El Premio Nobel de la Paz, es uno de los cinco Premios instituidos por el fabricante de armamentos, inventor e industrial sueco Alfred Nobel, junto con los premios respectivos en Física, Química, Fisiología o Medicina y Literatura. Se otorga desde 1901, «a la persona que haya trabajado más o mejor en favor de la fraternidad entre las naciones, la abolición o reducción de los ejércitos alzados y la celebración y promoción de acuerdos de paz», según lo prescrito en su testamento por el autor del premio, Alfred Nobel. En específico, el de la Paz, se remonta al testamento de Nobel, en el que disponía que se creara el premio y estuviera dotado con los réditos de su fortuna. Se concede en Estocolmo y su entrega se realizará en el Ayuntamiento de Oslo, capital de Noruega. El ganador del Nobel de la Paz, es electo por el Comité Noruego del Nobel, compuesto por cinco personas designadas por el Parlamento noruego. Este año, a diferencia de otros, el premio alcanza relevancia por el interés manifiesto del Presidente Donald Trump, quien ha manifestado interés por el premio y por supuesto ya sus secuaces se mueven para que ello sea una realidad, como evidencia tenemos el apoyo ya manifiesto de otro guerrerista y criminal de guerra, el primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu. Entre criminales te veas. De hecho, reconocidos criminales de la Humanidad, ya manifiestan su apoyo como Álvaro Uribe, María Corina Machado, en este mundo y desde el otro, criminales como Adolfo Hitler, Joseph Mengele, ya le han manifestado su apoyo pleno, como muestra que el fascismo renacerá y florecerá, según ellos y el «derecho del pueblo elegido a ejercer su supremacía».
El Nobel de la Paz, fue un premio reconocido en el mundo, en tanto hubo destacadas personalidades que se hicieron reconocidas en dicho premio como fuera el caso de Martin Luther King, Nelson Mandela o la Madre Teresa de Calcuta. Después vinieron entregas funestas como los narcotraficantes colombianos, Juan Manuel Santos y ex presidentes norteamericanos como Barack Obama, que destruyeron el premio, degradándolo a nivel cero, con un narcotraficante y un comprobado guerrerista y narcotraficante. De esta decadencia, viene dicho premio. Alfred Nobel, reclama desde su sepultura, sea dignificado y recompuesto su nombre, dignificado.
Si hablamos de Paz, porque se convocan a los enemigos de la paz para premiarlos. Cosa de locos y locas. María Corina pues. Pero, el mundo está cambiando y por fortuna, evolucionando. Que Guterres es apenas una paja de ese mundo llamado ONU. Que en la ONU, hay personas como la relatora para los territorios palestinos, Francesca Albanese que nos hace saber que otro mundo sí es posible. Albanese, sancionada por EEUU, ha sido tajante en sus recomendaciones y conclusiones: «Resolver la cuestión de Palestina, o el 'conflicto israelo-palestino', de conformidad con el derecho internacional no es complicado, pero requiere rigor para seguir lo que es justo: poner fin al genocidio, a la ocupación ilegal de lo que queda del Mandato de Palestina y, a continuación, poner fin al apartheid, tanto para los palestinos como para los israelíes, de modo que puedan vivir en libertad y paz en la tierra que ambos consideran su hogar», ha dicho. Por decir la verdad se le cataloga como crítica y enemiga del sión nazismo y ambos genocidas, Israel y EEUU, la declaran como su enemiga. Albanese, en sus informes ha indicado que Israel está cometiendo crímenes de guerra en los territorios palestinos y ha acusado al sionismo de «cometer uno de los genocidios más crueles de la historia moderna». Sí alguien, se ha ganado el Nobel de la Paz con su accionar contra la guerra esa es la relatora para Gaza, Francesca Albanese y por supuesto Gaza, territorio Palestino que lucha por sobrevivir a las apetencias de hambre por nuevos territorios inmobiliarias de Israel y EEUU en Gaza…
Caracas, 12-07-2025