La Universidad Central de Venezuela, se ha convertido en una institución contra revolucionaria, libertina, al servicio de las élites grupales que la dirigen. La han transformado si, en una tarima para la proyección política de sus autoridades, valiendose para sus intereses personales del único espacio institucional público de oposición al actual gobierno.

La Universidad Central de Venezuela está secuestrada por la actual Rectora. Desde el cuarto período como decana de la Facultad de Odontología de la UCV y después de más de nueve años de controlar las decisiones del consejo universitario a través del “Núcleo de Decanos” que dirijía, resultó electa como secretaria de la Universidad Central de Venezuela. Este cargo le brindo la oportunidad de profundizar el control del poder y en bandeja de plata para sus pretensiones, se hizo de instancias de toma de desiciones adicionales. De esta manera manejó a discresión la “Comisión de Mesa” y simultaneamente la Secretaria Ejecutiva del Consejo Universitario, únicas vias usuales para la determinación de la materia a discutir en el consejo universitario.

Aprovechando el perfil político conservador de la UCV, y con la maquinaria a tono después de quince años en el poder, promovió habilmente una estratégia electoral antichavista que rindió sus frutos hace más de cuatro años, cuando asumió el rectorado de la universidad, asiéndose al poder del gobierno y del cogobierno universitario.

Hoy desde el poder absoluto y ante la mirada atónita del país, se atornilla al cargo de rectora y se da el tupé de desacatar la desición del TSJ, que obliga al Consejo Universitario que preside, a elaborar un nuevo reglamento electoral según las nuevas disposiciones de la LOE y llamar en un plazo perentorio ya vencido por demas, a nuevas elecciones rectorales y decanales.

Evidentemente lo que menos preocupa a las actuales autoridades de la UCV, son las elecciones y mucho menos el aseguramiento de la calidad, pertinencia y equidad de nuestra institución y a pesar de que se han establecido lineamiento a través de políticas públicas obligatorias para el subsistema, la indefinición de la Misión específica para cada tipo de universidad incluyendo las autónomas en el estamento legal vigente y la ausencia de los reglamentos de ley correspondiente, lineamientos indispensables para la ejecución prática de dichas políticas, han permitido entre otras cosas que la rectora siga aprovechandose del vacio legal y de la falta de control como corresponde al Estado, para promocionarse como lider de la oposición política venezolana.

La voluntad política correspondiente y cónsona al proceso transformador que se propone, sería suficiente para desencadenar los cambios fundamentales en la educación universitaria, pero ésta no existe y los preceptos constitucionales de calidad e integralidad, de evaluación institucional y rendición de cuentas, el cumplimiento de las políticas públicas para el sector y hasta las decisiones de TSJ son ignoradas olímpicamente.

El poder corrompe, el poder absoluto corrompe absolutamente,

John Emerich Edward Dalkberg Acton. Lord Anton 1887.

Profesor Titular de la UCV.

Doctor en Estudios del Desarrollo del CENDES.