América Latina tiene el peor recuerdo de este sujeto que fue instrumento de una política genocida e imperial en Centroamérica
En el día de hoy, durante una audiencia para su ratificación como número 2 del Departamento de Estado en el Comité de Relaciones Exteriores del Senado, el señor John Negroponte ha arremetido una vez más contra el pueblo y el gobierno venezolano.
El señor Negroponte expresa que Venezuela representa una amenaza para el hemisferio, cuando en realidad, en una revisión superficial de su historial y conducta en nuestro continente, se puede concluir que el señor Negroponte es una real amenaza para la paz y la democracia.
América Latina tiene el peor recuerdo de este sujeto que fue instrumento de una política genocida e imperial en Centroamérica, conjuntamente con personajes como el señor Otto Reich y Luís Posada Carriles, terrorista que Venezuela reclama en extradición y que recibe protección de las autoridades estadounidenses. A finales de los años 80 una comisión parlamentaria dirigida por el ex senador John Tower, investigó los métodos utilizados en Centroamérica en el llamado escándalo de los Irán-Contra, donde estos personajes, entre otros, estuvieron directamente involucrados.
No es para nadie creíble en el hemisferio que se esté pensando en una nueva política para América Latina, cuando le toca dirigirla a sujetos como el señor Negroponte. Nos preguntamos entonces ¿Cuáles son las verdaderas intenciones de la administración Bush para Venezuela y América Latina?, cuando por un lado envían mensajes de diálogo y de querer cambiar la política, y por el otro, funcionarios como el señor Negroponte agraden de manera descarada, manteniendo la conducta imperialista e intervencionista de los años de la guerra fría.
A este historial macabro se le suma su fracaso reciente como ex embajador en Iraq y ex jefe de seguridad nacional de los Estados Unidos, lo cual lo coloca como responsable directo de las masacres que han ocasionado miles de muertos, hombres y mujeres del pueblo de Iraq y de jóvenes norteamericanos, en una guerra que es repudiada por el mundo entero y por más del 70 % de la opinión pública norteamericana como señalan todas las más recientes encuestas.
El gobierno de la República Bolivariana de Venezuela ratifica su repudio y rechazo a estas expresiones desesperadas e intervencionistas de la élite guerrerista e imperial que hoy gobierna los Estados Unidos, ante los cambios que los pueblos de América latina y el Caribe han asumido de manera soberana, rompiendo los lazos de dependencia que por décadas sometieron a nuestra región al atraso, la pobreza y la desigualdad.
