Bienvenido Noel “Chita” Sanvicente

La disciplina futbolística nacional celebra la justa y moralmente necesaria designación de un líder natural de este deporte en Venezuela, el técnico nacional Noel Sanvicente Bethelmy, nacido en San Félix el 21 de diciembre de 1964. No es un secreto el gran negocio, en dólares, que subyace en ese medio, en el que el presidente y demás directivos de la Federación Venezolana de Fútbol y sus allegados meten la mano y engordan sus arcas. El caso de César Farías es una muestra fehaciente. Es común ver a estos señores en lujosos restaurantes de la isla de Margarita, con un grupo de panas de esos que el vulgo llama ricachones. Esto nada tiene que ver con el fanático que orgulloso vitorea a los jugadores desde cualquier  rincón del país y que ahora asiste a los estadios.

Se reconoce que tanto César Farías como Richard Páez lograron mediatizar a nuestro fútbol. Esto también tiene su relación con el Grupo Polar, obviamente. Pero gracias al gobierno revolucionario tenemos estadios decentes, apoyo económico directo para los eventos internacionales y la escuela de alto rendimiento del poblado de Los Robles, en el estado Nueva Esparta. Queda la duda de aquel proyecto cibernético que Farías proyectó en Puerto La Cruz, más con la visión de una empresa privada, personal, de accionistas panas y familiares tal vez, que como un instrumento social de formación profesional abierta a los jóvenes de a pie de este país que sueña llegar a la primera división. Ya hay una camada de prospectos cuasi-adolescentes, hijo de papá y mamá que están siendo enfilados como potenciales miembros de la selección nacional Vinotinto, y cuidado si por esta vía se discrimina al hijo de la madre pobre y de la familia humilde, porque ese no tiene caché para aspirar a tan alto nivel.

El nuevo entrenador tiene un palmarés increíble que se puede constatar en Wikipedia y que es del conocimiento público. No es necesario reafirmar sus enormes cualidades profesionales, pero sí debe reconocérsele ese don de gente que lo ha convertido en un director técnico notable. Por ejemplo, su estilo de dirigir. Sus versiones del Caracas, al igual que su Real Esppor, fueron equipos más pensantes, con dos volantes de contención a los que les gustaba jugar y llegar al área rival, con laterales que se proyectaban y mucha presión. Su Zamora mantiene la presión y el gusto por el juego, pero es un equipo mucho más violento, sus ataques son más veloces, siendo un equipo de galgos que van de un lado del campo al otro como si se les fuese la vida en cada partido.

En sus tres equipos ha sabido darle paso a los jóvenes, sin cargarlos de responsabilidades y rodeándolos de veteranos, una mezcla que seguramente caracterizará a la Vinotinto del futuro. No le huye a los medios de comunicación pero prefiere recibirlos en su oficina, es decir, en los entrenamientos. Además, varía y es atrevido, pero también sabe trabajar muy bien el contragolpe. Prefiere posesiones más verticales, por lo que tiene gran interés en futbolistas más rápidos. Es un fanático de la disciplina y últimamente ha inculcado un grupo multi-profesional que le ha dado buenos resultados con nutricionistas, psicólogos y estudio de rivales con tecnología.

Esta prospección que nos anima hasta una potencial actuación en el mundial Rusia 2018 debe tener su centro de acción más allá de esas descripciones anteriores. En primer lugar, entrenador, no se deje adular por esa directiva que a usted lo ha visto siempre como un bichito feo. Sin hipocresías, ha sido así. En segundo lugar, Usted mereció estar en ese cargo hace por lo menos dos años antes. En tercer lugar, César Farías se ocupó más del aguaje publicitario, so pretexto de ser “el octavo del mundo, guao César”, mientras cometia errores técnicos de dirección graves que nos imposibilitó de asistir al mundial Brasil 2014. Su promoción publicitaria, tan pasmosa como su actual estatus, que de octavo debe andar de 80 ya, le hacía parecer más pendiente también de llenar un poco sus abultados bolsillos con dólares mexicanos, que ajustar a la Vinotinto en momento cruciales. Sin embargo, para sus intereses personales la Vinotinto fue su trampolín perfecto.

Usted Noel “Chita” San Vicente no se moleste en hacerse rico como técnico de la Selección Nacional de Fútbol. Demuestre lo que tiene usted en el corazón y lleve a nuestra selección a Rusia. Lo que bien devenga de esa meta, económicamente hablando, lo tendrá bien merecido. Por favor, pónganos a ganar amistosos en Europa, en Asia, en Norteamérica, en Centroamérica y en Suramérica, pero con fútbol de alto nivel, sin enrolar el rostro de manera teatral ante las cámaras de tv. Con los hermanos del África podemos batirnos a velocidad y fuerzas puras para medir la resistencia y el coraje del equipo pero hay que pulirse en otros ámbitos. Y una idea: Cuando se enfrente a Alemania demuéstrele que si ellos humillaron a los gauchos con un baile ridículo, usted les puede bailar un joropo en la pata de la oreja.

Bienvenido hermano “Chita” Sanvicente a la Dirección Técnica de la Selección Nacional Vinotinto, y si necesita un arquero de lujo tengo mi hijo mayor de 23 años que se lo careo con cualquiera, pero obviamente es un muchacho humilde, sin contactos “pudientes” dentro de la FVF, pero que está ahí. Y como usted, él sí sabe de fútbol. Reciba el apoyo inmenso de esta patria y logre los éxitos que Dios le permita con inteligencia, humildad, sabiduría y disciplina, como lo ha hecho hasta ahora. Para usted y su familia nuestras bendiciones, hermano.



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José del Carmen Pérez


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