Apreciado Presidente amigo:
Pensé mucho para escribirle esta carta y tomé la decisión de hacerlo luego de que las diligencias que adelanté en los niveles que corresponden para resolver un grave problema que confronto en mi posición de maestra al servicio del Ministerio de Educación no han dado resultado alguno. De manera que no me quedó más remedio que acudir a usted, en conciencia plena de que es un total absurdo hacerle perder tiempo precioso a un Presidente de la República que más allá de sus múltiples ocupaciones, se ve obligado por estos tiempos tempestuosos, a trabajar doblemente y sin descanso alguno, para asegurar no sólo el progreso de los venezolanos, sino su paz y tranquilidad, todo lo cual ha venido siendo muy alterado por culpa exclusiva de una oposición cegata y dispuesta a todo para dar al traste con el hermoso legado que nos dejó el Comandante Chávez: una patria libre y soberana. Pero créame, que la desesperación me ha llevado a tener que molestarlo…
Seré breve. Como docente en el área de educación especial (Diversidad Funcional Intelectual), egresada como licenciada de la Unidad Experimental Libertador, Instituto Pedagógico de Caracas (promoción 2012), fui seleccionada para ser parte del cuerpo docente de la Unidad Educativa “Comandante Supremo Hugo Chávez Frías”, ubicado en la urbanización “La Limonera”, en Baruta del Estado Miranda, la cual usted bautizó el 16 de septiembre del pasado año y es a partir de esa fecha que iniciamos el año escolar 2013/2014.
Todo venía marchando muy bien, salvo que a un grupo de seis maestras, entre las cuales me encontraba, no le llegaba el pago de los sueldos, hasta que un buen día se me dijo que mis papeles se habían extraviado en la Zona Educativa. De inmediato me movilicé para llevar de nuevo la documentación, cuando me informan que no me preocupara que ya se habían recuperado, que tuviera paciencia, que pronto saldrían los pagos atrasados y que todo comenzará a marchar con normalidad, lo cual para nada ha ocurrido hasta la fecha, con el agravante de que hace un poco más de mes, me dan la desagradable información de que no hay presupuesto y que por ello no nos van a pagar.
Desde entonces no ha sido posible que ese asunto sea solucionado, por lo que usted ya se imagina lo que eso significa. En mi caso particular soy casada, tengo una niña de once años, sin vivienda, compartiendo casa con la familia de mi esposo, quien apenas gana un salario mínimo, por lo que mi aporte al funcionamiento del hogar es una necesidad obligante.
Le agradezco, Presidente, su mayor atención a este reclamo que le formulo, convencida de que ahora mi esperanza y las esperanzas de las otras maestras que como yo confrontan el mismo problema, no está perdida. Es importante decirle que no obstante lo que ocurre, no he dejado de concurrir a mis tareas docentes ni un solo día. Allí estoy firme, convencida de que ese problema tiene solución y más en Revolución.
Un fuerte abrazo, mi Presidente,
Nota: Al presidente Maduro o otra autoridad que pueda ayudar a la compatriota favor escribir al correo de la profesora o al de Aporrea mostrados a continuación.
carmencita-dominguez@hotmail
puebloalzao@aporrea.org
Gracias
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