(a dos días de las Elecciones Estudiantiles de 2008)

Una (1) Lectura -desde la Izquierda- sobre el Proceso Político en la UCV

Si bien los procesos electorales son apenas una circunstancia y, en el caso de la UCV, una coyuntura que en ocasiones, arrastra hacia aguas tenebrosas de la democracia burguesa, los saldos electorales permiten en general, aportar indicios a las evaluaciones que hacemos o debemos hacer.

Y es que, a pesar de que los marcos de la democracia formal son el tamiz por donde la burguesía decanta las posibilidades de ejercicio de poder de los sectores revolucionarios, en la transición que vive el país y el continente, donde los métodos de lucha varían, hay una cierta preeminencia del método electoral-democrático-burgués para la toma del poder (constituido) por parte de los sujetos de cambio. Esto no debe pasar por debajo de la mesa, ya que por más de acuerdo o desacuerdo que exista con este método, es una realidad que debe tenerse presente en el análisis. Forma parte de la contradicción que explica Miguel Mazzeo en su aporte "El sueño de una cosa": la contradicción soberanía /autonomía, en la lucha antiimperial de resistencia y la construcción de poder popular hacia el socialismo.

 En este contexto, las elecciones nacionales y, particularmente en la UCV, muestran en el marco de las contradicciones comentadas, algunos elementos de consideración:

  1. La reforma, sirvió para mostrar las costuras, una muy grande era la del tejido social no construido, abandonado como propósito, por los sectores revolucionarios, dispersos, sin política-orgánica en algunos frentes. El auge del frente estudiantil de la derecha, promovido y articulado por la CIA, acorraló al gobierno y no encontró oposición efectiva en las instituciones educativas, ni siquiera en las universidades públicas, que en otrora había sido frentes importantes de la izquierda.
  2. Como resultado de esa derrota, en distintos ámbitos hubo una motivación muy fuerte por recuperar espacios, organizarse más y mejor y emprender una campaña de movilización social reivindicativa. En la UCV, apenas pasado el dos de diciembre, varios sectores iniciaron -e iniciamos- reuniones, evaluaciones, programaciones y acciones.
  3. Desde entonces, el último año ha sido de propaganda, agitación y movilización. Cualquier situación (alquiler del olímpico y otras áreas para conciertos privados, restricción del ingreso, servicios públicos deficientes, autoritarismo profesoral, etc.), se ha convertido en causa de los sectores progresistas y revolucionarios.
  4. No en todos los casos se obtuvieron logros inmediatos, pero en muchos sí, por ejemplo: se canceló el Concierto pautado meses atrás en el Olímpico Universitario, se flexibilizó la posición de las autoridades de la UCV en relación a la OPSU, se mostró clara oposición a Cecilia García Arocha en su toma de posesión, se realizó satisfactoriamente el Referéndum contra la Exclusión electoral del grueso de la comunidad universitaria, se conquistó una victoria tremenda en referéndum de compañeros/as de Sociología por el voto igualitario de estudiantes, docentes y trabajadores/as, entre otros).
  5. Aunque la derecha estructuralmente es mayoría en las universidades, la agitación permanente, coordinación política y dirección colectiva de los sectores progresistas y revolucionarios hizo mella y mostró los dientes durante casi todo el año, no se descansó.
  6. La post-modernidad y los mitos construidos durante los últimos años que pretendían hacer ver toda aspiración como tarea de gobierno o, como alcanzable solo en la medida que la mayoría popular algún día viera la necesidad, fueron circunstancialmente superados. Se asumió la UCV como frente de lucha necesario y urgido, no dejamos para después lo que se podía hacer hoy. Se recobró la conciencia del quehacer humano como forjador de los cambios y de la vanguardia colectiva como fuerza motriz. En buena medida, quizás inconscientemente a veces, fue la apuesta por superar la contradicción que refiere Núñez Tenorio en su Obra "Estrategia y Táctica": Vanguardismo / Adaptacionismo.
  7. Por eso, no debería extrañar que en un año, el saldo electoral dio cuenta de: A) Un avance en la construcción de base (se ganaron cinco veces más Centros de Estudiantes que en noviembre de 2007, cuando apenas el "chavismo" obtuvo Historia y Trabajo Social y; B) A pesar de las fuertes contradicciones entre los sectores revolucionarios y una suerte de fuerza burocrática-clientelar y oportunista apalancada en el Gobierno, la alianza progresista y revolucionaria vuelve a ser beligerante en la UCV, como tercera fuerza, pero viva al fin.

 Pero, ¿Quiénes componen la alianza progresista y revolucionaria?

  1. Podríamos categorizar de inmediato a tres sectores: 1) La social-democracia de discurso progresista, le apuesta a la vía electoral como forma de mantener su poder, la mayor parte de las veces, en armonía con el orden establecido. Es el caso del sector políticamente más oportunista y pragmático. 2) Sectores revolucionarios asumen la vía electoral (en particular lo que tiene que ver con instancias de organización y representación gremial estudiantil), como un medio para la "acumulación de fuerzas", un momento de "politización" que se debe aprovechar, aunque se ven obligados a ceder ante el poder burocrático que tiene raíces en el gobierno nacional (heterogéneo por cierto). 3) Un grupo que cree más en la movilización, la acción directa y las elecciones solo en la medida que sea un espacio para evidenciar la lucha contra-hegemónica y el poder acumulado colectivamente, sin disposición de hacer concesiones al sector burocrático clientelar con matices progresistas.
  2. En términos generales, esta amplia alianza táctica, entre los tres sectores ha venido siendo amenazada por la ultra-derecha, que hace un año (7de noviembre de 2007), utilizó la vía de fuerza para mostrar su capacidad de movilización y de ataque a los sectores populares, incendiando la escuela de Trabajo Social de la UCV e hiriendo a varios/as compañeros/as que se encontraban en el sitio. Esto ha obligado a ver la alianza más que como un capricho, como una necesidad imperiosa, no es una alianza blindada que se mantenga en el tiempo y más bien, tiene grandes contradicciones, pero el enemigo principal ha sido claramente, el fascismo en ascenso desde el cierre de RCTV (cierre es cierre y se lo merecían. Eso de "la no renovación de la concesión" ya no hace falta y además, es muy largo).

 Algo más, la lucha no se acaba e impone retos y compromisos:

  1. Es necesaria una alianza estratégica y táctica de la izquierda en un frente unitario mínimo, que permita la contra-hegemonía de la izquierda en el frente amplio, que no fortalezca y oxigene a los neo-adecos con parcelas en el gobierno. No es una diferencia coyuntural, es de principios, y en la medida que este sector se fortalece cierra los espacios para la crítica y la disidencia desde una perspectiva de izquierda. Ejemplo concreto es la intención de sancionar desde la juventud del PSUV, a un sector que en la Escuela de Derecho de la UCV, abrió una alternativa local para las elecciones. Esto demuestra la vocación conservadora y totalitaria de este sector que cuenta con maquinarias ministeriales.
  2. Necesitamos en ese sentido, construir programática, metodológica y organizativamente, juntos y juntas, sin arrogancias, sin soberbias. Reconocer las potencialidades más allá de la lógica electoral, es decir, más allá de los votos que "mueves". Desde la lógica del apoyo mutuo, se trata de fortalecer y acompañar los procesos organizativos y formativos de los distintos espacios (así no sea el propio). La unidad no se decreta, pero es necesaria y hay que hacerla día por día.
  3. La unidad tampoco es espontánea, mucho menos inorgánica, la acumulación debe traducirse en crecimiento de la organización, si no, generalmente no se mantiene. Los espacios asamblearios abiertos, multitudinarios, por lo general, son espacios de diálogo, pero no espacios orgánicos. La asamblea es una bendición del proceso social y debemos defenderla siempre como lugar de politización, de batalla de ideas, pero la organización democrática es una necesidad. Sin visión de conjunto, de totalidad, no podemos luchar contra el mayor enemigo de la humanidad y su aparato político-militar. Aquí tiene lugar la contradicción planteada por Núñez Tenorio en el texto citado arriba (Estrategia y Táctica): Autoritarismo Burocrático / Liberalismo Romántico.
  4. (Al decir de un compañero de Ingeniería), Apostar a la politización antes que a la polarización. La polarización burda, maquinada por los medios de comunicación, pretende asociar cualquier motivo de cambio con chavismo, chavismo con oficialismo, oficialismo con burocracia y totalitarismo, etc. Es decir, se impone un lenguaje maniqueo y manipulador, con lo cual se programa la reacción de la gente. Por eso, siempre es más favorable para un ambiente políticamente hostil, politizar antes que polarizar, en ese sentido, la polarización no se dará por cuenta de los programadores de la CIA y los medios privados, sino a partir de la lucha contra los sectores conservadores. Esta táctica permite sumar gente a nuestra política, demostrando que no es una lucha caprichosa, sino esencialmente de ideas, argumentos, conciencia. Esta táctica desmonta el dispositivo creado por la CIA contra el proceso revolucionario en marcha. Muestras contundentes son ciertos grupos  locales en la UCV que tiende a fortalecerse en los espacios de debate abierto, con participación de la derecha inclusive y, el proceso de sociología donde no todos los que apoyaron el voto igualitario son necesariamente chavistas, pero tenían razones concretas para apoyarlo, también muchos se suman a la larga al sector que tiene "el poder de la razón".
  5. Pensar cada lucha más allá del momento, para no botar las victorias por la ventana, pero tampoco perder el impulso vital y "nuestra alegre rebeldía". Siempre hay sectores extremos, foquistas, que aprovechan cada coyuntura para mostrar sus habilidades físicas y bélicas, "el macho" se apodera de los conflictos y acaba con cualquier posibilidad de victoria, cualquiera que disienta por una vía política pensada, más favorable y considerando las fuerzas reales (no los heroísmos), termina siendo calificado como  "intelectual" o "cobarde". Este chantaje, con madurez debe ser superado, porque ha sido un recurrente enemigo interno de todo proceso que se haga con la gente y no a costa de ella.

"La revolución no la harán los estudiantes, pero no se hará sin ellos…" (Jorge Rodríguez).  

*Estudiante de Derecho, UCV.


oliverivas@gmail.com



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