Binóculo Nº 273

La decisión no fue de Maduro

En mi columna publicada en este mismo portal y en el semanario Kikirikí el 09-12-2013, titulada "Una derrota disfrazada de victoria", escribí lo siguiente: … "La primera lectura es que en el primer discurso del enemigo pronunciado ese mismo domingo, se dio cuenta que si a la guerra económica le suma muy buenas alcaldías en manos propias, tendrá resultados importantes. La oposición acaba de acumular fuerzas suficientes para sentirse que puede ningunear a quien sea. Son nuevas chequeras con mucho dinero para conspirar y organizar un aparato político que haga más daño del que ya ha hecho. No es cierto lo de la paz, ni tampoco es cierto que quieran construir un país. Quieren acabar con el proceso. Punto. Eso pasaba por matar a Maduro e incendiar al país. Pero parece que no va a ser necesario. Y eso se evidenciará a partir del año entrante cuando comiencen la campaña de que este gobierno no sirve, de que Maduro no sabe qué hacer, de que no pueden hacer gestión porque no les llegan los recursos y esa cantidad de argumentos que suelen utilizar".

El 07-01-2016, en esta misma columna y en estos mismos medios, titulada "Las Lumpias de Nicolás", escribí lo siguiente: "Ah, y una cosita más mi presi: suelta ya a Leopoldo López, solo a Leopoldo. Nadie lo entenderá, pero será una jugada maestra de la estrategia política que desarmará al enemigo. Te lo garantizo. Ya sé que no escuchaste a Alí Rodríguez y a Jesús Faría, cuando te explicaron lo de la economía y el petróleo, pero escúchame a mí, y perdona mi pretensión, es que a veces la angustia me atosiga".

Lo primero que debo decir de este hecho inusitado, que defino como la fuga obligada de Leopoldo, por lo confuso como ocurrió, es que en los actuales momentos de crisis, el mejor sitio para estar es la cárcel. Vean el alfeñique que era Leopoldo cuando lo apresaron y miren el atleta en que se convirtió, musculoso y con chocolaticos listo para su esposita, quien por cierto debería explicar lo de la tortura que días antes había denunciado porque yo no le vi ni un rasguñito al interfecto.

Pero escuchar las declaraciones del padre, ya es vomitivo. No se puede ser más cínico y más mentiroso

Bien. A lo que nos concierne. Las cárceles venezolanas tienen miles, repito, miles, lean bien, miles, de presos que no solo no han sido imputados, sino que son inocentes. Y el Tribunal Supremo de Justicia, jamás se ha ocupado de ello, de saber a cuántas personas les han desgraciado la vida policías y fiscales del ministerio público por el asqueroso y cochino dinero. Eso se convirtió en una cultura en el poder judicial venezolano que cambió a los penales por depósitos de detritus humanos.

Y viene una pregunta obligada, a propósito de la mayéutica socrática. Por qué en este momento, Nicolás decide que Leopoldo debe salir de prisión. Cuáles son las variables que están en la mesa para tomar esa decisión. A sabiendas de que es responsable de "La Salida", aquella tétrica línea política que mató a 43 venezolanos. Y además de ser el responsable de la pérdida de cientos de miles de millones de bolívares que nadie va a pagar. Pero además en un momento en que la oposición está sumamente debilitada porque los venezolanos rechazan la violencia, están ansiosos de que los problemas se resuelvan por vías de los comicios, todas las encuestas así lo aseguran. Los focos de violencia, ubicados en cinco sitios del país, merman cada vez más, signo de que el propio antichavismo está convencido de que la salida no es por allí.

Y por otra parte, la crisis real está en el liderazgo de la oposición que no tiene ni pie ni cabeza. Es decir, nadie le hace caso a nadie. Y los terroristas que están en la calle, matando gente, no quieren escuchar líneas de la MUD.

Podría pensarse entonces que el gobierno tomó esta decisión para que sea Leopoldo quien recoja a los locos ya que la MUD no pudo, lo cual me parece una jugada peligrosa, incluso torpe.

Y por otro lado, qué explicación le dará el presidente al chavismo, al Comité de Víctimas que él mismo tanto estimuló, a la gente que sufrió en carne propia las agresiones, físicas y mentales de estos hechos, tanto los del 2014, como los de ahora. Qué le va a decir a la mamá de Orlando Figuera, a quien después de apuñalearle la cabeza lo convirtieron en una tea humana; o a los familiares de Armelina Carrillo, a quien un abogado anormal (casi todos lo son) consideró que tirándole una botella llena de agua congelada y asesinándola, acabaría con el gobierno, o a los padres de tres niños que un loco aplastó con un camión, o a la esposa, la hija y los padres de aquel motorizado que se degolló con una guaya, y tantos cientos de casos que hemos visto en estos conflictos que no tienen nada de políticos y sí de criminales.

Sopesar todo eso, en momentos en que nos enfrentamos en desventaja para ir a un proceso constituyente y tomar una decisión a todas luces absurda, no me parece que sea propia, así como tampoco tenga que ver directamente con Venezuela. Creo que es más complicado.

Es decir, si el país tiene una crisis económica de difícil pronóstico, donde a todas luces queda claro que el gobierno no tiene políticas para resolverla; si esta violencia desatada no ha hecho más que detener el poco crecimiento que podíamos tener; si hay una castración total al poder popular y si hay unas elecciones el 30 donde algunos cautos dicen que habrá 60% de ciento de abstención, salvo mis pronósticos que vaticinan 75%, qué razones habría para soltar a un personaje como Leopoldo López. Y no me vengan con ese cuento de la legitimación del Tribunal Supremo de Justicia y la crisis con la Fiscal y el Parlamento. En el lenguaje retórico diríamos que eso es pura paja.

La política es un ajedrez. Leopoldo siempre fue una ficha para negociar. El mundo ignora que estamos a punto de un conflicto bélico de magnitudes inimaginables, y que el primer escenario podría ser Europa y no los mares de Corea como se prevé. Obviamente la disputa central en todo ese escenario es Rusia y Estados Unidos, y la razón, como siempre ha sido, es meramente económica, el reacomodo de los mercados, el poder de las trasnacionales. Venezuela resulta ser ahora, algo así como la joya de la corona, la guinda del helado. Todos necesitan de ella y harán lo imposible para controlarla. Todos sabemos que Estados Unidos está en crisis pues necesita energía y materia prima para mantener vivo su poderoso imperio y sus mercados: petróleo, gas, oro, Coltan, torio, madera, uranio, agua dulce. ¿Qué país tiene todo eso, pero no lo puede controlar desde hace 19 años?

Rusia por su parte, necesita abrir sus mercados a Europa, necesita expandir sus relaciones con el viejo continente, lo que implicaría multiplicar sus transacciones comerciales, pero tiene una piedra de tranca: Estados Unidos con los tres aliados más poderosos de Europa: Alemania, Francia e Inglaterra. Ellos estarían dispuestos a ejecutar un veto económico al gigante rojo, a cambio decisiones de Moscú como el cierre de su base en Siria, la salida de Crimea, el envío de armas a algunos países de Europa… y, bingo, hacerse a un lado en América Latina.

¿Qué necesitan uno del otro en aras de mantener un poquito de equilibrio antes del conflicto? ¿Acaso estarán redefiniendo el acuerdo de Yalta de 1944? ¿No es Trump la punta de lanza para regresar a la Doctrina Monroe?

Enlacen todas las variables y verán los resultados. Sobretodo, cómo encaja López en todo eso. Por eso, soy un convencido de que la decisión no fue de Maduro.



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Rafael Rodríguez Olmos

Periodista, analista político, profesor universitario y articulista. Desde hace nueve años mantiene su programa de radio ¿Aquí no es así?, que se transmite en Valencia por Tecnológica 93.7 FM.

 rafaelolmos101@gmail.com      @aureliano2327

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