11 de mayo de 2024.- Un meteorólogo aficionado fotografió la noche del viernes una aurora boreal al norte de Gibara, provincia cubana de Holguín, un fenómeno asociado con regiones polares que rara vez puede ser vista en países tropicales.
Aunque los informes de auroras boreales en la nación caribeña son escasos, eventos similares se registraron en el pasado, como el documentado por el meteorólogo cubano Andrés Poey Aguirre en el verano de 1859, refirieron medios locales.
Otro avistamiento de estas espectaculares exhibiciones de luminiscencia tuvo lugar el 4 de septiembre de 1872, y entre los últimos reportes conocidos está un evento ocurrido en marzo de 1989 durante una gran tormenta solar que afectó a la Tierra.
La aurora boreal, al igual que su contraparte austral, es el resultado de la interacción entre los gases de la atmósfera terrestre y el viento solar: una corriente de partículas cargadas eléctricamente provenientes del sol.
Cuando estas fragmentos alcanzan la Tierra, interactúan con el campo magnético del planeta, generando corrientes de partículas cargadas.
Algunos iones quedan atrapados en la ionosfera, donde colisionan con átomos de oxígeno y nitrógeno, los excitan y liberan energía en forma de luz, creando así el impresionante espectáculo lumínico que ha dejado a muchos maravillados anoche.
La Tierra experimentó el pasado viernes 10 de mayo una de las tormentas solares más potentes en más de 20 años.
La poderosa actividad solar desató magníficas auroras boreales en varias regiones y suscitó preocupaciones sobre posibles interrupciones en las comunicaciones y redes eléctricas durante el fin de semana.
La primera de varias eyecciones de masa coronal, acompañadas de grandes emisiones de plasma y campos magnéticos del Sol, alcanzó el planeta al mediodía, según el Centro de Predicción del Clima Espacial de la Oficina Nacional de Administración Oceánica y Atmosférica de Estados Unidos.