Creo que
ya está bueno. Por mucha parodia inteligente que eventualmente puedan
tener los chistecitos de Globoterror, lo cierto es que terminan por
reproducir, por perpetuar las matrices creadas por la oposición y, en
consecuencia, por hacerle propaganda a sus falacias. Remítase el lector
a esta última entrega, y juzgue por sí mismo: http://www.globoterror.com/?q=node/1612
¿Recuerdan
aquella parodia basada en "la computadora de Reyes", que para tener
sentido necesitaba repetir y virtualmente afirmar la premisa inicial de
la acusación, a saber, que efectivamente lo entregado a la Interpol por
el gobierno colombiano era una computadora del jefe guerrillero
asesinado? Luis Brito García fue el primero en señalarlo, pero al
parecer no fue tomado en cuenta.
La
formulita del "reductio ad absurdum" en que se articulan estas
parodias, si bien tuvo al comienzo una feliz acogida, era de esperarse
que su éxito fuese puntual y no eterno. Hoy tiene, en todo caso, la
apariencia de estar agotada, y con razón; pues no se puede explotar ad
infinitum aquello que se convierte en "cliente" de lo propio que se
critica: 1) porque el sujeto de su crítica lo trasciende; y 2) porque
en esta segundarización se pierde momentum.
Hay
que convenir, por otro lado, en que la caricaturización de la oposición
es una operación relativamente fácil, pues ya es suficientemente
caricatural ella misma en la vida real —lo cual, a largo plazo, no hace
la labor muy encomiable—.
Valdría
mejor, compañeros, buscar nuevas formas de humorizar que fuesen más
provechosas para los intereses del proceso, unas que no estuviesen
exclusivamente confinadas al principio del contra-ataque, y que no
terminasen difundiendo el veneno de los detractores nuestra revolución
incluso a veces hasta en sus detalles, como ocurre en el ejemplo
referido al comienzo.
Lamentablemente,
la fórmula hasta ahora utilizada se auto condena a vehicular las hollas
montadas por la oposición, pues consiste en una reacción, en una
respuesta, en una defensa basada en la post-edición de los mensajes
tóxicos del oponente, no en una iniciativa ofensiva, proactiva que crea
y elabora sus propios contenidos y no necesita parasitarse en otros
para postular.
Es mi modesta opinión.