Palo y palo contra José Vicente por lo de Simonovis, pero la compasión en un revolucionario, es una exigencia ética

Al parecer José Vicente aboga a favor de una medida humanitaria para el tal Simonovis, quien está en la cárcel por haber masacrado al pueblo el 11 de abril de 2002; pero, algunos patriotas le han caído encima al destacado revolucionario y periodista, por no estar de acuerdo con tal petición.

José Vicente alega que el reo está gravemente enfermo, por lo que insta al Presidente Maduro para que dicte una medida de gracia y así el enfermo pueda ser internado en un sanatorio.

José Vicente es bolivariano y como periodista se distingue por comunicar siempre con ideas fecundas pero básicamente él es un político curtido que sabe ponderar lo que hace y lo que dice.

Cuando la “guanábana”, José Vicente fue siempre un infatigable defensor de la libertad y nunca guabineó, como tampoco ahora guabinea para, por la calle del medio, pedir la libertad de un sujeto que aunque es un asesino brutal tiene derechos que consagra la Constitución Bolivariana la que por cierto esgrime José Vicente para interceder en el caso, a mi modo de ver, acertadamente.

Pienso que hay que tratar de analizar ese caso en su perspectiva profunda y no a la torera, es que el humanismo revolucionario dista una enormidad del humanismo burgués, nada que ver, en consecuencia; los sentimientos de un revolucionario son o tienen que ser, en toda circunstancia de tiempo y de lugar, la antítesis del sentimiento burgués; mientras la burguesía se comporta como bestia suelta cuando detenta el poder, el revolucionario tiene que guiarse por sentimientos de hidalguía y de misericordia para con propios y extraños y eso es precisamente lo que revela la personalidad del compatriota José Vicente, humanismo revolucionario, compasión y lealtad a los postulados de la Constitución Bolivariana.

El hombre nuevo no es el que tiene menos años respecto a otro sino el que en vez de estar atado a la violencia, al rencor y al odio como a una pared, se revela responsablemente compasivo.

El hombre verdadero siempre está por ser, somos una realidad inacabada y eso le cala magnífico al protomodelo de hombre nuevo que en particular yo tengo en mi cabeza; no olvidemos que el Comandante Chávez indultó nada más y nada menos que a una catajarria de asesinos colombianos que se alojaron en Daktari, porque era necesario posicionar un mensaje ante el mundo respecto al carácter de nuestra revolución.

Por otras razones también está sobre el tapete el caso de Julián Conrado; que Obama no lo haga con Los Cinco Héroes Cubanos, es otra cosa pero yo veo la misericordia como un sobresaliente rasgo del hombre nuevo; en oposición al hombre viejo, el mismo que desde Cristóbal Colón hasta Rafael Caldera humilló al pueblo pero que desde Chávez y por siempre se ha puesto en marcha el proceso de liberación definitiva.

En resumen, con su reflexión, José Vicente apela a una exigencia ética, así que estoy de acuerdo con él. Hay un poco de razónes en cada quien que de otra manera piense pero un exceso de razón contraría a veces el avanzar hacia determinada meta superior en una revolución que puja por hacerse irreversible definitivamente.

Nada de taliones, hagamos todo lo humanamente posible para que en el devenir tengamos presente a Chávez; para que nuestra revolución siga siendo auténticamente chavista y no una derivación hay que seguir fieles a su doctrina firme y compasiva; recordemos que Chávez fue audaz pero no temerario.


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Guillermo Guzmán


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