Abril 06 de 2012.-En numerosas ocasiones tratar de viajar de Caracas al estado Vargas y viceversa es un verdadero infierno. Los motivos son diversos, pero el principal es la especulación con los precios del pasaje.
Durante los fines de semana, todas las noches, días feriados y en las temporadas vacacionales los choferes y sus peluches (nombre popular que se le da a quien auxilia al conductor en el cobro del pasaje) piden a los pasajeros montos muy por encima de las tarifas permitidas, aprovechando el incremento de los viajeros que van a “disfrutar” un día de playa.
En las paradas de las rutas Caracas-Litoral Central se vive el estrés en su máximo nivel, por los desórdenes en las colas de usuarios y usuarias y la citada especulación de algunos choferes. Estos crean escasez artificial de unidades, lo que origina que mucha gente esté esperando turno para abordar una y ante la desesperación de no ver buseta alguna y querer llegar rápido a su destino se da el caldo de cultivo para que los conductores cobren sobreprecios de Bs. 20, 30 y hasta más cuando la tarifa, por ejemplo, Caracas-La Guaira y Caracas-Catia la Mar es de Bs. 6 y las de Caracas-Caribe Bs. 7 y Caracas-Caraballeda Bs. 7.
En la Capital de la República, para el caso de la parada de El Silencio, retrasan la frecuencia de salida escondiendo los vehículos por Caño Amarillo. En el estado Vargas hacen lo mismo en el sector El Paveo de Macuto dejando abandonada la parada de plaza El Cónsul.
Cuando llueve muchas veces se hacen pasar por piratas; quitan los carteles y dicen ser de otra línea.
Da vergüenza el sufrimiento de los miles de guaireños que laboran en Caracas. A la hora de regresar a sus hogares, están a la intemperie sin vigilancia policial hasta altísimas horas de la noche, sobre todo si ocurre algún accidente en la autopista Caracas-La Guaira.
Es deplorable “espectáculo” de ver bajo torrenciales aguaceros a madres con niños en sus brazos mojándose ambos, cuando las paradas deben tener techos de una mediana extensión, nada cuesta colocarlos.
A la pésima calidad de un servicio de transporte pagado con sobreprecio se suma la insoportable costumbre de los colectores de subir al máximo el volumen de los equipos de sonido en un espacio cerrado, caluroso y atiborrado de pasajeros.
Una solución a los problemas podría ser la ampliación del servicio de Metrobús Caracas-La Guaira con, al menos, el triple de unidades.
Cinco líneas son las responsables de la prestación del servicio desde La Hoyada, El Silencio y Gato Negro: Unión Sucre, Unión Guaicamacuto, Caracas-Los Caracas, Caracas-Litoral y Malavé Villalba.
Inseguridad
Una media de 20 asaltos diarios a cualquier hora del día y de la noche confrontan las usuarias y usuarias, choferes y colectores de la ruta Caracas–Litoral Central, advierte Raúl Rojas, directivo de la línea Malavé Villalba.
“Debido a la precaria vigilancia policial, tres bandas obran a sus anchas robando dentro de las unidades. Si hay mucha cola, los motorizados también se encargan de asaltar. La delincuencia igualmente se está apoderando de las unidades para luego cobrar rescates por las mismas. En lo que va de año han robado y desaparecido 42 busetas. Ante tanta inseguridad estamos indefensos”.
Afectados han asegurado que cuando los asaltan, los desnudan y los dejan abandonados a un lado de la autopista.
Por su parte, Leonardo Fortes, dirigente comunal del sector Quenepe de Maiquetía, asevera que la seguridad es insuficiente en el recorrido Caracas-Litoral Central.
“En esta época los hechos delictivos se han incrementado”, precisa. “Inclusive, la situación ha cobrado las vidas de la población como la de un guardia nacional que murió durante un asalto a una buseta”.
Fortes agradece a los directivos de las líneas que reactiven en las paradas terminales las revisiones de los pasajeros con detectores de metales.
Chatarras ambulantes
Los pasajeros reclaman que algunas unidades del transporte público de la ruta Caracas-Litoral Central están en pésimo estado, casi siempre tienen botes de gasolina y un desagradable olor a quemado como resultado del recalentamiento de la liga de frenos cuando llegan al sector El Trébol del estado Vargas.
Constatar cumplimiento de normas es prioritario
Con el fin de verificar el cumplimiento de las normativas de tránsito en la ruta Caracas-Litoral Central urge que los entes nacionales, regionales y municipales facultados por la ley para ejercer la actividad mantengan operativos de supervisión constantes referentes a la prestación del servicio, tanto en la Capital de la República como en el estado Vargas.
Tomás Pérez, vicepresidente de la Central de Transportistas Públicos del Estado Vargas (Cetravargas), ha hecho un llamado a los conductores de esa entidad federal en cuanto el uso del uniforme, portar la Cédula de Servicio, y la calcomanía de revisión de las unidades por parte del Instituto Municipal de Transporte Colectivo del Municipio Vargas (Imvitracv), lo que es extensible a los choferes que cubren la citada ruta.
Estima el declarante que como Imvitracv tiene un nuevo director, Luis Cuevas, quien ha mostrado disposición para el diálogo existen las condiciones para buscar mejoras en el servicio.
Esta es la oportunidad precisa para crear un Consejo de Transporte y fortalecer los comités de usuarios y usuarias.
Por su parte, el presidente de Cetravargas, Francisco Quevedo, indicó que las líneas también pueden cooperar ya que éstas tienen normas internas para sancionar a los asociados que incumplan con el mantenimiento del vehículo en general, las leyes de tránsito y los acuerdos firmados con las instituciones municipales referentes a no cobrar sobreprecios y cumplir con las frecuencias de salidas y recorridos asignados para que usuarios y usuarias no queden varados a la buena de Dios en las noches, domingos, días feriados y en las temporadas vacacionales.