Ecuador: la refinería de Manabí, con capital venezolano

Los presidentes de Ecuador y de Venezuela saludaron a simpatizantes en la Plaza de la Independencia.

Los presidentes de Ecuador y de Venezuela saludaron a simpatizantes en la Plaza de la Independencia.

Credito: EL COMERCIO

El presidente Rafael Correa avanzó en su inclusión al proyecto de integración energético que lidera su par venezolano, Hugo Chávez. Los resultados de la reunión que sostuvieron ayer fueron una evidencia más de que ambos mandatarios guardan una sintonía ideológica de cara al proceso de unidad regional.

Correa le preparó una recepción con todos los honores de rigor y le agradeció por la cooperación acordada ayer, especialmente en el área energética.

“Tú sabes que Ecuador es tu patria”. Esas fueron las palabras de bienvenida pronunciadas en el pretil de Carondelet, después de que Chávez paseó desde la Catedral hasta Carondelet saludando con un puñado de seguidores.

Vestido con una camisa roja y un pantalón negro, Chávez correspondió a su anfitrión, al proclamar que Venezuela es de los ecuatorianos y, de paso, dejó entrever que su objetivo era incluir al Ecuador en su plan integrador. “Que crezca la conciencia unitaria, solo unidos seremos libres y grandes”.

De inmediato ambos mandatarios se reunieron por casi dos horas en el Salón del Gabinete del Palacio Presidencial. Un alboroto generalizado se vivía en la planta alta de Carondelet, donde casi todos los miembros del Gabinete ecuatoriano se mantenían expectantes por la cita entre ambos presidentes bolivarianos.

Finalizada la reunión presidencial, el acercamiento ecuatoriano al plan integrador desde la lógica venezolana se tradujo en seis acuerdos: cuatro energéticos, uno industrial y uno comunicativo.

De ellos, se destaca el compromiso para iniciar los estudios para la construcción de la refinería en Manabí, el acuerdo entre las estatales Petroecuador y Pdvsa para recuperar el campo Sacha y el préstamo de taladros para incrementar la producción de crudo hasta fin de año (ver Sección Negocios).

“Hoy se da otro paso importante de un destino ineludible: la integración de América Latina, pero no la integración que nos quiso imponer el Consenso de Washington”, dijo Correa, en el inicio de la rueda de prensa conjunta que duró casi dos horas.

A partir de ese momento, comenzaron a aparecer en escena las coincidencias ideológicas entre ambos mandatarios, cuyas ácidas críticas tuvieron como blanco común la política comercial estadounidense.

En ese punto, el Presidente ecuatoriano se deshizo en elogios por la política integracionista venezolana, apuntalada por su potencial petrolero y energético. “Venezuela es la que más impulsa la integración energética en América del Sur y es la que menos la necesita... está buscando solidarizarse y la integración latinoamericana”.

Chávez tomó el micrófono por 40 minutos. En medio de un prolongado repaso histórico a la vida de las figuras bolivarianas como Simón Bolívar, Manuela Sáenz y Antonio José de Sucre, destacó la voluntad política de Correa por unirse a su plan integrador. “Un paso más hacia la unión”, “hoy renace la unidad”, “solo unidos para ser libres”, fueron las frases que el Presidente venezolano repitió incansablemente.

De inmediato llegaron sus ataques a Estados Unidos y su política “imperialista”, a la que ridiculizó al compararla cono un “conde Drácula sin sangre antes de romper el alba”. Correa reía casi a carcajadas e inclinaba su cabeza en señal de aprobación de cada una de las caricaturas que su colega venezolano esbozaba verbalmente.

En este contexto, la suscripción de una declaración de seguridad energética se constituyó en un paso estratégico del Gobierno ecuatoriano para embarcarse en el proyecto integrador de Chávez. Esa declaración es el paso previo para firmar el acuerdo de seguridad energética impulsado por Venezuela, al que se sumaron esta semana Argentina y Uruguay durante la gira que cumple Chávez en Sudamérica.

De hecho, Quito la penúltima estación del periplo regional que emprendió a inicios de semana Chávez. Según analistas internacionales como el venezolano Alberto Garrido y el brasileño Carlos Lopes, se trata de una nueva ofensiva de Chávez para contrarrestar la influencia regional del presidente brasileño, Lula da Silva, quien también cumplió esta semana una gira por México y Centroamérica.

Allí, Lula promovió el acercamiento comercial del Mercosur con México, un país que es reconocido por ser un interlocutor de Estados Unidos. Además, el brasileño promovió la producción de biocombustibles, una tesis que no es compartida por Chávez, cuya arma integradora es el petróleo.

Esas diferencias se han palpado en el duelo que Brasil y Venezuela mantienen por liderar la integración desde sus conceptos. Así, mientras Lula cree en una integración comercial más amplia, que se traduce en tratados de libre comercio, Chávez se niega de plano a ese tipo de acuerdos.

De ahí que Alberto Garrido señalase que algunos proyectos venezolanos se han frenado como fruto de esa disputa de liderazgo. Ese es el Gasoducto del Sur, Banco del Sur, Unasur y la formación de un Mercosur social, en los que figura “Brasil como innombrable adversario”.

Pasadas las 17:00, Chávez y su delegación dejaron el Palacio de Carondelet, rumbo a la Base Aérea. Desde allí emprendió viaje a Bolivia, donde cerrará más acuerdos energéticos con Evo Morales y el presidente argentino, Néstor Kirchner. Antes estuvo en Argentina y Uruguay.

El banco del Sur, en espera

Hugo Chávez expresó ayer su ansiedad porque se concrete uno de sus proyectos integradores: la creación del Banco del Sur.

Durante su intervención en el Palacio de Carondelet, Chávez repitió por varias ocasiones la necesidad de que se concrete la creación de esa entidad. “Es una necesidad para la independencia económica”, “vengo clamando 10 años por su creación”, “algunos no se dan cuenta de su necesidad o no se atreven”, fueron algunas de las frases que dijo sobre el tema.

En ese contexto, Chávez anunció que está dispuesto a trasladar 5 000 millones USD de sus reservas para que el Banco del Sur pueda entrar en funcionamiento.

Ese proyecto financiero regional se encuentra retrasado desde el pasado junio, cuando los mandatarios de la región debían firmar su acta de constitución, pues aún no se llega a un acuerdo global.

Por otro lado, Ecuador y Venezuela llegaron ayer a un preacuerdo para que el Ecuador se integre de lleno al canal Telesur, que es otra iniciativa de Chávez. La idea es que el Ecuador sea parte del paquete accionario de esa televisora regional, con el aporte de un 5 % del capital.



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