Es notable el vacío de información o equívoca interpretación, que de la nueva correlación de fuerzas en el planeta hacen los gobiernos suramericanos, como para que depositen algún grado de confianza en países de Europa Occidental o en el imperio. Nuestros mandatarios deben analizar la nueva alianza entre el gobierno estadounidense presidido por Obama, la Unión Europea representada por Gran Bretaña, Alemania y Francia, Japón y Canadá. Esta nueva alianza ha dividido el planeta entre estas últimas cinco naciones. En cada conjunto de la división, una de ellas ejercerá influencia y ejecutará la explotación de los recursos y mercados, pero las cinco se someten a la suprema autoridad imperial.
La alianza ocurre a partir de la crisis financiera que afectó al imperio, y que se extiende por todo el planeta. Ocurre sobre el descrédito moral de Estados Unidos y de las naciones europeas que lo han secundado, en las injustificadas guerras de Irak y Afganistán. Sin embargo, la alianza se precipitó, cuando por segunda vez, en cinco siglos, la América Latina y Caribeña se une, para luchar por su independencia frente al imperio estadounidense, como antes hiciera contra el imperio español.
Pero, y a pesar de la unidad suramericana, si líderes y gobernantes suramericanos y caribeños no revisan sus errores, algunos de los cuales son los mismos que cometieron nuestros libertadores, y que llevaron al sepulcro a la magna obra del Siglo XIX, en la repetición de esos errores se volverá a perder la independencia y soberanía de nuestro Continente.
Comparemos la gestión de Miranda, para obtener apoyo entonces del gobierno de Estados Unidos, y la insistencia actual del Gobierno Bolivariano de Venezuela, por una relación mutuamente beneficiosa con el Reino de España. De la misma manera que la confianza de Miranda fue entonces traicionada, la Revolución Bolivariana no logró, ni logrará, que España, ni ningún otro país de la Unión Europea, le concedan el más mínimo apoyo frente a la determinación del imperio yanqui, para restablecer su dominio sobre Venezuela y sobre su petróleo. Un error semejante comete Brasil, en su reciente acuerdo y compra de armamento a Francia. El gobierno brasileño parece ignorar, que el imperio y sus aliados acordaron, en el marco de la nueva alianza imperial, que Francia fuese el proveedor para Brasil.
Este análisis exige la consideración del aporte de Cuba y de la sabiduría de Fidel, al avance del proceso actual de independencia que libra América Latina y Caribeña; sin embargo, la convalecencia de Fidel, las circunstancias políticas y económicas que atraviesa Cuba y los sucesivos azotes que la Isla recibe del clima, han disminuido esa valiosísima participación.
Por graves que luzcan las circunstancias, tras la escalada amenazante del imperio sobre los venezolanos, que avanzará inevitablemente sobre todos los suramericanos y caribeños, lo peor que puede ocurrir es que nuestros líderes pierdan la serenidad y con ésta la capacidad para analizar los complejos acontecimientos que se suceden en la actualidad. En este trascendental momento, el camino de los sabios es escuchar a Dios. En Su Nombre… Patria, Socialismo o muerte… VENCEREMOS
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