Supura la herida de los socialdemócratas. Ahora aparece el ex ministro Víctor Álvarez

En su nota "El Socialismo sin capitalistas no funciona" (Aporrea, Martes, 15/09/2015 04:52 PM)

Víctor Álvarez argumenta a favor del reformismo a nombre de los nuevos tiempos. El mismo argumento de Emir Porras. El socialismo de los nuevos tiempos debe hacerse con los capitalistas. Nos dice Víctor Álvarez   

“¿Cómo es un sistema socialista? … Para no caer en el error de llamar socialismo a cualquier revuelta, Marx y Engels explicaron las condiciones objetivas y subjetivas que deben cumplirse para el salto al socialismo. Plantearon que este sistema solo era posible en aquellos países donde el capitalismo había logrado a un alto nivel de desarrollo de las fuerzas productivas. Como condición subjetiva, plantearon la existencia de una clase obrera consciente y organizada, capaz de conquistar el poder político para crear un nuevo Estado al servicio de la emancipación social.”

Este ha sido siempre el argumenta desde el cual la socialdemocracia, la histórica socialdemocracia, ha renegado de las revoluciones socialistas. Es una tentación rebatirlo citando textos y autores, episodios del pasado, pero solo invito a los lectores de esta “otra nota” a estudiar, a leer sobre la experiencia cubana y la revolución cubana, leer a Ernesto Che Guevara y a Fidel Castro. También a Marx, pero con mucho menos prejuicios y más cuidado que Álvarez. También Marx fue un militante por la causa de la clase obrera que quiso hacer la revolución y tuvo en su momento una idea de ella mucho más vital que esa letanía del desarrollo de las fuerzas productivas, como condición necesaria para madurar las condiciones…etc etc. etc., eso que dice él ex ministro más arriba.

Dice el Che, hablado de Marx:

“Marx pensaba en la liberación del hombre y veía al comunismo como la solución de las contradicciones que produjeron su enajenación, pero como un acto consciente. Vale decir, no puede verse el comunismo meramente como resultado de contradicciones de una sociedad de alto desarrollo, que fueran a resolver en una etapa de transición para alcanzar la cumbre; el hombre es el actor consciente de la historia. Sin esta consciencia que engloba la de su ser social, no puede haber comunismo.

Luego cita a Lenin. También hay que leer a Lenin, a Rosa Luxemburgo y a Antonio Gramsci, resumen el pensamiento necesario para entender, al menos en una teoría hecha con sangre, el por qué las revoluciones son posibles hacerlas, sin tales condiciones de desarrollo, sin tales dogmas teóricos y pequeño burgueses, solo mediante la acción consiente del hombre. Un ejercicio práctico, de vida para “parir” una teoría que a su vez nos prepara para la transformar el mundo. De forma comprometida y activa revolucionaria, en el día día. No se puede hacer la revolución con los puros deseos, quedándose en el sueño sin bajar a la tierra de los hombres. Pasivos, diletantes, cómodos. No porque se tenga aire acondicionado en una oficina, como critica una “máquina” al Toby, digo cómodos para no esforzar la inteligencia, para no extenuar nuestros nervios,  esperando el desarrollo de las fuerzas productivas dentro de la tibia costumbre de seguir el curso de las cosas, otorgando créditos a las empresas privadas y esperando los resultados en nuestro lecho de muerte, para morir tranquilos, sabiendo que el socialismo, igual que el último Imán, o el próximos mesías, caerá del cielo algún día.

La revolución Rusa fue posible a pesar de tales condiciones de desarrollo de las fuerzas productivas (con la cuales justifica Álvarez, Temir, y otros iguales por sus ideas, las alianzas actuales con los capitalistas, nacionales, chinos y rusos). Y la revolución cubana también. La caída de la primera fue obra de los reformistas dentro de la misma revolución, obra de la persecución y la intolerancia y sobre todo, de la pérdida de esa consciencia de la cual hablaba el Che. Por otra parte, la posible caída de la revolución cubana será a causa de las mismas debilidades políticas, de la pérdida de la consciencia comunista y la consciencia revolucionaria.

El Che:

 “Se puede abordar la tarea de la construcción de la nueva consciencia porque estamos a nuevas formas de relaciones de producción y, aunque en sentido histórico general, la conciencia es producto de las relaciones de producción, deben considerarse las características de la época actual cuya contradicción fundamental (en niveles mundiales) es la existente entre el imperialismo y el socialismo.”

“En Cuba, el desarrollo de las contradicciones entre dos sistemas mundiales permitió el establecimiento del carácter socialista de la revolución, carácter que le fue dado en un acto consciente, gracias a los conocimientos adquiridos por sus dirigentes, la profundización de la consciencia de las masas y la correlación de la fuerzas en el mundo.

 “El sistema presupuestario de financiamiento” Publicado por Ocean Press, Osean Sur, 2007, Bogotá. –Hubiera sido interesante que Víctor Álvarez citara este trabajo del Che. No sé, quizá su reflexión tuviera otros resultados.

…Si todo es posible, ¿Por qué no pensar en el papel de la educación como ayudante pertinaz del Estado socialista en la tarea las viejas tareas de una sociedad que ha muerto y se lleva a la tumba sus viejas relaciones de producción?”

Y entonces ustedes buscan el texto y lo leen. Luego se convencen de algo y escriben; meditan, sueñan, siguen leyendo…El Che defendió hasta la muerte la consciencia, como la “variable económica”  olvidada por los técnicos y tecnócratas, pero que es fundamental para la construcción del socialismo.

Los Álvarez y los Porras dirán ahora, --“Nadie puede hacer una revolución con las ideas de un guerrillero”… “¿Y cómo come la gente con eso?”. Yo digo, aparte: --“¿Cómo se puede comer basura?, no lo sé, ¿cómo se come comida?, de pende de cuanta conciencia… Luego los Álvarez y los Porras: --“¿cómo se puede vivir con la consciencia”…  Ahí (pienso yo) –“sí que puedo decir algo. Es la única forma de vivir, de vivir viviendo, como decía Chávez. El Che quiso ser comunista, así como lo quiso ser en vida Carlos Marx. No es nada fácil, pero es algo humanamente posible y grandioso. Por eso son modelos morales. Por eso Bolívar es un modelo moral. Una revolución es la conjunción de grandes hombres. Por el ejemplo que dan unos con sus actos, y por la conciencia que adquieren otros con ese ejemplo. Y por el crecimiento rápido del conocimiento humano, de la conciencia y el espíritu humanos en muchos hombres y mujeres.

El che hubiera fracasado tratando de equilibrar los indicadores macroeconómicos de Cuba, no hay duda. Pero, hizo junto a Fidel, del pueblo cubano un pueblo tan consciente, tan moral, tan inspirado como sociedad que, en igualdad de condiciones, hubiese con su inspiración repetido varias veces la producción necesaria de bienes para que  cualquier país capitalista alimente a toda su población, pero en menos tiempo. Antes de que el Che comunista saliera de Cuba, contribuyó a que ese mismo pueblo emulara el heroísmo del pueblo soviético en la segunda guerra mundial, en bahía de Cochinos: imagine señor Víctor Álvarez, un pueblo de héroes, un pueblo inmortal, un pueblo vivo y despierto, y verá el socialismo sin capitalistas.

Ahora ya sabe que se puede vivir con la consciencia. Toda su reticencia a hacer la revolución como debe ser, sin estos sinsentidos de pensar un socialismo con capitalistas, viene de ahí también, pero de la falta de conciencia, de falta de voluntad a tenerla o sostenerla; quizá gracias a la vida “cómoda”, y sin ningún ideal que le apacigüe los nervios, que lo inspire, sin razones sagradas que sostengan la vida.

Sigue Álvarez con su tesis.

 “El socialismo como aspiración humana de construir una sociedad libre de cualquier forma de explotación y discriminación no ha fracasado. La implosión del modelo soviético fue porque se quedó muy lejos del socialismo, de la misma forma que el neo-rentismo socialista está en crisis al limitarse a repartir la renta para aliviar la pobreza, sin erradicar las causas estructurales del desempleo y la exclusión. “

Es decir que para el señor Víctor Álvarez, el socialismo soviético fracasó por no poder resolver el problema de la “exclusión y el desempleo”, las causas estructurales. ¿Acaso las causas estructurales no son anteriores a eso, es decir, no están en el capitalismo mismo? El empleo, es una categoría capitalista. Ser “empleado” connota ya el sentido de dominación. Fuera del capitalismo solo existe el trabajo, el trabajo humano y creativo. Y, si habla de exclusión, ya que habla también de socialismo, libre de cualquier forma de explotación y discriminación, por favor diga exclusión a qué, o de qué. Con ese leguaje tan ambiguo no se hace entender.

Porque no pudieron, como dice, mejorar los indicadores económicos de la inflación y el desempleo. Y para estos asesores nada tiene que ver la pérdida del socialismo con pérdida de la conciencia comunista, la conciencia del deber social, en los dirigentes, en personas como Álvarez o Porra, que estuvieron en el gobierno; nada que ver con la debilidad de carácter y espíritu, con el aburguesamiento de sus vidas.  El de Álvarez es un argumento que deja de lado, como en Temir, la acción humana. Como siempre lo hacen y lo han hecho los economistas con títulos, los economicistas

“La toma del poder político es una condición necesaria más no suficiente para construir el socialismo. No se puede decretar el socialismo”…

Es cierto, no se puede decretar, hay que fundarlo en la conciencia, en el espíritu, hay que convencer a muchos para construirlo, diría Fidel.

Pero insiste Álvarez con sus contradicciones  

“mucho menos en un país que no cuenta con un elevado nivel de desarrollo de las fuerzas productivas (Pensé que diría, un elevado nivel de conciencia del deber social). Crear un ambiente hostil contra la empresa privada sin haber creado antes una economía socialista alternativa, resultó el atajo perfecto para esta crisis de escasez, acaparamiento y especulación que castiga a la población.”

Hasta aquí lo lógico de sus razonamientos. Su último razonamiento es falaz. Por supuesto que manipulador, caza bobos, pero sobre todo es un argumento falso. Su conclusión nada tiene que ver con las premisas. Sin embargo no estoy muy seguro de que sea un razonamiento. El caso es que él parte del hecho que una economía socialista alternativa (la cual debe crearse primeramente desde una alianza con los capitalistas) es previa a la creación del socialismo por la alianza con los capitalistas, o sea, no es una falacia, es un disparate total. Una especie de paradoja, la prueba ontológica de San Anselmo de la existencia de Dios, pero más enredada y más absurda, y todo para justificar la alianza con la empresa privada.

¿Cómo es posible crear una economía socialista alternativa sin crear un ambiente hostil contra la empresa privada, le pregunto yo al señor Álvarez? Luego de este disparate saca como conclusión que el problema de la escasez se debe al ambiente hostil contra la empresa privada, como si la empresa privada pudiera permitir sin mucha resistencia una economía socialista alternativa. No la ha construido este gobierno socialdemócrata, tampoco la va a permitir la empresa privada, ¡qué absurdo!, qué tontería.

“Criminalizar la iniciativa privada, inhibir el espíritu emprendedor y frenar el desarrollo de las fuerzas productivas condujo al colapso económico del socialismo del siglo XX.”  Para el socialismo, aquí o allá, elevar las fuerzas productivas es importante pero no puede ser lo principal ni lo más importante antes que elevar en la población la conciencia del deber social, la conciencia comunista. Y mucho menos importante elevar las fuerzas productivas en alianza con la empresa privada. La historia de la revolución Cubana es un buen ejemplo de esto. Tiene el mérito de haber sobrevivido a los embates del capitalismo por más de cincuenta años, sin alianzas, y mucho menos “alianzas estratégicas”, con el capitalismo, conservando uno de los índices de desarrollo humano más elevado del planeta.

Sigue “Ante el fracaso de las empresas estatizadas que terminaron quebradas por el burocratismo y la corrupción, China, Cuba y otros países con gobiernos de izquierda y revolucionarios han concluido que el socialismo sin capitalistas no funciona…” Es mentira para el socialismo como sistema político, y  es otro contrasentido. Es un prejuicio común alimentado por los burgueses.. El burocratismo y la corrupción son dos formas aberrantes de la sociedad, pero de la sociedad capitalista, que moviliza a la sociedad solo con estímulos materiales. Sin estos estímulos, sin las formas de vida aburguesadas, sin el egoísmo a ultranza, sin los valores capitalistas no habría casos de corrupción, los cuales, por otra parte,  no son exclusivos de los Estados. En la empresa privada y sobre todo en la empresa privada se genera la corrupción, que no es otra cosa que una forma subterránea del mercado. Solo que en la empresa privada no se notan los corruptos, porque es el mismo dueño de la empresa el único y mayor corrupto, corruptor y ladrón entre todos.

Otra cosa, no sé a cuál “espíritu emprendedor” se refiere Víctor Álvarez. Hoy aquí, como en el siglo XX, que se sepa, no ha habido un solo Magallanes en el mundo, o un Edison, ni siquiera un vulgar productor de leche, que podríamos calificar de “emprendedores”. En Venezuela, por ejemplo, la empresa privada, nuestros “emprendedores”, son los capitalistas más cómodos, más parásitos, son, en resumidas cuentas, unos vulgares ladrones. Muchos ni siquiera se toman la molestia de explotar a la gente directamente para obtener sus ganancias, le piden dólares al gobierno y ya, se los roban sin ensuciarse las manos de sangre.

Para terminar, si hay socialismo no hay capitalistas, ni buenos ni malos (los malos son los mejores. Los buenos, afortunadamente, no existen). Defínase señor Álvarez, o chicha o limonada… aunque si sigue así, muy pronto estará de vuelta en el gobierno.



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Héctor Baíz

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