Las escuálidas amenazas de la derecha, en una patria feliz

Tenía cierto tiempo sin caminar por Caracas y verdaderamente que felicitamos a las autoridades de la capital, que se ve que de verdad le están echando un camión. Así, estuve en la calle donde viví cuando niño; Salvador de León a Cují, por eso, sentí energía extra y caminamos por un perímetro que nos llevó a la Plaza Bolívar; estaba repleta pues era viernes y la gente se notaba feliz y además bien vestida. Tan solo vi en toda la caminata, un indigente, pero por cierto estaba bien gordito porque la papa abunda y Caracas parece una gran feria de comida.

Nos metimos en un restaurante, ahí cerca de la cuadra de Bolívar y con 200 bolos nos comimos mi esposa y yo, una parrilla con todo, una jarra de jugo de guanábana y una ensalada de aguacates del carajo. La ciudad repleta de gente, hacía que me sintiera en un lugar del mundo que es sometido a la agenda negativa, de un músculo mediático mundial, que nos coloca como un país terrible, pero lo que no dicen, es la cantidad de personas que llegan a diario a nuestro país porque los banqueros los estafaron y buscan refugio en Venezuela.

Llegan en cambote, italianos, portugueses, españoles, griegos, turcos, chinos, colombianos, peruanos, chilenos, y en general de todo el orbe, lo que me recuerda un artículo que escribí que se llama ¿Qué haremos con las hordas que llegan de Europa? Así, en nuestro país el desempleo se ubica en 7.6% mientras en Europa, el promedio es 26% de esa manera, nos damos cuenta que Chávez, si hubiese contado desde el principio con la derecha y no con su saboteo apátrida, ya nos autoabasteceríamos.

Pero muy a diario, escuchamos a opositores invocando el 350 que sí, “aquí no hay hombres” que sí, “aquí no hay militares con bolas” que si “este gobierno tiene los días contados” como dice el judío errante CAPriles, que amenaza porque se siente guapo y apoyado por la plaga imperial, donde manda el pran Obama; pero si este se pone cómico, lo mata el Pentágono. Mientras, la patria avanza en cosas que no se ven pero se sienten, como la prohibición de fumar. A la final fuimos a Conviasa y compramos tres pasajes.

Yo no viajaré por mi trabajo, pero mi esposa y mis dos hijos pequeños, se van para Argentina porque como ella nació en Buenos Aires, no paga hotel ni comida por tener muchos familiares por allá. Lo cierto es que antes, no se podía viajar, pero ahora, la cola de gente para comprar pasajes era kilométrica y duramos como hora y media para comprar los boletos. Aprovechamos he hicimos algunas compras, porque hay cosas más económicas que en Maracay, de tal manera mis camaradas y compatriotas, testigos de la obra y el legado de Chávez, que las amenazas de la derecha no asustan a una patria feliz.

Nota: antes de regresar como a las 5pm a Maracay nos comimos en una arepera socialista, una cachapa y una pizza, buenísimas y pensé ¿porque en Maracay no montan areperas socialistas móviles?


Esta nota ha sido leída aproximadamente 1673 veces.



Jorge Osorio Rojas


Visite el perfil de Jorge Osorio Rojas para ver el listado de todos sus artículos en Aporrea.


Noticias Recientes:

Comparte en las redes sociales


Síguenos en Facebook y Twitter



Jorge Osorio Rojas

Jorge Osorio Rojas

Más artículos de este autor