Ni el capitalismo ni el socialismo ni el comunismo: regalan nada

El capitalismo fue muy claro incluso antes de derrocar al feudalismo e instaurar su régimen de Gobierno burgués: nada de regalos al pueblo y, mucho menos, al proletariado porque a éste sólo se la ha concedido la libertad jurídica de vender su fuerza de trabajo al propietario de medios de producción y de capital que desee o, más ciertamente, lo contrate. Toda su historia lo ha comprobado. Más bien lo que hace es incrementar -por un lado- la socialización de la miseria para los muchos y -por el otro- aumentar la concentración de la riqueza social en el menor número de burgueses posibles.

         Suelen no pocas personas del pueblo creer que el socialismo es una regaladera de dimes, diretes y señor mío. Creen que ese es su principio fundamental. Que allí está su misión sagrada y única. No. El socialismo, casi todo su desarrollo, se rige por las mismas reglas del derecho burgués y de su sistema financiero del capitalismo que no regala nada a nadie sino  que vive, en parte, del préstamo  y la especulación.  El socialismo no aplica esas políticas pero jamás se desarrolla si todo su presupuesto lo convierte en un fuente de regaladera de recursos porque terminan socializando la miseria y  creando menos oportunidades de trabajo en la producción de los bienes materiales  que es su esencia para su desarrollo El socialismo no es, hay que entenderlo muy para siempre, un mercado público donde cada quien toma lo que le venga en gana y no mete ni un bolívar en la caja de cobro.  No, el socialismo no podría justificarse por la simple eliminación de la explotación del hombre por el hombre. Es imprescindible que asegure a la población mayor economía de tiempo que el capitalismo. El socialismo no puede lanzar por un abismo todo la grandeza de cultura alcanzada por el capitalismo sin lo cual no hay posibilidad alguna de construcción  de socialismo. Y en este mundo actual, entendámoslo con suficiente claridad para que no se no vaya el tiempo envejeciéndonos engañando al pueblo y engañándonos nosotros mismos, lo domina el capitalismo altamente desarrollado y si no lo derrotamos los siglos continuarán llevándose generaciones enteras, naciendo otras y llevándoselas igualmente y los siglos manteniendo ese capitalismo salvaje hasta que un día el proletariado, fundamentalmente de los países capitalistas altamente  desarrollados, se arreche y al grito de ''Proletarios del mundo uníos: acabemos de una vez con este maldito capitalismo y comencemos a construir el socialismo para emancipar a todos los explotados y oprimidos de la Tierra y a nosotros mismos''.

         El Gobierno Bolivariano no debe, por ninguna circunstancia,  seguir con las regalías sino .más bien crear fuentes de trabajo productivo, grandes cooperativas colectivas propiedades del Estado y no de los personas particulares que aseguren producción de bienes alimenticias a los  mercados nacionales. De no ser así, sólo se le están asegurando espacios productivos a la propiedad privada que piensa primero en el mercado exterior en vez del interior. Si un Gobierno revolucionario no entiende que el mundo de hoy es dominado por el capitalismo altamente  desarrollado, si no comprende que  el desarrollo de las fuerzas productivas es la primera condición para el comunismo y esas las ha creado el capitalismo, termina aplicando políticas incorrectas de economía  y de esa forma puede conducir nuevamente a la sociedad a vivir la socialización de la indigencia, la lucha entre el pueblo por lo necesario para vivir, hace resurgir el viejo caos que precisamente derrotó antes el triunfo de la revolución, Lo dijo Marx y no yo y moriría en la Carraca ratificando que no fue Miranda quien lo dijo sino Marx. Y nuestro pueblo, de corazón lo dijo, no debe seguir exigiendo, como condición del socialismo que le regalen las cosas, le paguen salario y prácticamente todos los días vivan en una concentración o cultural y se olviden del trabajo productivo que es la más importante de todas las políticas económicas. Me perdonan si estoy errado, pero una nación no puede dar pasos de desarrollo dedicándose todos  los días a manifestaciones políticas porque eso demuestra que  tienen abandonado las labores de producción y es eso malísimo para la economía.

Bueno, sólo en el comunismo la gente tomaria de los mercados públicos lo que necesite para vivir precisamente porque la sociedad trabajará de acuerdo a sus capacidades. Si el  pueblo no se dedica a trabajar y trabajar y más trabajar, exigiendo mejoras en sus condiciones de vida socioeconómica, hay que olvidarse de socialismo. Entendamos esto y es una demostración histórica irrefutable: primero  se acaba el mundo, que proponerse utópicamente a construir el socialismo en un solo país. El socialismo es realismo verdadero y no mágico y no encantos  de subjetivismo místico ni de nihilismo.

         Nadie se canse en la lucha por el socialismo porque al fin y al cabo con el tiempo: triunfará. Claro no con políticas bajadas del Cielo sino en los campos productivos que es la base y fundamente para el desarrollo económico.        Simplemente una recomendación a los camaradas que no les gusta leer. Si no lo hacen terminarán siendo fanáticos pero no militantes conscientes del proceso. No soy militante del PSUV pero apoyo al Proceso Bolivariano. Eso no es ni contradictorio ni reaccionario. Es todo.



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Freddy Yépez


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