Estados fallidos

La semana pasada terminaba de leer el libro “Estados fallidos. El abuso de poder y el ataque a la democracia” del ensayista y escritor Noam Chomsky, cuando me enteré de su visita a la ciudad de Caracas. Según la agenda establecida, vino a dictar algunas conferencias y, por supuesto, a reunirse con el máximo líder de la revolución venezolana y presidente constitucional de la república, Hugo Chávez Frías. Efectivamente, se dio el encuentro entre ambos en el Palacio de Miraflores y durante la entrevista Chomsky destacó con palabras precisas “lo emocionante es ver como en Venezuela se está creando este otro mundo y ver al hombre que ha inspirado este cambio”. De igual manera señaló que “…lo difícil es crear un mundo nuevo y diferente”.

Como vemos, son opiniones que brotan de los manantiales de la sabiduría. No se trata de una interpretación de caños secos o de los ríos sucios de la oposición, sino que es la voz de un gran investigador, de un crítico de las realidades del mundo y de un visionario que analiza la naturaleza, el poder y el funcionamiento de los estados y gobiernos. Precisamente, desde esos espacios de reflexión crítica es que nos advierte del peligro que representan los Estados Unidos de Norteamérica para la paz y la seguridad de las personas en América Latina y el resto del mundo.

Esto no es una exageración y coincidimos con Chomsky porque el imperio norteamericano es un depredador de las democracias en el mundo. Es un estado terrorista, traficante de armas y de drogas; es un estado asesino que aniquila pueblos enteros; es un estado invasor y saqueador, que se adueña de los recursos de los territorios invadidos; es un estado donde conviven dos sociedades, una de opulencia minoritaria y otra de miseria de una gran mayoría que va recogiendo las migajas regadas por el capitalismo. También es un estado fallido, según Chomsky, porque se consideran más allá del alcance del derecho internacional y padecen un grave déficit democrático. Esa es la verdad, y tomemos como ejemplos ilustrativos las resoluciones del Consejo de Seguridad de la ONU y otras medidas acordadas por la OEA contra el estado norteamericano. ¡Sorpresa! A ninguna le ha parado y sin detenerse en reparos, invade naciones y saquea sus recursos, aniquila pueblos enteros y mata a cientos de niñas y niños. Lleva la guerra por todo el mundo, practica el terrorismo en todas las escalas, corrompe gobiernos y aniquila las democracias. Sólo sobreviven aquellas que se ajusten o se amolden a los designios del imperio. Cualquier resistencia es una ya una excusa ineluctable para invadir y demoler las democracias opositoras o revolucionarias en este caso, que no acaten de manera automática su voz de mando.

La visita a Chomsky a Venezuela se produce en momentos de tensión y conflicto en América Latina, cuando vemos que de manera solapada el gobierno norteamericano entierra la democracia en Honduras y abre una posibilidad cierta para aniquilar la democracia venezolana, socavar la soberanía nacional y saquear los recursos energético de nuestro país. Por lo tanto, recomiendo a mis lectores la lectura del libro mencionado en las primeras líneas de este escrito y hacer sonar las alarmas de advertencia ante la clara señal de una futura agresión contra nuestro país por parte del imperio norteamericano y para lo cual el gobierno colombiano se ofrece como sepulturero.

*Politólogo.

eduardojm51@yahoo.es


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Eduardo Marapacuto


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