11. Julio 2008
Nosotros,
los que construimos día a día en nuestras comunidades una nueva
sociedad más justa e igualitaria, los que salimos a la calle el 27 de
febrero del 89, los que con nuestros medios de comunicación populares, de labio a labio, de mano en mano, rescatamos al comandante Chávez el 13 de abril
del 2002, nosotros, como expresión del movimiento popular organizado, salimos a la calle a
exigir que nuestros medios de comunicación tengan el espacio que por justicia se merecen, para que el
espectro radioeléctrico deje de ser un privilegio de unos pocos y sea
para todos. La
comunicación es un derecho humano y no se puede privatizar. La
comunicación que queremos debe ser vocería y parte integral de nuestras
luchas. Que cada pueblo, cada barrio, cada comunidad tenga medios para
comunicar sus sonidos, sus imágenes, sus sueños. Los medios de
comunicación en manos del pueblo ayudan a organizar y a educar y son
garantía del avance de la revolución. En
los últimos treinta años el capitalismo ha concentrado los medios de
comunicación como herramienta fundamental de dominación. En
NuestraAmérica, país por país, con muy pocas excepciones, las
trasnacionales han monopolizado el espacio radioeléctrico. Clarín en
Argentina, Televisa en México, Red O Globo en Brasil, Mercurio en
Chile, todas aliadas al oligopolio comunicacional, han avanzado
controlando periódicos, radios y televisoras, imponiendo una visión
única, racista, clasista y de derecha a nuestras sociedades.
En Venezuela, si bien no han logrado ese nivel de concentración, siguen
dominando la mayoría del espectro e imponiendo valores e ideología. Ante
esta ofensiva del Imperio, nuestra respuesta estratégica debe ser la
apropiación de la comunicación por las comunidades populares y obreras.
Es el camino socialista común a todos los espacios de lucha: control
obrero de la producción, apropiación campesina de la tierra, las
comunidades al mando de los servicios. Lo que está bajo control popular
no podrá ser privatizado. Nuestros
pueblos han levantado desde lo pequeño, desde la base, colectivo a
colectivo, medios comunitarios, libres y alternativos ligados a sus
luchas. Debemos aumentarlos y cualificarlos. Pero no basta. Para
fortalecer ese proceso tenemos que acelerar la construcción de escuelas
de comunicadores populares, redes de corresponsales pertenecientes a
los colectivos revolucionarios, agencias de noticias alternativas,
fábricas de
transmisores que llenen las ondas desde la Patagonia hasta México,
imprentas bajo control social y al servicio de la prensa popular,
plataformas tecnológicas que permitan compartir producción y
contenidos, alzar medios de alcance estatal, nacional e internacional
cogestionados por las comunidades y los movimientos sociales. Es decir
mantener la fuerza y pertinencia del espacio comunal, pero vincularla a
la potencia de lo nacional, conformando un Sistema Público de Comunicación, ni estatal ni privado, en manos de las Comunidades. Es este contexto de lucha el gobierno bolivariano plantea la reforma de la Ley de Telecomunicaciones. La actual ley, aprobada en
el año 2000 bajo la firma de Miquilena y Diosdado Cabello, fue
felicitada en su momento por Ravell, Cisneros y Granier, y catalogada
por ellos como la "primera ley del gobierno bolivariano que pone a Venezuela en el tren de la Globalización". Esta
ley, con aspectos neoliberales y antisoberanos, ha permitido políticas
absolutamente contrarias a los valores socialistas como las subastas de
espectro -que es un bien público- al mejor postor, y la imposición de
trasnacionales de telefonía celular sin ningún tipo de contraprestación
social. Además contempla a los medios comunitarios como algo marginal
al esquema de radiodifusión. Estamos de acuerdo con el gobierno en la necesidad urgente de su transformación. A ese respecto proponemos que la ley contemple, por ahora: · Que el sistema público de comunicación en manos de las comunidades populares tenga rango de Ley · Exigir
que el 33.3% del espectro radioeléctrico sea para los medios
comunitarios libres y alternativos. Si existen medios privados, del
Estado y del pueblo, un tercio debe ser lo mínimo reservado. Es
necesario acotar que en Argentina y en Uruguay ya se ha avanzado en
proyectos de ley que contienen esta propuesta de los movimientos
sociales nuestroamericanos y que Venezuela, vanguardia de las
transformaciones, debe dar el ejemplo. Políticas progresistas parecidas
se discuten actualmente en Ecuador, Bolivia y Paraguay. · Solicitar
que un 33.3% de las pautas publicitarias del Estado se hagan con los
medios comunitarios. De esta manera, sin gastar un bolívar adicional de
presupuesto, se conseguirían los recursos para el funcionamiento
operativo de los medios. Es de destacar que en estos momentos gran
parte de las partidas publicitarias del Estado terminan en las arcas de
las mismas trasnacionales que todos los días conspiran contra el
proceso. Además obligaría a acentuar el perfil social y comunitario a
la propaganda del gobierno. · Estudiar
la posibilidad que un porcentaje del impuesto a las comunicaciones
sirva para crear un fondo, de propiedad social, con participación en su
administración de los movimientos sociales, que impulse y financie
todos los proyectos relacionados
al fortalecimiento del sistema público (escuelas, agencias,
corresponsales, fábricas, infraestructura, etc). De esta forma le
daríamos viabilidad expedita a estos proyectos y la posibilidad de un
salto cualitativo y cuantitativo. Así como se creo un fondo para
incentivar la producción de contenido, es aún más imperativo uno con
este propósito. Como medida temporal, un porcentaje del fondo universal
ya existente –y con baja ejecución en los últimos años- puede ser
destinado a este fin. · Establecer
la obligatoriedad del "capítulo" comunitario del satélite Simón
Bolívar. Que nuestros medios puedan subir y bajar información del
satélite permitiendo la integración de las luchas latinoamericanas. · En estos momentos nuestros compañeros realizan y
reparan transmisores y antenas, llegándose a una relativa soberanía
tecnológica y a la posibilidad de la desmitificación popular de la
misma. El gobierno plantea como una posibilidad el salto tecnológico a
las televisoras y radios digitales, lo que encarecería y volvería a
acentuar la "brecha tecnológica" entre quienes producen y quienes
consumen. En caso de avanzar en esa dirección (no deseado por nosotros
en estos momentos) debe estar contemplada una profunda transferencia de
conocimiento a los sectores populares y una adecuada dotación de
infraestructura. De no ser así se fortalecería de nuevo la elitización
de los medios para aquellos con bienes de capital. Más allá de la Ley las posibilidades de seguir construyendo la apropiación de las comunicaciones por el pueblo dependen de nosotros, de nuestros aciertos y errores.
En momentos donde se advierten tendencias hacia un pacto social con la
oligarquía y de burocratización del proceso, en necesario la emergencia
del pueblo organizado, campesinos, indígenas, estudiantes, obreros,
para seguir avanzando en la conquista de las demandas populares y en la
transformación de nuestra sociedad. Con programa, movilización,
organización y autonomía, los movimientos sociales seremos bisagra
fundamental para la construcción del socialismo. ¡Por un 33.3%, Socializemos el espectro radioeléctrico! Nuestro camino es el de las comunidades