Real realidad trascendente y simulación

Es más fácil engañar a la gente, que convencerlas de que han sido engañadas.

Mark Twain.

Si la gente supiera lo que hemos hecho, nos perseguirían por las calles y nos lincharían.

Georges H. W. Busk.

Dato curioso del que pocos hablan, se refiere a la civilización sumeria, la más antigua del planeta Tierra, que se desarrolla en Mesopotamia (Irak). Su escritura cuneiforme, la rueda, la agricultura, la construcción de grandes ciudades, Ur y Uruk, templos y palacios, y un sistema político y social complejo. Caerá bajo los acadios en 2334 a.n,e., pero su legado cultural influye en muchas civilizaciones de la región, y sienta las bases de Occidente. Decimos curioso, porque hay mucho por decir de los, cabezas negras, de quienes se oculta mucha de su historia, y algo sale a flote a finales del siglo XIX, que empezó a turbar a muchos poderosos en el mundo. Qué ocultan y no quieren decirnos, pero si se empeñan en destruir y silenciar tal cultura, y pese al petróleo y al oro, hay mucho más que eso, y al parecer fue el objetivo principal, por el saqueo de los museos por quienes incursionaron armados por los imperialismos en el mundo recolonizador.

Ha transcurrido mucho tiempo en el espacio ocupado por todas las especies vivas, que teólogos, filósofos y científicos, así como los legos fanáticos y demás especímenes, se han dado a la tarea de minimizar o maximizar las ideas, que por inverosímiles quizás, o que lo parezcan en este mundo, son los argumentos con los cuales se abren nuevas posibilidades de otros universos entre las experiencias de las existencias, bajo parámetros que nos abren la mente a nuevas expectativas, claves entre profano y sagrado, que nos ponen a prueba sobre lo que consideramos la realidad, y si tal asunto pasa la prueba del programa, habiendo surgido nuevas dudas que nos hacen cuestionar las respuestas dadas por los voceros de las instituciones con autoridad para hablar sobre lo conocido y lo desconocido, con grandes expectativas que anidan en la mente de muchos, transmitida la información desde sensaciones y los sentidos desarrollados por los seres humanos, al margen de lo cual podemos repetir que no todo lo que brilla es oro, y no todo lo que hay es lo que nos han dicho que sea verdad. Estando conscientes de estas ideas que llevan a elevarse en vuelo nuestra imaginación, pensamientos entre las posibilidades de causas y consecuencias, en consideración de un aquí y ahora presentes, donde las evidencias de estas experiencias de la existencia, crean conflictos en la postmodernidad, cuando no se puede afirmar o negar con absoluta certeza, cuanto se lleva popularizado por lo que nos han aportado las culturas ancestrales creadoras de civilizaciones. Los temas que abordaremos con sus aspectos objetivos y subjetivos, y que se colocan sobre el tapete, nos harán rebobinar los conocimientos y lo que nos han hecho creer sobre la supuesta creación con la intervención de dios o dioses, que religiosos, filósofos y científicos se proponen seguir manteniendo desde sus sistematizaciones, que parten de lo inexistente, abriéndose a las preguntas que nadie ha podido responder, un solipsismo donde el yo es la única cosa que se supone conocer con certeza, y todo lo demás, incluyendo el mundo exterior, es simplemente creación mental. Tal teoría radical criticada al tratar sobre ideas donde la única evidencia de la existencia del mundo, es a partir de la percepción, lo que es subjetivo y puede conducir a engaño, por lo que no podemos estar seguros de un mundo exterior que exista realmente.

Descartes argumentaba que lo único que podemos saber con certeza, es que estamos pensando, deduciendo que el yo es la única cosa que puede ser conocida. Hume también lo pensó así, pero sostuvo que no significa que el mundo exterior no exista, sino que no podemos estar seguros de su existencia. El solipsismo controvertido y debatido hace siglos no tiene una respuesta fácil en cuanto a lo verdadera o falso, un planteamiento que a fin de cuenta importa en cuanto a la cuestión de la naturaleza sobre la realidad y el conocimiento. Lo que sería una primera aproximación para dilucidar respecto al significado de la existencia o la cosa en sí, dada de lo que hay, y que los increíbles avances científicos y tecnológicos, que no han escatimado en tiempo ni recursos, aportan criterios novedosos y producen en la imaginación, prolija en simbolismos, lo que se nos permite apreciar sobre lo que ocurre, y lo que se viene proponiendo sobre la supuesta simulación de los universos, hipótesis propuesta por Nick Bostrom, estudioso del principio antrópico, del riesgo existencial, la ética en el perfeccionamiento humano, y los riesgos de la superinteligencia y el consecuencialismo enfocado en el futuro de la especie humana y los resultados a largo plazo. Asunto de gran envergadura por quienes mantienen cierto dominio y control en el mundo del conocimiento y las comunicaciones, que no parecen dispuestos a mostrar evidencias de lo que se ha develado sobre la realidad, más allá de los sentidos, es decir, de lo ilusorio, de otros mundos que como este parecen reales, tan sólido y concreto, aunque nadie pueda dar fe en absoluto si lo que observamos sea real, pues lo que llamamos realidad, carece de sentido absoluto y permanente. Pensar lo real, observar de qué están hechas las cosas que hay y conforman la realidad, supone pensar y tener idea de cómo surgió todo de la nada, desde la gran explosión de la fisión de la energía, de paso a la materia y los fenómenos y fuerzas dispuestas para crear universos, que pese al caos primordial, todo tiende al equilibrio y la armonía, la vida en su plenitud. Asomadas las ideas principales bajo el manto de la especulación, en las mentes de los pensadores de todos los tiempos, personas serias que basan su trabajo, estudio e investigaciones en evidencias empíricas, y que rechazan en público lo que carece de pruebas cuantificable, palpable, contante y sonante.

La postmodernidad nos abre posibilidades jamás pensadas, a no sea en las mentes afiebradas sobre lo real, la realidad y lo trascendente, donde esto y aquello pueden ser parte de un entramado dialéctico o psicológico cognitivo, tratando de explicarse lo inexplicable, es sea, seguirle el rastro a los ouróboros, esas serpientes autodevorándose, vestigios de antiguas culturas, halladas entre jeroglíficos en una pirámide en la tumba de Unis, hace 2300 a.n.e. Símbolo que se convierte en un referente que pasa a Grecia y demás lugares distantes, incluidos en muchas mitologías. Es posible demostrar con argumentos sólidos la imposibilidad de que seamos reales, cualquier prueba que lo obtenga podría deberse a una simulación, es lo que recién asegura David John Chalmers, especializado en filosofía cognitiva y del lenguaje, representante del monismo de doble aspecto, dualismo de propiedades. Hace poco se presentó en la celebración anual del Debate Memorial Isaac Asimov en el Museo de Historia Natural de EEUU. O Rich Terrile, físico astrónomo, científico planetario que se desempeña en el Laboratorio de Propulsión a Chorro de la NASA, reconocido por la exploración de planetas exteriores. Ha participado en numerosas misiones espaciales, Voyager, Galileo y Cassini-Huygens, y pertenece al equipo científico de la misión New Horizons. Con Medalla al Servicio Público Distinguido de la NASA y la Medalla Carl Sagan de la Sociedad Planetaria. Con estos datos a mano nos preguntamos si habrá posthumanidad. Para Bostrom la evolución humana alcanzará tal estadio en un increíble viaje al más allá de la realidad actual. Como en Matrix hay fallos en la realidad, y nos ocultan la verdad, los deja vu para entrever la naturaleza de la simulación, planteamiento en que insisten los científicos creyentes de un universo que no es real, sino virtual. ¿Eres real? ¿Yo soy real? Físicos, cosmólogos y demás científicos no tienen problema en contemplar las posibilidades de estar viviendo en una simulación computarizada. Aunque por instinto nos rebelamos ante tales ideas, ya que todo se siente muy real como para no serlo, o será una simulación.

Pensemos un momento en el extraordinario progreso de la ciencia y la tecnología, y los alcances adquiridos por computación, informática en las últimas décadas, increíble realismo de computadoras, juegos, simuladores, sobre una realidad virtual persuasiva, que pueden llevarnos hasta la paranoia. ¿Cómo diferenciamos la realidad de la simulación? ¿Importa en realidad en cuál estemos viviendo? Una misteriosa partícula está cambiando lo que es el Universo, si habrá un final o formará parte de una simulación de tales experimentos. Quienes simpatizan con estas ideas tienen un alto perfil, se preguntan y cuestionan sobre quién o qué creó el universo, preguntas que quedan en el aire sin respuestas definitivas. Elon Musk en junio de 2016 señaló que las probabilidades de estar viviendo en una realidad objetiva eran de "una en mil millones". Él no va por ahí diciéndose que todas las personas que ve son construcciones hechas por computadoras que procesan data codificada por su propia conciencia. Alan Guth, del Instituto de Tecnología de Massachusetts, gurú de las máquinas inteligentes, y Ray Kurzwell, sugieren que "a lo mejor todo nuestro universo es un experimento de ciencia de un estudiante de secundaria en otro universo". Aunque ellos no creen que seamos seres físicos atrapados en una Matrix, hay al menos dos formas en que sea posible que el universo no sea real. El cosmólogo Alan Guth de MIT sugiere que el universo puede ser una especie de experimento de laboratorio concebido por cuenta de un Big Bang artificial de una inteligencia superior, creado en su propia burbuja tiempo espacio; lo que sería creer en teoría, que el universo sería real, aunque originado en un proceso artificial. Otros creen que los humanos somos seres completamente simulados, información manipulada desde una mainframe, como si de personajes de videojuego se tratara. Este Universo es el lugar de residencia para nuestra especie, pero puede que la cambiemos a conveniencia, mudándonos para otro lugar.

Cabe hablar del mundo recreado a través de la realidad virtual, que ya se investiga a nivel científico, donde participan supercomputadoras cada vez más poderosas, cuánticas, que podrían permitirnos alcanzar tales niveles de innumerables desarrollos por las cantidades de simulaciones más allá de lo real. Podría un ser más inteligente en otro universo haber llegado a esto. Bostrom define al menos tres posibilidades relacionadas, escenario uno, civilizaciones inteligentes no llegan a desarrollarse a niveles tan elevados para producir simulaciones, pues quizás se erradican a sí mismas de la faz de la tierra. Dos la posibilidad de una civilización con capacidad de hacer simulaciones, pero decidió no realizarlas. Tres la probabilidad abrumadora de estar viviendo en una simulación. Es simulado el nacimiento del universo, el astrofísico George Smoot, dice que no hay razones sólidas para creer en las opciones dos opciones anteriores, la humanidad se ha autoinfligido muchos problemas como el cambio climático, armas de destrucción masivas, la posibilidad de la extinción en masa, aunque ninguna por suerte tiene que ser terminal. Además de esto nada sugiere simulaciones verdaderamente detalladas, donde los agentes se experimenten a sí mismos seres reales y libres, que sean imposibles en principio. Desde el conocimiento actual de la existencia de otros planetas, sería el colmo de la arrogancia pensar que somos la inteligencia más avanzada del universo. en la segunda opción Smoot piensa que también es improbable, y una de las razones de las simulaciones que se realizan, para conocer el mundo real y hacerlo mejor para la vida; motivos éticos indiscutibles para continuar recreando la vida. La tercera opción es que probablemente estamos en una simulación, y la forma de averiguarlo es buscar fallas en el programa que la produce, encontrar inconsistencias en las leyes de la física, o errores en el redondeo de las cifras de las computadoras, sugerido por Marvin Minsky experto en Inteligencia Artificial. Por ejemplo, cuando un evento tiene varios resultados posibles las probabilidades deben sumar 1, si se detecta que no es así, algo debe estar mal. Hay probabilidad de estar en una realidad virtual, todo el universo está diseñado para acoplarse perfectamente, incluso la menor alteración de fuerzas naturales habría hecho del átomo una partícula inestable, o imposibilitado la vida en la Tierra.

La mecánica cuántica arroja toda clase de cosas extrañas, energía y materia parecen granulares, como pixeles en una pantalla al verlas de cerca. El universo funciona con tal precisión que despierta muchas suspicacias. Otro argumento es que el Universo parece funcionar a través de líneas matemáticas como si fuera un programa de computación. De nuevo la imagen del argumento que se muerde la cola, sería una superinteligencia administrando simulaciones desde un mundo real, supuestos basados en principios físicos que rigen el universo, tal como lo hacemos nosotros. Si el mundo fuera matemático, no sería por un administrador desde una computadora, sería porque el mundo real también es así. Lo cierto e irrebatible es que es muy difícil, si no imposible, hallar evidencias sólidas que lo demuestren, quizás nunca se sepa, ya que nuestra mente no está lista para afrontar esa tarea. Después de todo, diseñas unos agentes simulados para que funcionen bajo ciertas reglas, y no para subvertirlas. En el fondo del debate subsiste una idea que quizás disminuya la preocupación por determinar si solo somos información manipulada por una gigantesca computadora, en su raíz puede que el universo sea pura matemática, para algunos físicos es lo que el mundo real es. Aunque cada vez más la teoría cuántica se formula en términos de información y computación, los especialistas creen en un nivel más fundamental donde cabe que su naturaleza no sea matemática pura, sino información pura, como ceros y unos en las computadoras. John Wheeler propuso que todo lo que pasa desde la interacción de partículas hacia arriba, es en cierta forma computación, "Si uno mira las entrañas del Universo -la estructura de la materia en su escala más pequeña- se da cuenta que no son más que bits realizando operaciones digitales locales", Seth Lloyd, Instituto Tecnológico de Massachusetts. Lo que nos lleva al meollo del asunto de si la realidad es sólo información, pues nosotros no somos más o menos reales en una simulación.

En cualquiera caso información es todo lo que podemos ser casi con absoluta certeza, en parte porque es imposible mantener esa imagen en nuestras cabezas por mucho tiempo, y en el fondo sabemos que la única noción de realidad que vale la pena tener es la que experimentamos, y no algún hipotético mundo detrás de todo. Una vieja diatriba filosófica toma el concepto del "mundo como simulación" y le endosan el traje de la tecnología, eso anima a examinar lo que se asume y lo preconcebido. Hay un universo cuántico, vago e indeterminado, pero hasta demostrar y distinguir lo experimental y lo real, la diferencia traduce un ente observado o hecho, y la noción de la realidad sin cambios significativos. George Berkeley argumentaba a principios del siglo XVIII que el mundo era mera ilusión, y Samuel Johnson para cuestionar esta idea exclamó: "yo refuto eso", y pateó una piedra, es posible que no haya refutado nada, pero pudo habérsele ocurrido la respuesta correcta. Estamos aquí y ahora presentes como existencia, una experiencia pasajera desde una corporeidad en la que encarnamos, como las formas dadas entre las más destacadas en nuestro universo. Somo organismo medrando de la naturaleza, y creando relaciones sociales en una realidad que debe trascender, expresándose en tiempo y espacio, observadores creando lo que cada quien cree a partir de sus sentidos, llevado por una racionalidad y la lógica al sugerir historias sobre la acumulación de hechos, situaciones, acontecimientos, que se modifican y perfeccionan, a medida que permanezcamos más. Desde que fuimos arrojados de la matriz a la matrix, nos hemos abrogado roles, haciendo las cosas que hacemos, mientras nos separamos cada vez más de lo indígena, y nos apropiamos de nuestra conciencia, pasando a ser esencia y no consecuencia de nuestros actos. Somos buenos y malos al nacer, crecemos, nos desarrollamos, evolucionamos, y cuando llega el fin, volvemos a la matriz, a la fuente de donde partimos hacia la existencia. Lo natural se vuelve tóxico, todo es modificado genéticamente, envasado, tratado químicamente en laboratorios artificiales. Hay instituciones encargadas de todo lo que hacemos y nos tutelan las libertades, y nos atiborramos de contenidos a diario; todos pensando en lo que piensan los demás y en consecuencia haciendo las mismas cosas, desde las posibilidades ciertas, lo demás se inventa. Vemos el mundo como una gran pantalla en la que se proyectan nuestras ideas y pensamientos en ondas y mensajes virtuales, embotándonos los sentidos con los mismos contenidos, engullimos lo que nos llega sin digerirlo. Es la realidad que simulamos tener desde lo que planteamos con los pensamientos que se nos ocurren y de lo que los demás opinan. Lo que creemos y lo que creamos es lo que decidimos por lo que otros dicen que es lo que se debe hacer, es el sistema que informa para uniformar desde estructuras y modelos prefabricados. La receta perfecta para un mundo imperfecto de ovejas que ignoran que pastan para ser aprovechadas por otros sin que eso de ningún beneficio para las especies. Es el control del 1% sobre el 99% desde corporaciones que todo lo acumulan y acaparan para poder dominar y controlar a la posthumanidad que vendrá cuando el tiempo del no tiempo termine por consumir a los que no tienen conciencia y son meros objetos de los que gobiernan tras las sombras del cabal, lo correcto es darse cuenta y despertar para que nada ni nadie nos manipulen y no consintamos se sus esclavos.

Lo único necesario para que el mal triunfe es que las personas buenas no hagan nada.

Edmund Burke.



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Franco Orlando


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