Marzo 1, 2007 (Especial Aporrea.org).- El Informe Anual 2006 de la Junta Internacional de Fiscalización de Estupefacientes (JIFE), organismo independiente y cuasi-judicial que vigila la implementación de las convenciones internacionales de las Naciones Unidas sobre estupefacientes, destaca avances importantes de Venezuela en la lucha contra las drogas ilícitas, al tiempo que resalta el aumento de la superficie total de los cultivos de coca en Colombia y critica duramente la situación en Afganistán, la cual “se deteriora rápidamente.”

Las apreciaciones de este informe, el cual fue presentado recientemente en distintas ciudades del mundo, contrastan radicalmente con la visión que ha expresado el gobierno de Estados Unidos sobre la lucha contra las drogas ilícitas en Venezuela, lo cual pone evidencia, nuevamente, como este país norteamericano ha contaminado el tema con el objeto de atacar a Venezuela y alimentar su campaña mediática contra el Gobierno del Presidente Hugo Chávez, mientras sus políticas anti-narcóticos fracasan rotundamente en otras partes del globo.

En referencia a Venezuela, el Informe señala su participación en la creación de un portal Web regional conjunto para el uso de las autoridades responsables de los controles administrativos. Asimismo, hace referencia a la primera Reunión internacional de los observatorios de drogas de Europa, América Latina y el Caribe que tuvo lugar en Caracas, del 28 al 30 de noviembre de 2005, en donde la JIFE tomó nota con satisfacción de que participantes de 40 países intercambiaron sus experiencias en los ámbitos de la reducción de la demanda de drogas, de informaciones sobre las recientes tendencias en el abuso de drogas y las metodologías empleadas para el tratamiento y el análisis de datos epidemiológicos.

En materia legal, el informe hace referencia de manera positiva a la Ley Orgánica contra la Delincuencia Organizada en septiembre de 2005, la cual contempla, entre otros, el blanqueo de dinero como una infracción, así como la adopción de nuevas leyes sobre precursores químicos y otros reglamentos que crean nuevos mecanismos de control, definen códigos de conducta para las personas que comercializan precursores y prevén el intercambio de informaciones.

Sin embargo, lo más significativo del informe es el reconocimiento a la labor emprendida por las autoridades venezolanas en las incautaciones y decomisos de drogas ilícitas. En este sentido, el informe señala que tras utilización de un sistema de vigilancia por satélite que permite detectar los cultivos ilícitos, Venezuela logró erradicar 80 hectáreas de coca en la frontera noroeste con Colombia, mientras que el volumen total de incautaciones de cocaína aumentó en un 87%, elevándose a mas de 58 toneladas. De igual manera, otras 23 toneladas de cocaína, la mayoría destinada a España y el Reino Unido, fueron incautadas en el transcurso de los nueve primeros meses del año 2006. Por si fuera poco, el informe también señala el descubrimiento de zonas de cultivos ilícitos de adormideras de opio de una superficie superior a 100 hectáreas durante operaciones de erradicación llevadas a cabo por autoridades venezolanas.

El informe no deja lugar a dudas sobre el importante avance de Venezuela en la lucha contra las drogas ilícitas, al reportar que el incremento más importante de las incautaciones de heroína en América del Sur, se registró en Venezuela, las cuales aumentaron regularmente, pasando de 196 Kg. a un nivel récord de 658 Kg.

Colombia

En relación a Colombia, el informe argumenta que a pesar de los esfuerzos de erradicación, la superficie total de los cultivos de coca aumentó en 6.000 hectáreas, alcanzando un total de 86 mil hectáreas, lo que representa un retroceso de 47% con respecto a la estimación anual máxima. El cultivo ilícito de coca en Colombia se extendió rápidamente hacia zonas en las que hasta ahora no se había detectado, y el mayor aumento se registró en dos zonas limítrofes con Ecuador y Venezuela.

Afganistán

El informe también critica duramente la situación en Afganistán, que a su juicio, se deteriora rápidamente. Para la JIFE, los progresos en la erradicación del cultivo ilícito de la “adormidera” en Afganistán, se ven obstaculizados por la corrupción que impera en todo el país. En este sentido, el informe señala que lejos de contenerla, la producción de opio en este país, “ha alcanzado niveles sin precedentes.”

“Una tercera parte de la economía afgana – dice el informe – sigue basándose en el opio, lo que contribuye a la corrupción generalizada en el país.”