la preparación de la logística necesaria y el presupuesto del costo de los llamados "daños colaterales" que puedan servir de alivio a tantos millones de muertos que aspiran y calculan dejar, cuando invadan Siria. Más parece el festín de la antesala de la rapiña, que la búsqueda franca de la paz.

      Lo que quedó en el tapete fue que los metiches occidentales y una oposición prefabricada a su medida, han querido dejar en claro, en este encuentro de Ginebra II, la condición de que quede fuera del gobierno, Bashar Al Assad, Presidente electo por su Pueblo y gobernando legítimamente.  Es decir, quieren que el mundo les ahorre el camino de usurpar el poder a la fuerza, con eso que ellos dan en llamar "transición" o, si invaden y se cogen el coroto los invasores, que al menos, ellos sean esa dirigencia de títeres, con los beneficios que dejan estas empresas golpistas. Ahí, en esa Ginebra II, no hay Pueblo.

     Uno no puede dejar de recordar, que hace unos años atrás, una minoría loca y criminal, montó su sainete, para tumbar al Comandante Hugo Chávez, en lo que se dio a conocer como la "Mesa de Negociación y Acuerdos", que era más una "Mesa de Disociaciados y Desacuerdos", porque sus objetivos eran tumbar un gobierno democrático y revolucionario, lo que pasaba por quitarle la cabeza al Comandante Chávez. En esa ocasión, la OEA fue la celestina de turno.

     Pero, nuestros diplomáticos, al igual que muchos otros, latinoamericanos, caribeños, africanos, como no son de esa diplomacia de hipócritas, desenmascararon toda la patraña.

     Hacemos votos, para que el Pueblo Sirio corra la misma fortuna que el Pueblo venezolano o, de ahí, vendrán por la cabellera del Presidente Obrero, Nicolás Maduro, luego de que EEUU, Francia, Israel, Italia y España, dejen la huella de sus saqueos en Siria o el esterero de sus muertos les deje un escarmiento para el resto de sus historias de invasiones y piratería.

     Ojalá, la tal Reunión Humanitaria de Roma, para el 02 de febrero, no vaya a ser la recolecta que limpie el daño colateral, aunque los sirios saben que al tigre y al águila se cazan. Hechos como los que están sucediendo contra nuestro pueblo hermano de Siria y su Presidente, deben animarnos a fortalecer y blindar la Alianza Bolivariana para los Pueblos de Nuestra América - Tratado de Comercio de los Pueblos (ALBA-TCP), la Comunidad Económica Latinoamericana y Caribeña (CELAC), PetroCaribe y la Unión de Naciones del SUR (UNASUR). No dejemos que la rapiña vuelva a poner sus garras en nuestro suelo.



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Luis Alexander Pino Araque


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