La guerra de las galaxias

La desesperación de Estados Unidos debería ser un motivo de preocupación de la humanidad entera. Está claro que nada les importa, ni que se destruya al planeta, ni la cantidad de personas que mueran en tanto funcione a sus intereses.

Tanto nadar para llegar a la orilla, es decir, para volver a decir que el Big Brother tiene como prioridad de los últimos 30 años, la búsqueda de petróleo en donde quiera se encuentre, y el derrocamiento de los gobiernos que se opusieran. Las últimas arremetidas fueron Siria y Libia, y finalmente lo que ocurre en Ucrania.

Ahora es occidente, aunque todos sabemos que es lo que diga el Big Brother, que le plantean una guerra a Rusia, por 55 mil millones de metros cúbicos de gas que demanda Europa. Hay que multiplicar esta cifra por el costo del metro cúbico de gas de 1.700 a 2.000 dólares, la cual resulta en la nada despreciable cifra de 12 ceros a la derecha. En realidad, esto quiere decir que cuando EEUU aportará 600 millones de dólares para Ucrania, 350 de ellos para ayuda militar, no lo hace porque es una hermanita de la caridad, sino porque eso es una inversión macabra, razón por la que el misántropo de Biden empuja los tanques de la OTAN y de la Unión Europea, al enfrentamiento.

Aunque deba resistir el regaño de mis amigos, vuelvo a machacar e insistir que la guerra es inevitable. Quizás algunos líderes mundiales, especialmente los de América Latina, manifiesten un rechazo abierto, pero creo que en el fondo todos saben lo inevitable del hecho. Por ahora estamos viendo, más la guerra por las redes sociales, que los enfrentamientos, aunque no hay duda del derramamiento de sangre, más provocado por el nazismo ucraniano; pero todos sabemos que, con la tecnología exhibida, si las batallas fueran encarnizadas, y entre ejércitos, es posible que, en una semana, el número de muertos alcanzara el millón. Y el principal instigador de todo este derramamiento de sangre, es, sin duda, Estados Unidos. Está haciendo lo mismo que hizo en la Primera y la Segunda Guerra Mundial, quienes fueron los proveedores. Casi que una copia al carbón. Y, además, con la mayor de las ventajas: en su patio jamás se ha disparado un tiro. Nuevamente está contando con eso.

En el caso del Big Brother, hay una seria diferencia de este conflicto, con los conflictos anteriores: 1) la envergadura de esta guerra no tendrá límites. El escenario será la humanidad entera y Estados Unidos no se salvará de ello. Más ahora cuando la tecnología misilística indica la capacidad de llegar a cualquier parte del mundo. Ya estamos viendo que, desde el Mar Negro, un barco dispara un misil y alcanza una base militar a 500 kilómetros de distancia. Razón tenía el Big Brother de encender las alarmas, cuando Corea del Norte probó un misil que llegaba a Estados Unidos. 2) Rusia acaba de atacar un satélite como una demostración de su poder destructivo allende el espacio. Fue una evidencia que acaba de sembrar el terror, tanto en Estados Unidos como en la OTAN, porque ahora saben que Rusia puede atacar cualquier satélite militar y eliminar los GPS, con lo que toda la estructura militar de occidente y de Estados Unidos, se quedaría a ciegas. Es decir, que, en este conflicto, podríamos decir que entramos a la era de las Guerra de las Galaxias.

Todo este panorama mundial, ahora centrado en el conflicto de Ucrania, nos lleva a la razón de todas las razones de siempre, la energía como motor del mundo, quién la tiene y a quién hay que quitársela. Y ya sabemos que aún estamos lejos de crear una energía alternativa, pero también sabemos que el petróleo es un recurso natural no renovable.

Entonces debemos ir a lo concreto. El país con las mayores reservas del mundo, es Venezuela, con algo más de 500.000 millones de barriles probados. Luego viene Arabia Saudita, Rusia y por ahí para abajo, hasta llegar, bien lejos, a Estados Unidos que apenas tiene 38.000 millones, con un hándicap demasiado importante: consume entre 11 y 20 millones de barriles diarios. Es razón suficiente no solo para que promueva golpes de Estados, sino para que invada cualquier nación. Sin contar la aviación, tanques de guerra, vehículos militares y todo el aparataje militar, Estados Unidos tiene 490 barcos de guerra, que va desde portaviones hasta remolcadores. Imagine la cantidad de combustible para mover todo ese andamiaje.

Todos estos datos son para quienes creen que Venezuela no está metida en este berenjenal, o para quienes ven como imposible el desembarco de marines o el lanzamiento de paracaidistas rusos o chinos, según como se vea el tamaño del conflicto.

Lo que se está viendo en este momento, nos dice que seremos testigos de cosas inimaginables, comenzando por esa guerra de las galaxias, que ya no forma parte de la ciencia ficción. Y es posible que la disminución de la población mundial, en el fondo se estuviera apostando a un conflicto de niveles que solo serán medibles en el tiempo. Quisiera decir que estamos lejos, pero no es así. Estamos mucho más cerca de lo que se cree.

Caminito de hormigas…

Como es que los altos funcionarios del gobierno insisten en la solución del problema de la gasolina, y el desastre es mayor que antes. Volvieron las colas brutales, porque el combustible no está llegando a todas las estaciones de servicio. Que desastre



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Rafael Rodríguez Olmos

Periodista, analista político, profesor universitario y articulista. Desde hace nueve años mantiene su programa de radio ¿Aquí no es así?, que se transmite en Valencia por Tecnológica 93.7 FM.

 rafaelolmos101@gmail.com      @aureliano2327

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