BINÓCULO Nº 520

Cuando no se sabe qué hacer

De no ser por el daño que le hacen al país, la oposición no merece ser mencionada para absolutamente nada. Porque en realidad se han caracterizado por no hacer nada, no decir nada, no proponer nada, robar todo lo que puedan y hablar mal del país.

Nunca se han comportado como lo que debería ser una oposición: un factor de bloqueo, pero al mismo tiempo un aportador de ideas que obligara al gobierno a hacer cambios en sus políticas. La oposición venezolana que nació con el gobierno de Hugo, nunca fue positiva, todo el tiempo ha actuado en función de acabar con el gobierno antes de que culmine su mandato. Nunca se preocuparon por ir erigiendo un líder que en algún momento se enfrentara a Hugo Chávez, para, por la vía electoral, acabar con ese gentilicio sembrado en el corazón de muchos venezolanos que es el chavismo.

Nada de eso. Lo que ellos llamaron meritocracia dentro de la industria petrolera, no fue más que un cacicazgo donde ascendían los que eran amigos de los amigos, de los amigos, de los amigos. Por cierto, parece que no es muy distinto en este momento, porque los viejos vicios son muy difíciles de corregir. Y cuando Chávez comenzó aquel proceso de depuración, surgió el primer acto de violencia cuando se produjo el paro petrolero, por el que no solo se apropiaron de los supertanqueros, sino que hubo un proceso de destrucción de los activos de la industria. Hay anécdotas terribles, como el destrozo de una tarjeta para una computadora especial, que costaba 5 millones de dólares y que resultó toda una odisea comprarla porque los gringos comenzaron a negarse a vender equipos. Fueron tres meses de largo peregrinar, de dormir en los carros días enteros para tratar de llenar el tanque de gasolina. Tiempo en el que, por obligar a pequeños comerciantes a cerrar sus puertas, estos se fueron a la quiebra. Nunca nadie asumió la responsabilidad. Conozco el caso de un trabajador de Pdvsa, quien se jubiló y le dieron un montón de dinero y decidió montar una venta de utensilios para animales y mascotas, m{as peces, perros, gatos, etc. Pero el local estaba en un centro comercial. Como no lo dejaban entrar a hacerles mantenimiento a los animales, éstos se murieron de abandono y por hambre. Nadie asumió su desgracia, porque en un principio se dijo que habría un fondo para cubrir esas contingencias que nunca funcionó porque los responsables se cogieron los reales. El hombre quebró antes de haber comenzado. Lo vi varias veces por Naguanagua, vendiendo queso. Luego vi a la hija, quien estaba vendiendo el queso, y me dijo que su papá tenía diabetes y que la depresión lo estaba matando. Un mes después de concluir el paro, me dijo que había muerto.

Luego vinieron las marchas para provocar los enfrentamientos, destrucción de propiedad pública y privada y las muertes de inocentes, que incluían cosas como el incendio de una guardería infantil.

Después, Leopoldo López y María Corina Machado, hablaron de La Salida, que no era otra cosa que la destrucción de bienes públicos, y más asesinatos.

Derrotada La Salida, apelaron a las guarimbas, formas de protesta por el que cerraban urbanizaciones enteras, obligando a sus moradores a participar en ellas. Fueron las más cruentas porque produjeron 47 muertos, incluyendo degollados en la vía pública por la puesta de guayas que atravesaban la calle, y personas rociadas con gasolina para luego prenderlos como antorchas humanas. El de Orlando Figuera es el caso más conocido. Se montaron campamentos en todo el país. Carpas en donde jugaban al combatiente ubicadas en las urbanizaciones, nunca en las barriadas populares. Con el tiempo y por la ausencia de claridad de para qué se estaban allí, comenzó el tráfico y distribución de drogas, el consumo de alcohol, las orgías y la violación de la carajitas que no se dejaban montar por los chamos de turno. Hay casos terribles, como uno en Valencia y uno en Naguanagua, en donde ambas chicas fueron violadas por siete y nueve hombres sucesivamente. La aberración fue de tal magnitud que los propios habitantes de las urbanizaciones comenzaron a exigir a la policía que acabara con esa barbarie.

Con la guarimba llegó la decepción. No habían derrotado al gobierno y la mayoría, niños de papá al fin, optaron por irse del país a continuar con sus vidas. Por cierto que la mayoría no ha regresado. Los que quedaron, después de la derrota, dijeron que iban a elecciones. Ganaron la Asamblea Nacional y no hicieron absolutamente nada. De hecho, se acusaron de ladrones unos y otros. Después de perder el Parlamento, se fueron del país, a disfrutar lo que se estaban robando en Monómeros y Citgo, además de dinero del país que estaba en bancos europeos. Y Luego regresaron a ver cómo hacían unas primarias, en donde María Corina les picó adelante. Realizaron unas primarias que fueron, literalmente, un desastre.

Y ahora, muy pocos se atrevieron a decir algo sobre el referéndum convocado por el gobierno para este 3D, el cual avaló las gestiones que hace el gobierno en el plano jurídico y diplomático por el tema del Esequibo. Creo que el propio gobierno, y sobre todo el partido están sorprendidos de los resultados. La votación fue extremadamente rápida. En mi caso, desde que registré la huella electrónica hasta que salí del centro de votación, duré dos minutos. La votación en sí fueron seis segundos. Ahora, y por una imprudencia del CNE, en cuanto a no ser claro y tajante sobre los resultados, hay una guachafita por las redes para saber cuántos finalmente sufragaron.

Lo cierto es que la oposición tampoco fijó posición en torno a un hecho tan trascendental como es el tema del Esequibo; que debe involucrar a todo el mundo, porque estamos hablando de un problema que no debería trasladarse a las generaciones venideras, y que va a vivir con el país por siempre.

En mi opinión, es muy claro y muy sencillo entender este conflicto. El ajedrez mundial se mueve con demasiada rapidez, en un momento en que las potencias buscan tomar posiciones, en espera de lo que viene. Está claro que en ese territorio Estados Unidos instalará una base militar nuclear, porque están todas las condiciones incluso para un puerto militar con submarinos nucleares. Perder ese territorio, es dejar un flanco debilitado, peligrosamente debilitado. Un lujo que no podemos darnos.

Caminito de hormigas…

"Olmos, si el gobierno no encuentra una salida a los ingresos de los venezolanos, esto se va a poner muy grave. Cómo es posible que le depositen a un policía 4 dólares al mes. O a una maestra 3.5 dólares al mes. Tiene que rebuscarse. En el caso de los policías, tienen pistolas. Y las maestras abrirán las piernas".



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Rafael Rodríguez Olmos

Periodista, analista político, profesor universitario y articulista. Desde hace nueve años mantiene su programa de radio ¿Aquí no es así?, que se transmite en Valencia por Tecnológica 93.7 FM.

 rafaelolmos101@gmail.com      @aureliano2327

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