La nueva planta de televisión que dirige la compatriota Blanca Eekhout, Vive TV, le sigue los pasos de Venezolana de Televisión, al incorporar como reportera a la periodista Klibis Muñoz, una declarada ficha del oposicionismo en la Universidad Católica “Andrés Bello”, donde cursa el posgrado de comunicación organizacional.
Muñoz, también reportera de Unión Radio, ingresó a Vive TV, en el lugar de la compatriota Teresa Ovalles, quien renunció recientemente a su puesto de reportera del joven canal.
A comienzos de este año, el presidente del Canal 8, Vladimir Villegas reforzó La Noticia con una presentadora de Televen, Mayerlin Camacho Pérez, periodista graduada en la escuela de comunicación de la ULA en San Cristóbal, donde se graduó el 18 de junio 2003.
Al parecer, Camacho Pérez fue “rescatada” de la oposición por el periodista José Gregorio Zambrano, actual presidente del Instituto Nacional de Hipódromos, quien la puso en contacto con el compatriota Villegas, y además la hizo asesora de prensa del INH. (¿Asesora de prensa de un periodista?).
Quién tenga dudas de la trayectoria “combativa” de la Mayerlin en el Táchira, que se ponga en contacto con los profesores de la ULA, Thomás Byrne, Pavel Rondón o Arturo Linares. Ellos pueden echarle el cuentico, como dicen en San Cristóbal.
Estos casos, sólo representan pequeñas cosas de numerosas irregularidades que ocurren en muchos organismo gubernamentales, producto de los viejos vicios que heredamos de la Cuarta República.
El amiguismo está haciendo estragos en nuestras filas, porque este vicio propicia el saboteo, como el que nos afectó recientemente, en pleno proceso de reparos.
¿A caso no es saboteo todo lo que pasó con las firmas que recogimos contra Liliana Hernández, y compañía, en Caracas?.
¿De dónde salió el llamado a salir en caravana a la una de la tarde el último día de reparo?
¿Quién hizo la llamada que ordenaba dañar los libros y cerrar los centros a las 4 de la tarde, el domingo?.
Quienes imponen el amiguismo sobre la conciencia revolucionaria, son simplemente contrarrevolucionarios, y tenemos que combatirlos.