Quito, 09 de agosto de 2007 / Los Jefes de Estado de Venezuela, Hugo Chávez, y de Ecuador, Rafael Correa, colocaron una ofrenda floral ante el sarcófago donde reposan los restos mortales del “Gran Mariscal de Ayacucho”, Antonio José de Sucre, en la Catedral Mayor de Quito.
A su llegada a la catedral, el Jefe de Estado saludó a los ciudadanos quiteños, quienes demostraron en todo momento afecto y dieron vivas a Hugo Chávez y a la Revolución Bolivariana.
El Primer Mandatario Nacional resaltó el "coraje, la valentía y la decisión”, de su homólogo Rafael Correa en la conducción de su país hacia una patria nueva.
El presidente de Ecuador respondió a los elogios indicando que Ecuador, es la patria de Chávez, haciendo referencia a la "Patria grande" como calificaba a América Latina el prócer de la independencia cubana José Martí.
El objetivo de la visita de Hugo Chávez es la firma de acuerdos de cooperación sobre todo en el área petrolera y dentro de ellos, el principal es la suscripción de un convenio entre las petroleras Pdvsa y Petroecuador para iniciar estudios para la construcción de una refinería en la provincia ecuatoriana de Manabí.
Se trata de la segunda visita del Jefe de Estado a Ecuador desde que Correa asumió el poder el 15 de enero pasado, cuando se comprometió a conducir a Ecuador al "socialismo del siglo XXI".
Honor al Gran Mariscal de Ayacucho
Antonio José de Sucre, nació en la ciudad de Cumaná (ciudad del oriente venezolano), el 3 de febrero de 1775. En 1813 conoce al Libertador Simón Bolívar, quien penetró muy pronto en su espíritu de guerrero. A la edad de 15 años se alistó en las filas de la Revolución, ascendiendo en 1811 a teniente de Ingenieros.
Tras ser asesinado en las montañas de Berruecos, en 1830, sus restos fueron traídos a Quito por su esposa, la Marquesa de Solanda, y mantenidos en secreto en su hacienda en el Valle de los Chillos. En 1832 y cumpliendo la voluntad de Sucre, que deseaba ser enterrado en la capital ecuatoriana, son depositados en el Convento del Carmen Bajo, posteriormente fueron llevados a la Catedral en donde ocupa una capilla
