Quieren hacer de Dios un candidato opositor

           Leyendo la Ley Orgánica de Educación (LOE), así como otros criterios referentes a la aplicación de este instrumento legal, concluí que la cuestión ni siquiera se trata de sacar o no a Dios de las escuelas, sino de que los adversarios del proceso revolucionario, derrotados siempre por el presidente Hugo Chávez, se la juegan intentando hacer de Nuestro Señor un candidato de la oposición.

      Convocan a la gente a la calle con el argumento de que quieren sacar al Creador de la vida de los niños, con la banal intención de lograr la unión que no ha podido alcanzar la Mesa de la Unidad Democrática. Eso es un sacrilegio, una mentira y como toda mentira es un  pecado que no perdona la población.

      Analizando opiniones de personas calificadas en la materia, supongo más bien que la LOE sólo pretende ser lo más democrática posible, al no permitir que una mayoría religiosa se imponga a una minoría en las escuelas y deja esta enseñanza en manos de la doctrina de cada familia.

      Todavía pienso que es flexible con los creyentes más críticos de la Ley. El Ministro de Educación Superior, Luis Acuña, aclaró que no está prohibido impartir cualquier religión en las escuelas o liceos, sólo que deben hacerlo en tiempo extra curricular. Una oportunidad para mantener a Dios en los centros educativos tal como los católicos quieren, porque otros cristianos han tenido que echárselo al hombro y llevarlo de casa en casa, a fin de predicar y evangelizar a la gente.

      Estimo que la LOE demuestra respeto a las diferentes convicciones religiosas. Nadie se imagina lo que sufriría una mamá o un papá evangélico, sabiendo que en la escuela le enseñan catecismo a su hijo y después de clase se lo envía a su casa encomendado al Dr. José Gregorio Hernández y a las Tres Divinas Personas. ¿Díganme si lo obligan a hacer la primera comunión de flux y hallaquita? Quiero aclarar que no soy evangélico, sino católico. Creo en La Chinita. Estoy seguro que hace poco puso sus santas mejillas, para frenar un rayo que pudo acabar con la vida de muchos de sus fieles. Me confieso además, incapaz de llevarme un trago de licor a la boca sin antes echar el de San Benito. Si lo hago, me cobra, siendo benevolente conmigo, como mínimo, me rompe la copa.

     Pero hay que entender que los evangélicos, los testigos de Jehová, los adventistas, los mormones, entre otros, no creen en imágenes y los católicos debemos ser respetuoso de esa creencia, así no la compartamos ¡Por Dios! 

*Periodista


albemor60@hotmail.com



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*Alberto Morán


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