Binóculo 492

En todo el país

En un país tan extremadamente complicado como Venezuela, necesitamos como que analizar por pedazos la realidad, porque es muy compleja. No es simplista la respuesta y son muchas las variables que deben considerarse, incluyendo la primera y es que nunca en la historia del país se vivió un bloqueo de semejantes proporciones. Ni siquiera Cuba en sus 64 años de bloqueo, ha sufrido semejante acoso. Tal desproporción origina un desbalance en el quehacer del país, que no es fácil equilibrar. Desde alimentos, pasando por materia prima para producir, hasta medicamentos y equipos médicos, incluyendo medicinas tan delicadas y necesarias como los antirretrovirales, contra el cáncer, esclerosis múltiple y diálisis que incluye medicinas, equipos electrónicos y químicos como soluciones. Un bloqueo que pasa porque el gobierno pague lo comprado y el banco se robe el dinero porque a última hora recibe la orden de no despachar la mercancía. No es un juego el bloqueo, y a pesar de que el gobierno ha aplicado diferentes mecanismos para enfrentarlo, no es mucho lo que ha podido hacer, porque estamos hablando de darle alimentos y medicinas a toda una nación, que no es posible recorrer en dos horas, ni, aunque fuera en avión.

Quiero decir, cuando Nicolás habla de una pérdida de 230 mil millones de dólares, hablamos de mucho dinero con el que se pudo haber hecho muchas cosas; entre otras, evitar que la nación hubiera caído a los niveles pordioseros en los que nos encontramos. Nadie habla de estadísticas, pero está claro que el índice de desnutrición debe haber aumentado de manera brutal, así como el índice de deserción escolar y docente. Si el niño no tiene para comer y ni un par de zapatos que ponerse, igual el maestro no tiene el pasaje para pagar el autobús. Si el salario mínimo son 130 bolívares mensuales, quiere decir que un trabajador puede comprar tres paquetes de harina en un mes y le quedan 25 bolívares para comprar un cuarto de kilo de queso… para un mes.

Es decir, llegamos a un punto, en el que la salida no es entregar una bolsa Clap cada cuatro meses, con bolsas de granos con tierra y coquitos, pasta de mala calidad y nada de proteínas, sino darle una respuesta al ciudadano de cómo puede continuar su vida, no solo con un trabajo decente, sino con un salario digno. La olla de presión comenzó a subir la válvula que en principio fue lenta, pero ahora se hizo rápida. Y como todos los sectores del país están viviendo la misma situación, la tapa está a punto de volar. Creo que todos tenemos al lado o cerca de nuestros hogares, a alguien cuyas penurias llegan al extremo que tener que darle algo para comer ese día, sobre todo los de la tercera edad y los niños, por su indefensión, un hecho que se nota más en las ciudades porque allí no hay ninguna escapatoria que no sea ir al supermercado. Recién vi un video de un profesor de matemáticas de la UCV jubilado después de 40 años de servicio, doctor, es decir de quinto nivel, por lo que incluso habla otro idioma, que gana 50 dólares al mes, con lo que no cubre ni siquiera los medicamentos que toma.

Y es un proceso de deterioro que viene sufriendo la sociedad desde hace por lo menos cinco años, aunque el bloqueo es de antes, pero la asistencia del gobierno medio funcionaba con cierta regularidad y no con bandidaje de ahora, como las bolsas Clap que se daban cada dos meses y en ocasiones hasta un sobre de leche traía.

Pues la tapa de la olla explotó y la gente se tiró a la calle, como suelen hacer los pueblos cuando ya se le acabaron las esperanzas. El país entra en su segunda semana de protestas, tan masivas como cuando marchamos para llevar a Hugo Chávez al poder.

Pero, por otro lado -y aquí vamos a la parte política- tenemos una oposición que no tiene ni idea de qué es una nación y ha cometido todas las estupideces del mundo, incluyendo pedir la invasión del país, el bloqueo y robarse los bienes de la nación que están en el exterior, con la interconchupancia de gobiernos celestinas; y que es una de las cosas que más daño nos ha hecho. Es esa misma oposición que ahora está intentado penetrar las protestas y aprovecharse de ellas para ver si en ésta va la vencida, que es sacar a Maduro del poder. Vuelven a hacer el análisis equivocado. El chavismo va más allá de Maduro. Y, errada y torpemente, el gobierno no ha sabido manejar la situación con las protestas. De entrada, y como es su costumbre, acusó a las protestas de estar controladas por la oposición. Nada más alejado de la realidad. Como me dijo un camarada ayer, "hay chavistas por coñazos, porque todos estamos sufriendo lo mismo Olmos, estamos pasando la misma hambre". O la torpe actitud en Guayana en donde esposaron a trabajadores, los golpearon y les echaron gas lacrimógeno. Exactamente los mimos métodos de la Cuarta República cuando la primera medida era reprimir. Cosa que es absolutamente imperdonable en un gobierno que no solo es democrático, sino que vivió en carne propia lo que es la represión; porque, me consta, Nicolás fue un perseguido y un maltratado en la Cuarta República. Cómo es que ahora puede permitir semejante barbaridad. Y digo que fue muy torpe, porque al final pactaron con los manifestantes y les hicieron el aumento de salario. ¿era eso muy difícil? ¿necesitaban reprimir a unos manifestantes que solo intentaban hacer valer sus derechos?

Vuelvo atrás, es decir, al principio. Es verdad que, producto del bloqueo, el país ha sufrido un deterioro progresivo de su nivel de vida. Pero no es verdad que la situación esté de tal magnitud que no se pueda atender el reclamo de los trabajadores. Sobre todo, cuando se ve un derroche tanto en el alto gobierno como en la dirigencia del país, que en nada se parece a las necesidades que tenemos. Recordé las declaraciones de un boxeador cubano, cuando estando en México un periodista malicioso le preguntó que, si era verdad que en Cuba se hacía cola para comer helados, él respondió, "sí, pero todos comemos helados".

Estamos hablando de la salsa del pavo, que no la estamos usando para la pava. Porque de dónde entonces sacan esa vida suntuosa el alto gobierno y la dirigencia del país. Camionetas que valen 100 mil dólares, viajes, zapatos de 1.500 dólares. De dónde saca dinero un actor para restregarle a un portero que gastó en una noche 5 mil dólares, en un país donde el salario son 130 bolívares, o 6 dólares.

Las protestas de hoy día son producto de la arrechera de la gente que de la desesperación ya no sabe qué hacer y se tira a la calle como última esperanza. Es igual que todas las protestas que se hacen hoy día en el mundo: no tienen vanguardia, ni objetivos, solo esperan que les aumenten el sueldo y no perder sus beneficios. Allí intentan los oportunistas de siempre hace su caldo de cultivo, incluyendo a la incompetente oposición.

Lo que sí debería preguntarse el gobierno, y con mucha seriedad, es cómo se logra hacer semejante movilización, EN TODO EL PAÍS, sin recursos, sin dinero y sin dirección. Es un signo de que la arrechera y la desesperación ya no da para más.

Y, por cierto, es tan patética la actitud de los medios de comunicación, que este gobierno tiene la mayor cantidad de periodistas que jamás ha tenido gobierno alguno, pero el país no se entera de nada. Solo de lo que quiere el gobierno.

Caminito de hormigas…

"Mira Olmos, tu denunciaste el desastre de la Zona Educativa que ni siquiera tiene baño. Bueno, allí no han hecho un coño. La sigue dirigiendo una banda de malandros que lo único que hacen bien es maltratar a los educadores que van a hacer algún reclamo", me comentó una camarada.



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Rafael Rodríguez Olmos

Periodista, analista político, profesor universitario y articulista. Desde hace nueve años mantiene su programa de radio ¿Aquí no es así?, que se transmite en Valencia por Tecnológica 93.7 FM.

 rafaelolmos101@gmail.com      @aureliano2327

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