Ya no sorprende ver al presidente de Estados Unidos, Donald Trump, asumiendo actitudes contrarias que van en perjuicio de la buena conducta de los seres humanos, e incluso de las mismas leyes, que por lo general rigen a cualquier nacion, cuando se trata de separar el bien del mal.
Trump, quien acaba de viajar a Israel, participó en el parlamento de ese país con motivo del acuerdo de paz firmado hace escasas horas entre Israel y el grupo de defensa Hamás, que pone fin, y lo ponemos en duda, al genocidio que venía cometiendo el Ejército sionista en contra del pueblo de Gaza, en Palestina.
Trump, en plena sesión del parlamento, se salió del protocolo, dice la noticia que nos ha llegado, para pedirle al presidente Isaac Herzog, que indulte al Primer Ministro, Benjamín Netanyahu, ante las imputaciones que hay en su contra, que debería enfrentar, como cualquier mortal, a través de un juicio limpio, justo y equilibrado.
Según el boletín de prensa, los parlamentarios israelies estallaron de gozo, una vez que escucharon la propuesta desmesurada de Trump, que arrancó en los presentes frenéticos aplausos, burlándose, claramente y sin pudor, de la justicia.
Esa postura de Trump, a nuestro parecer, no es rara, "entre burros del mismo pelo", o como se dice también en criollo, "entre asnos que se buscan para rascarse".
Lo que está claro, es que para el presidente de EEUU es insignificante el fraude, el soborno y el abuso de confianza, acusaciones que pesan contra Netanyahu, que según los entendidos debería estar preso, también por el genocidio que ha ordenado en contra del pueblo palestino, desde hace rato.
Pero Trump fue más allá. Se atrevió a decir, de manera irresponsable, lo siguiente:
¿A quien le importan unos cigarros tras una champaña?
El presidente estadounidense dijo estás últimas palabras tras referirse al primero de los casos, en los que se acusa al primer Ministro israelí de recibir costosos regalos de lujo a cambio de favores relacionados con intereses comerciales y visados, dice también el texto periodístico.
¿Qué se nos ocurre decir ante esta otra declaración fuera de orden de Trump?
Pues algo muy sencillo: "Se jodió ese presidente de Israel, si por casualidad se le ocurre rechazar el pedido descarado y reprochable de Trump, que alienta el fraude, el soborno y el abuso de confianza".
De seguro, si eso llegara a pasar, Trump de inmediato ordenará eliminarle la visa al presidente Herzog, para que no pueda entrar a EEUU, y bajo presión también le exigirá a los demás países que integran la Unión Europea (UE) que hagan lo mismo.
Incluso, el jefe de Estado israeli corre también el grave riesgo, si es que tiene bienes y dinero depositados en los bancos de EEUU y de la UE, que le sean confiscados, como ya están acostumbrado hacerlo.
Así pues, que desde ya podemos considerar que Netanyahu está libre de todas las imputaciones que pesan en su contra.
Mientras tanto, la justicia quedará una vez más, gracias a EEUU, con Trump a la cabeza, en el fondo de una inmunda papelera de una sala sanitaria, cuidado si no visita a diario el presidente norteamericano.