Maryclen Stelling: La convocatoria al diálogo no tiene por qué surgir de las cúpulas políticas

26 de mayo de 2019.-

La socióloga señala que está floreciendo un tejido político que puede convertirse en una referencia para ayudar a una salida política incluyente. Habla de una sociedad polarizada con una crisis política que "afecta la cotidianidad desde el amor hasta la escasez y hasta la relación madre-hijo"

Acude a la cita con la puntualidad del profesor que respeta a sus alumnos y llega a tiempo. Saluda cordialmente a quienes conoce en la redacción y en la compañía de un café comienza la conversación con Maryclen Stelling.

-¿Cómo percibe la población el escenario político? ¿Cómo una traba para resolver su problema cotidiano? ¿Cómo la vía para la resolución de la crisis? O ya es víctima del fastidio de un problema que no se resuelve.

–Se percibe como un escenario más de la cotidianidad, la política impregna la cotidianidad. La política impregna nuestra realidad desde que nos levantamos hasta que nos acostamos. La política está permeando nuestra afectividad. Está permeando las relaciones familiares. Cómo nos relacionamos con la escasez, la crisis económica.

Ese hecho de que llena todo, a todo nivel, impide la posibilidad de dialogar y de reencontrarnos, porque son dos maneras polarizadas, diferenciadas de percibir la cotidianidad. La cotidianidad está polarizada, desde el amor hasta la escasez y hasta la relación madre-hijo.

–¿Cómo construir una vía de diálogo si cada uno de los jugadores tensa la cuerda hasta más no poder?

–En estos momentos se configura una suerte de nuevo tejido social, o socio político de individualidades que vienen de diferentes espacios políticos. Son como intenciones muy privadas, muy informales, pero es una especie de reencuentro desde todos los espacios que busca la posibilidad de promover el diálogo y no es nada que emane de un polo o de otro polo.

Ese nuevo tejido social es importante porque he observado que hay muchas personas reuniéndose de esa manera informal. Allí ha emergido y se dibuja la idea de que la convocatoria al diálogo no tiene por qué surgir de las cúpulas políticas. La convocatoria al diálogo pude nacer como algo de la sociedad, de grupos que no están radicalizados, lo que no significa que estén despolitizados.

De allí surgen temas que son importantes, que podrían ser tratados en diferentes espacios como las universidades, comunidades… Esos temas son lo electoral, que tiene que verse amplio y no reducido a elecciones y ya; elecciones generales o la elección de un nuevo CNE; la crisis económica, la crisis política, los derechos humanos porque, dados los últimos sucesos, algunos sectores hablan de violación de de los derechos humanos y también de represión.

Estos temas básicos y fundamentales que desde la propia sociedad civil podríamos comenzar a convocar. Con temas puntuales. No el diálogo colgado del aire, sino con cosas que a todos nos preocupan y nos ocupan.

–¿Cómo articularlos? El diagnóstico está hecho pero los jugadores fundamentales del escenario político parecen no estar dispuestos a verlo.

–El problema es que están polarizados los temas, trabajados desde los dos extremos, como dos enemigos que se sientan a ver quién puede más que el otro y la confrontación política están allí. Tenemos una relación antagonista, es decir que a mi adversario político lo veo como un actor al que debo eliminar.

–Y ¿cómo revertir esto? ¿Hace falta un Grupo de Contadora interno?

–Desde la propia sociedad, esa que no está en esos espacios radicalizados o polarizados, podrían emerger grupos que convoquen a grandes mesas de discusión aun cuando las academias y las universidades también están radicalizadas e identificadas cada una en un bando, esos podrían ser ámbitos neutrales.

–¿Y los medios? ¿Cuál es su rol?

–También está el tema de los medios de comunicación, los empecé a llamar medios de incomunicación social, que también son espacios para promover el diálogo y la concertación. Pero sucede que te levantas el 30 de abril y quieres saber qué pasa y dependiendo del medio que sintonices la versión es una u otra.

Si los medios de comunicación se han convertido en actores beligerantes, en ejércitos y en medios politizados, se descalifican a sí mismo como agentes promotores de posibles acuerdos.

–Y ¿cómo se resuelve? Si quien llama al diálogo es estigmatizado. Tenemos al Gobierno ejerciendo lo que denominó hegemonía comunicacional y, por el otro lado, una avalancha de información en redes y medios que también tensan la cuerda.

Yo creo que espacios como Contrapunto son los que pueden convocar esa discusión, vista la pluralidad que han demostrado y el respeto que han tenido por los actores. Podrían ser ustedes quienes convoquen.

–Gracias por meternos en ese problema.

–¡Jajaja! Es una forma de devolverles la pelota. Creo que habría que generar esas necesidades entre las bases.

–¿Y quién las trabaja si la dirigencia está polarizada?

–Hay espacios que se perfilan como neutros, que le den cabida a uno y a otros. Voces que no estén radicalizadas. De un lado y de otro. Tenía la impresión de que los eventos del 30 de abril podrían desanudar el problema. Yo pensé que esto podría ser un hito y generar un llamado a la reflexión a las polaridades para tratar de dialogar y resolver esto por otra vía, pero parece que no es así.

Se están tomando medidas contra los que se presentaron allí, en lo que la propia oposición llamó golpe de Estado, un llamado a la insurrección militar. Insisto, pensé que eso podría destrancar lo que García Linera denomina empate catastrófico, que se presenta cuando dos fuerzas se confrontan dentro del mismo espacio nacional y esa confrontación afecta la economía, las relaciones interpersonales, las relaciones sociales. Él afirma que "se deteriora el tejido social" a partir de lo que denomina el empate catastrófico.

–¿Limitan las posibilidades de conseguir una salida política los recientes eventos del 30 de abril y sus consecuencias?

–Estos hechos alimentan el empate catastrófico, porque no resultó, todo está en tinieblas. Lo único que se ve claro es que lo lideraron Guaidó y Leopoldo López y que tienen el apoyo del imperio norteamericano que fue muy beligerante.

Sus voceros tuitearon al unísono, es decir que había una conspiración y no tuvo éxito.

-¿Quién gana y quién pierde?

–Ese fracaso fortalece a Maduro. Él fue muy medido, ese día apareció en la noche, además obtuvo una buena reacción en el plano político comunicacional, cuando aparece caminando vestido de caqui con los integrantes del Ejército.

El que estuviera caminando y avanzando delante una tropa en traje de campaña, sin charreteras, dio la sensación de futuro y proyectó la imagen de poder Cívico-Militar.

Esto lo conectó con la idea transmitida por Chávez de que el militar es pueblo y hablar con el poder de las armas. Manejo simbólico muy bueno. Que no es que cierra el capítulo, pero sin querer benefició a Maduro.

–Los polos en pugna ya no parecen tan monolíticos como antes, esas fracturas internas ¿pueden ayudar a crear espacios de diálogo o al contrario atomizan la discusión?

–La oposición se ve claramente fracturada, con voces valientes que no saltan talanqueras y anuncian los fracasos. El Gobierno es más hermético, por ahí se dice que hay fracturas a lo interno del Gobierno que van apuntando a las críticas sobre el manejo de la crisis económica y el tema electoral. Sólo se dice, yo no tengo pruebas, pero la crisis multidimensional hacen que surjan otra voces que no han saltado la talanquera pero que no están de acuerdo con la gestión de Gobierno, porque ven que la crisis se ha profundizado y entienden que la situación actual no es sólo culpa del cerco económico, sino que tiene factores internos de gestión.

–Hablando de fracturas… la posición del exdirector del Sebin, manifestada a través de una carta pública y en un video ¿refleja una fractura en los mandos de la Fanb?

–Para mí es una carta incongruente, que al principio interpreté como la manifestación de alguien confundido, disculpándose por participar en un golpe fallido. Pero luego le quitan la sanciones, allí se ve que ese fue el precio.

–Entonces uno interpreta que hubo un precio y no el discurso épico de liberar al país de la dictadura de Maduro. Siento que están tocando a militares que tienen sanciones, los están enamorando y comprando. No sabemos que otras cosas le dieron. Me imagino que eso continúa. Hacen contactos con personalidades que pueden ser sensibles a ceder en sus posiciones.

–Y el empate catastrófico… ¿hasta cuando puede durar?

–El desempate debería surgir de estos polos radicalizados que, en su confrontación a muerte, están perjudicando la subsistencia, y me refiero no sólo a los bienes materiales que definió Marx, sino a la subsistencia en general: ética, moral, afectiva valorativa, económica y política.

–Yo quisiera que esos polos se acercarán y llegaran a acuerdos, pero deseos no empreñan y hasta ahora ha sido así. Ojalá estos eventos pudieran generar esos espacios y voces, como las de Eduardo Fernández y Claudio Fermín de un lado y veremos cuáles voces surgen del otro sector, que pudiera desembocar en espacios de acercamiento.

–De otra forma, se genera una catástrofe a lo interno y pareciera que de tan larga duración, que el desempate tiene que surgir de la esencia misma de la nación. Las negociaciones de República Dominicana fracasaron porque eran las cúpulas políticas dirimiendo factores de poder. El diálogo como tal fue secundario, allí hubo una puja de poder.

–Si eso no se produce ¿puede imponerse la teoría del gendarme necesario? ¿y venga una intervención militar externa o los factores militares internos digan, "vamos a encargarnos de esto porque los civiles no se ponen de acuerdo"?

–Esos son escenarios terribles, ambos. No diré nada nuevo cuando señalo que un misil no preguntará dónde hay chavistas para caer. Golpe o contragolpe están allí como posibilidad, a consecuencia del mismo empate catastrófico que genera ese deterioro del tejido social.

Ese mismo deterioro que genera desesperanza, orada la legitimidad. Esa legitimidad entendida como un proceso de atribución social en donde te percibo como legítimo y te atribuyo legitimidad, misma que puedo quitarte.

Es un proceso psicológico. El 4 de febrero lo que sucedió fue que mucha gente vio un salvador, un líder, y esas tres cuartas partes del país lo percibieron como un líder. Pero esa atribución no es eterna. Si ese líder no cumple con su labor de conducción y de cumplir con las promesas, esa percepción se va deteriorando. Allí hay que preguntarse si Guaidó goza de esa percepción de legitimidad desde los sectores de oposición.

–Las primeras movilizaciones de Guaidó fueron importantes… ¿eso demostraría su legitimidad?

–Hay indicadores objetivos y ese es uno. Las convocatorias a las marchas ha ido mermando, porque ese líder que emergió ante una oposición huérfana, este joven con características criollas, con una gestualidad que comunica y con seguridad, esa oposición le atribuyó legitimidad y así lo percibieron.

–¿Me llegó mi Chávez?

–Sí. Me llegó mi mesías, mi Chávez, pero luego viene el desgaste. No es sólo prometer y prometer y no cumplir. Eso merma la asistencia a las convocatorias y es un indicador objetivo.

El otro es cómo, Gobiernos que lo llamaron presidente interino le fueron retirando los títulos nobiliaros y ya no lo llaman así. Ahora es el líder, ingeniero de 30 y pico de años, el Presidente de la Asamblea; hay elementos subjetivos, que no tengo un estudio certero.

Vez en tuiter mucha desilusión. Y allí hay lo que se denomina desesperanza aprendida, porque no ha podido sacar a Maduro. Guaidó le devolvió la esperanza a ese sector de la población. Él rescató la esperanza y la ilusión pero se ha ido deteriorando. Esa atribución se ha ido perdiendo. De ser cierto esto, estaría la oposición de nuevo huérfana, diciendo, "¿…y ahora quién podrá defendernos?"

-Las acciones de la clase política y allanamiento sobre parlamentarios

-En el Gobierno y en la oposición hay gente que quiere el diálogo, conscientes del empate catastrófico que está dando vida a ese nuevo tejido político dialogante que se reúne informalmente para buscar cómo podríamos llegar al diálogo. Eso está allí, floreciendo espontáneamente, porque creo que todos y todas tenemos que estar conscientes y preocupado porque estamos en un contexto prebélico.



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La fuente original de este documento es:
Contrapunto (https://contrapunto.com/especiales/entrevistas-ctp/maryclen-stelling-la-convocatoria-al-dialogo-no-tiene-porque-salir-de-la-cuplas-politicas/)



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