El Matacura Villegas y los exministros Giordani, Ana Osorio y Héctor Navarro, entre otros, parecen mear fuera de perol

Formular consideraciones aisladas acerca de cualquier tema y en este caso específico acerca de la comunicación, nos lleva a resultados poco eficaces; por lo contrario, es necesario relacionar datos y circunstancias, contextos, y elementos a veces de extrema complejidad como lo es la inteligencia de los actores, para llegar a un planteamiento relativamente firme.

Abordo la crítica con la convicción de que no hay propuesta definitiva acerca quién es inteligente o bruto; las acciones del hombre en su intento por explicar la realidad de manera objetiva siempre reflejan sus limitaciones pero algunos hacen como la zorra que borra sus huellas con la cola y pretenden dejar colar de soslayo que ellos son la caja de machetes, se lo creen; entre estos destaca un tal Vladimir Villegas -ahora de la nómina de globovisión, pero antes él fue nada menos que presidente de VTV-, sujeto cuando menos ambiguo, de una mara y un canasto de "sabios" quienes pretenden que la realidad se adapte a su descripción y no lo contrario, se trata de hombres y mujeres quienes parecieran recrearse en la superficie de la cosa y, en consecuencia, serían un mal social.

En cambio, hay otros hombres y, con mayor razón, mujeres, quienes abordan la crítica con acertada ponderación -a mi modo de ver- y procuran profundizar en el hecho que tratan, sus observaciones suelen mover a pensar, destacan en este plano, muchos y muchas a quienes yo catalogo de ser, a contraparte, un bien social.

El planteamiento dialéctico del tema comunicacional -pero también de cualquier otro tema- ayuda a configurar dos caminos, al menos, como he planteado, el del mal social y el del bien social; he expuesto dos muestras que me parecen respectivamente representativas de dichas sendas, para que cada quien dilucide su razón acerca del tema, la comunicación tan esencial, y aunque de lo segundo no cito expresamente a ningún transeúnte en particular, a buen entendedor pocas palabras bastan.

Existen diversas maneras de concebir el mundo y siempre habrá alguna que será la mejor y más eficiente, he ahí la cuestión, aprehenderla, hacerse de ella; no he dicho que yo la sé, como el melífluo periodista Villegas, quien se la pasa objetando a Maduro y al Estado y tratando de dar lecciones de moral, ¡bah!, moral que más parece el gas de un pantano, pura superchería propia de charlatanes de esos que le alquilan su cabeza a cualquier editor y hasta que ese fuese el mismito Diablo, pero conque tal cargue la cartera repleta, eso basta y sobra; habría que revisar pelo a pelo el resultado de su desempeño al frente de VTV, de lo que se hizo y de lo que no se hizo entonces; porque ésta es otra cosa, tú no llegas a la justificación de un hecho solamente por lo que lo confirma sino además por la vía de lo que lo niega.

Yo puedo estar equivocado o no en mi apreciación acerca de ese sujeto, Villegas, sustituto con creces del original tristemente célebre Matacura Castillo, aunque en nueva modalidad, ¡otrooo Matacura más!, Matacura.

Villegas es un esquirol; hace poco, el susodicho salió a emplazar a Maduro a que se sometiera a los dictámenes de "La Polar", y cómo si él viviera en un mundo que no existe, también emplazó a Maduro, y con prepotencia, a que decretara un revocatorio contra sí mismo, ¡vaya tupé!; Villegas es asalariado de la MUD, lo que no es criticable, el asunto es que él quiere dárselas de imparcial, craso error si él ni siquiera sabe hacer el papel de guabinoso porque se le ven los pespuntes de sus costuras a una milla contimás de cerca, a pata´e mingo, ¿a quién va a engañar él, a quién cree él que va a cortar con ese vaso´e cartón, a quién?; sea evidente, afirmo desde mi posición de observador parcial -y lo digo sin tapujo- respecto del gobierno bolivariano, que sí la realidad es la suma de todas sus partes, cuando tú te inclinas a favor de una de ellas o de un grupo de ellas, de esas partes, luego, estás parcializado; mas, eso no quiere decir que te hagas el loco e ignores razones que puedan provenir del otro bando pues no hacerlo eso es fanatismo y el fanatismo se inspira en lo ajeno a la complejidad de lo real y se inscribe en lo que he llamado un mal social; una cosa es defender una postura en función de tus convicciones y otra cosa es ser fanático de tus propios embustes.

Estimo para mi fuero íntimo, que la consciencia lo es todo, pero no me seduce pensar en el vacío sino en algo concreto; todo lo que rodea a uno causa pensamientos, así lo creo; y lo que no, también te hace pensar, aunque esté lejos e inaprehensible, físicamente hablando, pero lo concreto es lo concreto, será así acaso para mí porque soy eminentemente empírico.

Para muchos, el paso de Villegas por la presidencia de VTV podría ser visto como algo inocuo y circunstancial pero para un observador acucioso -ese no soy yo, obviamente- tal desempeño pudo haber dejado secuelas tristes y marcadas en el imaginario social o digamos que en la imaginería popular, y hoy esas marcas se revelan en el desenlace de un desdén ante un inducido acoso que agobia al pueblo venezolano.

Cuánta secuela perniciosa dejó RCTV durante más de cincuenta años durante los cuales difundió los valores del consumismo, de envenenar el imaginario colectivo, de despersonalizar al pueblo venezolano, valores capitalistas que puntualmente son contravalores respecto a nuestra autoctonía cultural pero que permearon a un significativo sector social y aun cuando formalmente ese canal cesó en su maléfica tarea, hoy, a más de nueve años de su salida, todavía gravita con fuerza en la cabeza de muchos que inclusive pugnan por restablecer su dosis de veneno así como el drogadicto clama por su vicio.

Periodistas escuálidos hay como piedras en el pedregal pero el Matacura Villegas tiene en su currículo un pergamino demasiado importante, haber dirigido VTV, por lo que a la hora de la subasta enemiga, él goza de un privilegio nada simple y que le ha permitido dejar atrás a otros periodistas escuálidos porque así lo demanda la implacable estrategia comunicacional enemiga.

Pero al traidor nadie lo quiere porque éste siempre hace donde va lo que hizo donde estaba; y, aunque se disfrace de imparcial, Matacura es, es un traidor que cacarea imparcialidad como un placebo.

Periodistas enajenados y "super stars" copan la vanguardia en la guerra global contra los pueblos que se dan a sí un gobierno revolucionario; hay un sindicato de imperios, algunos de poca monta como España, imperiecito, pero hay otros como Francia, Alemania y Reino Unido, muy poderosos debido al latrocinio y al pillaje contra el Sur, contra África, contra América Latina y el Caribe; imperios e imperiecitos no dan puntada sin dedal a menos que el gran imperio norteamericano los avale, tú sabes, la globalización, es decir, actuar bajo un solo patrón, todos por el carril que el gran imperio norteamericano pauta, hacer de la cabeza el campo de batalla y obviamente esos periodistas que alquilan su cabeza, son la primera avanzada, después o al tiempo entran sucesivas vanguardias a confiscar y a esconder los alimentos y bienes de servicios del pueblo, antes de que una lluvia de bombas caigan sobre las bibliotecas, represas de agua, hospitales y pare de contar vestigio cultural alguno porque a eso van, a destruir las culturas, pero nosotros no somos mochos, afortunadamente.

No hay duda, en este momento -2016-06-10- hay una bestial guerra contra Venezuela, ayer y mañana fue y seguirá siendo igual y el campo de batalla fue, es y será, la cabeza del venezolano, el hartazgo de malas noticias demuestra que la cosa es como os digo, o mejor explicar, como vos pensáis, un arma de guerra y, en consecuencia, el periodismo patógeno es munición conque alimentar el cañón de la prensa sedicente.

Por sí sola, una información verbal o escrita es insuficiente para el más pintao, inclusive; reitero algo que todos saben mejor que yo, y es que la realidad tiene partes pero debemos procurar ver el todo, aunque sea casi improbable lograrlo, pero cesar en ese empeño es rendirse; es que a mayor claridad uno puede esgrimir una respuesta más apropiada a la cosas, en un cuarto oscuro uno tropieza con todo pero en un cuarto claro, es otra cosa, así de simple; hay que poner el énfasis en que la gente mire claro, toque las cosas, las oiga en su sonido natural de ser posible, las huela, las intuya inclusive; no obstante, los periodistas tarifados son, en tanto que pretenden que el pueblo mire a oscuras, que no sienta la presencia de su bienestar verdadero, deliberadamente despreciables.

Os pongo un ejemplo simple, ¿por qué el 11 de abril de 2002, durante el golpe de Estado, la televisión capitalista ocultó y publicó lo que no debía?, ah, precisamente porque esa prensa siempre oculta y siempre calla lo que no debe, ese es su modus operandi, ese día la televisión escondió la verdad para mantener al pueblo a oscuras.

¿Te acuerdas de entonces cuando a los chicos malos -como este que soy, yo mismitico- se les amenazaba en la escuelita rural, con ser llevados al "cuarto oscuro" (ante la directora)?

¡Por lo que entonces yo me rebelé y mande esa escuelita al carajo, a mí, ataduras [de esa naturaleza, atadura de consciencia], qué va, por lo cual me fui! ["Narrativa: Carta para Gabriela" y que está en red, es contentiva del cuento cuando yo dejé el polvero en el tercer grado de esa primaria tan inútil].

Bueno, también es de aclarar que hay ataduras distintas y que son bien buenas y atan más que un pelo´e guaya.

Una ruptura de la debida comunicación popular puede generar en las masas una interpretación errónea de la realidad y hacer aflorar una crisis; la esperanza es para el pueblo, una gran fuerza, y por eso la oligarquía mediática hace todo para romperla y anularla, lo que le interesa a la MUD, que es el bastión de la oligarquía, es la crisis, de ahí una explicación del fenómeno citado, y Matacura Villegas juega para ese maleficio, descaradamente.

Por desgracia para Vladimir Villegas, y quien dirigió la política informativa de la revolución bolivariana desde VTV, sabemos que su desempeño fue más que deliberadamente incompleto, prejuiciado, pero no definitivo; para resarcir ese posible daño bastaría que Maduro ordenase una severa investigación del desempeño del citado Villegas al frente de VTV para que aflore toda su solapada cizaña, tal vez no a la par de lo que hiciesen Ravel y Marta Colomina en ese canal, rastacuerismo, pero sí, basura de otro tenor pero que da igual de asco; ahora, que se lo cale globovision.

¿Precisiones al respecto? ¡No me corresponde darlas, es más, no las tengo! Sí sé que las precisiones fortalecen la información; pero, a ver, como dice el pueblo, la perfección es competencia de "Dioses" y no hay ni escritura ni expresión oral ni mucho menos, realidad perfectamente definida; lo que si me atrevo a afirmar es que periodistas como el susodicho, entre otros de su calaña, no hacen más que intentar golpear de manera sistemática, el pensamiento organizado del pueblo, pero ahí vamos, remando, llevando coñazos, pero ahí, remando y remando y abrigando la certeza de triunfar sobre cualquier comemierda traidor.

Yo creo que la noción de contexto es lo que en primer lugar orienta las acciones del pueblo cuando es vapuleado por los enemigos, puedo estar equivocado pero esa es mi modesta percepción a ese respecto.

Pareciera haber una infernal andanada de prejuicios en contra de Maduro, de parte de muchos ex altos funcionarios del gobierno bolivariano y entre ellos, además de Villegas, destacan también los compatriotas Giordani, Ana Osorio, Héctor Navarro y otros; también figuran algunos quienes intentaron trepar a esas alturas y no tuvieron éxito, razones por las que se dedicaron a despotricar, antes solapadamente contra Chávez pero ahora abiertamente contra Maduro; pero Maduro demuestra fortaleza de criterios y no se ha dejado intimidar por esa gente. Por ahí salió también el ex alto oficial Cliver Alcalá Cordones a hablar necedades, lo que no hizo mientras estuvo disfrazado de patriota, y ¿qué busca él ahora que no haya buscado antes? ¡bah!

Lo que digo de Villegas valga también para los señores citados, ¿qué los motiva a ser tan rencorosos?, que se sepa, Giordani estuvo todo el tiempo en Planificación y/o afines y una vez enfermo el Comandante Chávez, Maduro lo ratificó inclusive, es más, cuando Giordani y Merentes anunciaron el cambio monetario o no sé cómo le dicen, si devaluación, Maduro se puso mosca, a escarbar, y qué pudo hallar que descamburó a Giordani, mas, no a Merentes, y ¿qué pasó ahí?, a mí que me registren, que me pregunten si tengo caspa.

Algo de tufo ha debido ocurrir para que Maduro destituyera a Giordani, y por lo que al día siguiente él se largara con una carta como la de Almagro, apócrifa. Y ese compatriota, Giordaní, reconcomiado y de curruña con Navarro y con Ana Osorio, no ha dejado de echarle plomo a Maduro, desde entonces.

Todos sabemos que el cocodrilo, y la cocodrila también, es un animal extraño porque cada vez que come se pone a llorar y por eso el pueblo hace alusión a "lagrimas de cocodrilo/a" ya que, como es de suponer, se trata de lágrimas de felicidad; bueno, valga el símil, la compatriota Ana Osorio lloró ante las cámaras cuando el golpe de Estado, pero como ahora ella se la dedicó a Maduro, es de suponer que sus lágrimas eran de cocodrila; ella y Navarro, especialmente, la cogieron ahora contra el decreto arco minero, una alternativa asumida por el gobierno en un momento de guerra bestial y puesto que se hace necesario disponer de opciones para impulsar el desarrollo, dicho decreto establece lógicamente el amparo del medio ambiente, expresamente plasmado como un imperativo en las cinco líneas del "Plan de la Patria 2013-2019" ideado por el comandante Chávez y aprobado por la anterior Asamblea Nacional, plan que Maduro está obligado a desarrollar, pero ya los susodichos aseveran que no es así.

Mas, dada la recurrente andanada de denuestos contra Maduro por parte de los citados, anteriormente, da que pensar que lo del arco minero no sea más que un acicate para ellos seguir con la descalificación del Presidente.

¿Por qué lo hacen? ¡la envidia es libre! Nosotros, mi gente cercana, y en particular yo mismitico (mismo) también tenemos una que otra crítica que hacerle al Presidente pero ante la circunstancia de que los sagrados intereses de la patria están en juego, cerramos fila con Maduro y abrigamos plena confianza de que saldremos airosos de la inducida crisis, con el concurso de todos los patriotas, pero básicamente, consideramos de fundamental importancia cerrar filas con Maduro, no echarle plomo.

Y, te acuerdas, de entre el cherechere de propaladores de bolserías en red, de la "Viejita" hiper filomarxista?, esa es otra de entre ese grupete de quienes expresan gamelote que juega garrote, que si los zapatos de mi hijo, que si me picó el chikungunya, que si los reales no me alcanzan, que si la cola del burro y que si la de la burra, que si el pato y que si la guacharaca y que si los CLAP no sirven para un carajo y que si tengo in péctore el legado secreto de Chávez y mil bolserías más, ¡dizque por culpa de Maduro!

¡Todo eso se llama, mear fuera del perol! Los intereses de la patria en juego por culpa de una arremetida brutal del imperio norteamericano ávido de petróleo, y algunos ique compañeros, extraviados.

Usted notará que en estas reflexiones yo no me ocupo de la escualidad sin careta sino de la enmascarada, porque precisamente, los citados tienen incidencia entre nuestras filas, la aviesa opinión de un Giordani, por ejemplo, no tiene incidencia entre la escualidad sino entre las filas del chavismo, esa es la verdad, por eso hay que tratar de arrancarles la careta, para que no sigan engañando a incautos de nuestras propia filas.

Y, por qué no, llamarlos a incorporarse a la revolución (fijaos que no digo reincorporarse porque considero que ellos nunca estuvieron de corazón acá, aunque se hagan llamar "con Chávez" lo que son es "contra Chávez"), no somos excluyentes, la patria también es de ellos, así que ojalá vengan con nosotros bajo la premisa de asumir valores y dejar la culequera.

Hay que inducir a la juventud para que se aparte del pernicioso camino del mal social y perfilarse hacia el perfeccionamiento de la sociedad en cierne.

¿Somos -tal al decir de McLuhan- lo que vemos? El hecho de que formemos nuestras propias herramientas de aprendizajes y que luego éstas nos formen a nosotros mismos, da para reflexionar el pensamiento, ¿de qué hablar? ¿Qué somos y que podríamos ser más adelante? ¿Debemos analizar la evolución y el sentido del pensamiento popular? ¿Es la opinión pública una roca inamovible o acaso se mueve a cada instante? -al respecto de esta última interrogante yo intento complementar en "La opinión pública no es una roca dura…" http://www.aporrea.org/medios/a227082.html -.

Solemos hacer de piedra angular en la conformación de los hijos y luego son ellos los que nos conforman a nosotros; llega un momento en que nos hacemos lentos y, precisamente, en medio del vertiginoso despliegue de las tecnologías y de los desarrollos científicos a los que nos hacemos paulatinamente impermeables y es en esa etapa cuando los hijos se convierten en nuestro soporte para no quedarnos tan a la zaga y, por supuesto, a la intemperie, eso sería lo más natural; en contrario, cuando los hijos se hacen buitres y osan comernos las entrañas, uno debe apelar a los arrestos para dejarlos ir con su maldad a cuestas y, qué les vaya bien, preferiblemente, pero a otro perro con ese hueso; y mientas tanto nosotros proseguir como con la "música triste" del poeta Andrés Mata, …que tras de cada nublado hay un lucero / ¿un amor que se va? ¡Cuántos se han ido! / otro amor volverá más duradero y menos guabinoso / ya se levanta luminoso el día y florece de nuevo el limonero / el que se va no hace falta / hace falta el que vendrá / bien bueno que cada sinvergüenza que entre nosotros haya estado, deje el pelero y … en el ruinoso alar de una covacha / reconstruya el nido / pero si quiere venir, que venga, ya habrá que forjarlo … (lo que es parodiar al poeta citado, mosca, no textual)

Si lo que veo lo veo bien, he ahí entonces a un buitre de esos, el Matacura Villegas -Vladimir Villegas- sustituto del Matacura Castillo en la misma televisora, pugnando por quien es mejor atacando al chavismo en la figura de Maduro y pareciera ser que el Matacura Villegas se lleva en los cachos al tristemente célebre Matacura Castillo, haciendo de crupier de la MUD, y lo peor no es eso sino que algunos compañeros le hacen el juego dejándose embaucar.

Tengo la idea de que el escualidismo es una enfermedad mental en Venezuela y que como tal debe ser asumida por la ciencia, pero, ¿Cuál ciencia? ¿la psiquiatría?

Pareciera ser que las posibilidades de la psiquiatría están ya agotadas para curar a esa gente pero en pro de ellos bueno sería apelar a la anti psiquiatría, corriente que niega la existencia de una supuesta locura como una patología y la cataloga más bien como la conducta a la cual se ven obligados adoptar ciertos individuos para defenderse de las presiones ejercidas por el entorno social que les compete y, desde tal punto de vista lo que cabe es atacar las causas de esas presiones del referido entorno social -y, político en este caso- caracterizadas por la violencia.

Una última reflexión, con crisis o sin crisis, ponga usted a un chavista y a un escuálido -ambos, común y corriente, respectivamente- frente a frente; y notará sin mucho esfuerzo, que el chavista emana la paz y la alegría que da el amor; mientras que el escuálido destila hiel, violencia y animadversión que no puede derivar sino del odio.

Tenga usted en cuenta, dilecto/a lector/a, que si nosotros eligiéramos a Su Santidad El Papa Francisco I como Presidente de la República Bolivariana de Venezuela, e inclusive sí el mismito Dios de los cielos bajara hasta aquí y nosotros lo pusiéramos de Presidente, en tales supuestos casos, la MUD los atacaría con su violencia y con su odio atávico, no quepa duda; en consecuencia que ataquen a un insigne trabajador como lo es Maduro, no es en verdad contra Maduro, es contra el pueblo, así de sencillo, y eso hay que internalizarlo, saberlo y comprenderlo, y estar en antecedente que una persona toma sus decisiones, en mucho, en función de la información y la formación que posea, de ahí que información y formación no sean la misma cosa en sí sino elementos de una relación.



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Guillermo Guzmán


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