Si la organización no se supera hay peligro

A propósito de la enmienda

 No se trata de un ejercicio de pesimismo, ni aún la actuación del monstruo de la pesadumbre, creemos que si las cosas las tomamos desde el ángulo de la realidad y además objetiva, podríamos estar hablando de una hipótesis que no es tal; la de creer que las nueces están ya en la boca, al respecto experiencias las hay y muy asertivas en cuanto a que los hechos sociales no son una matriz matemática repetitiva. Un solo ejemplo es menester para entender que sin la debida y efectiva organización el éxito es relativo; veamos primero que en las recientes elecciones del 23-11, ocurrió un hecho sin precedentes en cuanto a elecciones de este tipo, concurrió a votar algo más del 65%, sacamos más votos que en el referéndum del 02-12-07, ahora eso nos debe alentar, sería la pregunta pertinente, digamos que de alguna manera, pero, como siempre los hay, es necesario recorrer los hechos para visualizar o al menos tratar de hacerlo; el ejemplo citado corresponde al resultado de Miranda y la Gran Capital, particularmente creo que los otros casos son distintos de acuerdo al planteamiento que queremos expresar y lo haremos con el grado de conciencia necesario para no plantear extraños elementos en estos momentos de ataque a favor de la enmienda.

Podemos decir que en el caso de Miranda y la Gran Capital, en primer lugar la gestión realizada fue deficiente, no a espaldas del pueblo, sino escondidos detrás de lo que creíamos pensaba la gente, hubo un error de cálculo o sencillamente no lo hubo, se escudriñara en otro tiempo no ahora. Bien, si analizamos los resultados y en ello, el camarada Nelson Merentes, tiene absoluta razón al desgranar por decirlo de esta manera, el voto a nivel de los barrios y de las urbanizaciones de clase media, donde el porcentaje de no voto, por no decir de abstención, fue más alto en las clases D y E que en el resto de la población, se vislumbra como la gran diferencia al momento de hacer cualquier proyección hacia el futuro que de paso es hoy.

Me decía un camarada de clase media alta, que en el edificio donde habita, de 14 apartamentos, trece de ellos fueron visitados el día de las elecciones para llevarlos a votar, se parece a lo que hemos hecho y en cierta manera abandonado, verdad, entonces si eso ocurrió a nivel general en estos territorios, valdría la pena preguntarse, porque en los barrios votó menos gente, esto nos hace colocarnos irremediablemente en la organización electoral, en que se falló, que hizo falta, que hicieron los dirigentes, acaso mucha gente del pueblo llano aún no tiene cédula, o no está inscrita en el CNE, o acaso su vivienda es de difícil acceso y traslado, situaciones que la organización debe superar en aras de lograr la mayor asistencia a estos eventos electorales.

De no ser de esta manera, estaríamos hablando de otras variables que agravarían las perspectivas de unos buenos resultados más allá de la corazonada del presidente que augura una victoria contundente; debemos entender algo que es fundamental a la hora de colocar la mente en frío, se trata de evaluar con certeza, en primer lugar lo que está en juego para ambos lados de la torta del poder; nosotros apostamos a la continuidad del proyecto, inclusive más allá de que haya reelección, ganando o perdiendo, esto debe quedar muy claro; del otro lado el juego es más trancado, debido a la manera de pensar y actuar de la derecha en todas partes, que actúan al estilo Jalisco y si no arrebatan hoy, lo intentarán otro día; sus intereses los hacen irreverentes y peligrosos; en segundo lugar nosotros a veces no sabemos lo que debemos hacer, aunque hagamos lo que sea necesario, me refiero a que la hora actual exige cambios radicales, no solo en la organización social y partidista sino en muchas instancias de los entes gubernamentales; me refiero a que llegó la hora de definiciones más contundentes en materia administrativa; por ejemplo, quienes no hayan firmado a favor de la enmienda y obstenten cargos de confianza deben ser sustituidos de inmediato, no debe haber contemplaciones al respecto.

Por otra parte, es necesario señalar que, la maquinaria partidista cuya tendencia histórica es a la parsimonia y burocratización, debe reaccionar ante tales eventualidades y realidades, en caso contrario, el pueblo organizado debe salir al frente y tomar en sus manos el destino ireemplazable de la revolución, es la hora de afinar la organización casa por casa, barrio por barrio, urbanización por urbanización, ir a donde se haya que ir, penetrar aquellos sectores que están dudosos sobre la necesidad de la enmienda, no solo quedarnos en lo que los medios de la revolución emitan, no es suficiente, además que muchas veces son realmente ineficientes y reactivos.


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Rafael Febles Fajardo

Economista. Msc. Seguridad Social. U.C.V.. Militante revolucionario. Locutor. Articulista Correo del Orinoco. Poeta y escritor de la revolución bolivariana

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