Colombia: Euforia en el Norte de Santander por llegada de gasolina venezolana

El combustible importado de Venezuela atrajo a nuevos clientes a las antes desocupadas estaciones de servicio de Cúcuta.

El combustible importado de Venezuela atrajo a nuevos clientes a las antes desocupadas estaciones de servicio de Cúcuta.

Credito: Laopinión.com

28 ago 2008.- ¿Qué controles operan para evitar que la gasolina y el ACPM importados desde Venezuela se fuguen hacia Bucaramanga y el Cesar?

La pregunta surgió en medio de la euforia generada por la llegada del combustible a Norte de Santander, en desarrollo del convenio entre PDVSA y la Empresa Colombiana de Petróleos (Ecopetrol).

Propietarios y administradores de las bombas prometieron convertirse en ‘guardianes’ del esquema de abastecimiento que inició en 2,1 millones de galones mensuales y que alcanzará los 5 millones de galones.

El mayor Nelson Orlando Wandurraga, comandante de la Policía Fiscal y Aduanera-Cúcuta, aseguró que hay mecanismos para prevenir efectos que perturben el mercado.

El organismo de vigilancia tiene un puesto de control en Los Vados (Los Patios) y avanza en el montaje de otro en Pamplona.

Aparte de las acciones para contener el contrabando, les corresponde la misión de monitorear el paso de hidrocarburos por la zona y municipios aledaños.

Por este sector de la vía Cúcuta-Bucaramanga la Policía de Carreteras sirve de apoyo a las operaciones.

En Berlín (Santander), la Polfa, como se le conoce a la institución que trabaja en coordinación con la Aduana, cuenta con otro retén.

Allí verifican que los carros-cisterna para el trasporte de derivados del petróleo salgan de Norte de Santander desocupados y que los demás automotores no lleven tanques arreglados o caletas.

Por el trayecto que une a la capital departamental con Ocaña, en el camino se encuentran los puestos establecidos por la Policía de Carreteras en El Zulia y en la Y de Astilleros.

Los agentes encargados de la lucha anticontrabando harán patrullajes por aquella área del departamento a diferentes horas del día para detener cualquier intento de llevarse los combustibles hacia departamentos costeños.

La misión es que solo pasen los carrotanques que lleven las guías y la documentación que demuestre que van a abastecer las gasolineras de esa zona nortesantandereana.

“Hay garantía de la Policía, tanto en la región como en el país, de que no se va a permitir el paso ilegal de combustible importado hacia zonas no autorizadas”, declaró el oficial.

En las estaciones

La otra tarea de verificación encomendada a la Policía Fiscal y Aduanera la debe desarrollar en las bombas.

Primero somete a revisión la documentación que certifica la compra de combustible.

En este control deben concordar las cantidades almacenadas con lo despachado desde alguna de las plantas (Terpel o Agualinda).

Para contrarrestar la mezcla de hidrocarburos importados con los de contrabando se hace una prueba de marcador.

Se toman muestras que son pasadas por el equipo detector de marcación BASF que arroja ciertas indicaciones para señalar si hay o no acciones fraudulentas en la comercialización.

“Ya no es en color, sino en cantidades porcentuales, de acuerdo con el combustible”, explicó el mayor Nelson Orlando Wandurraga.

La comprobación de que no haya especulación con los precios, que los distribuidores no estén adulterados y el cumplimiento de las normas que garanticen la seguridad para los clientes, figuran dentro de las labores a ejecutar.

Además, la Policía Nacional activó un dispositivo de acompañamiento a los 11 vehículos cisterna que desde El Vigía (Mérida) y Bajo Grande (El Zulia) trasportan el líquido. Patrullas esperan la caravana del lado colombiano del puente internacional Francisco de Paula Santander y la acompañan hasta la planta que corresponda.

Ojos abiertos

María Eugenia Martínez Rodríguez, directora ejecutiva de la federación que agrupa a las estaciones de servicio, llamó a cuidar el sistema activado.

“Las estaciones son las más interesadas en que los combustibles importados no salgan del departamento”, declaró.

Reiteró que los empresarios de la distribución minorista “cuidan el proceso para que dure. Somos los principales cuidanderos, pero esto tampoco daría mucho para llevárselo, esto tiene unos cupos”.

La inquietud surgió porque en Cúcuta el galón de gasolina venezolana legal vale $ 3.390,15 y el de ACPM $2.475, que equivalen a un 50% menos de lo que se cobra en otras ciudades colombianas.


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