Desmantelando la Democracia

"Ésta fue una de las razones por las que la "desbaaztificación" provocó tanta ira; mientras los soldados rasos perdieron sus puestos de trabajo, junto con los maestros y médicos, a los que se les exigió que se uniesen al partido para avanzar profesionalmente, los oficiales baaztistas de alto nivel, muy conocidos por sus abusos contra los derechos humanos, fueron reclutados para imponer el orden en las ciudades y los pueblos".

El cambio radical de postura podría haber tenido algo que ver con un sondeo realizado en ese período por el Instituto Republicano Internacional, con sede en Washington. En él se preguntó a los iraquíes a qué tipo der políticos votarían si tuviesen ocasión. Los resultados supusieron una llamada de atención para los corporativistas de la Zona Verde: el 49% respondió que votaría a un partido que prometiesen crear "más puestos de trabajo en la administración". A la pregunta de sí votarían por un partido que prometiese crear "más trabajos en el sector privado", sólo el 4,6% respondió de manera afirmativa. Y la pregunta de sí votarían por un partido que prometiesen "mantener las fuerzas de coalición hasta que el nivel de seguridad sea bueno" obtuvo un 4,2% de respuestas afirmativas. En pocas palabras, si los iraquíes tuviesen la libertad de elegir el próximo gobierno, y si ese gobierno tuviese el poder real, Washington tendría que renunciar a dos de los principales objetivos de la guerra: el acceso a Irak para sus base s militares y el acceso total al país para las multinacionales estadounidenses.

Salim Lone, un diplomático de la ONU que estuvo en Irak después de la invasión, vio el momento crucial como la primera decisión antidemocrática de Bremer. "Los primeros ataques devastadores contra la presencia extranjera en Irak, por ejemplo, llegaron poco después de que Estados Unidos eligiese el primer cuerpo de mando iraquí, el Consejo de Gobierno (en julio de 2003); la misión jordana y, poco después, los cuarteles generales de la ONU en Bagdad volaron por los aires. Murieron muchísimos inocentes; la rabia ante la composición de ese Consejo y el apoyo de la ONU al mismo era palpable en Irak". Lone perdió a muchos amigos y colegas en el ataque.

Si la administración Bush hubiese mantenido su promesa de entregar rápidamente el poder a un gobierno iraquí surgido de unas elecciones, es muy posible que la resistencia hubiese permanecido reducida y contenible en lugar de convertirse en una rebelión extendida por todo el país. Sin embargo, mantener la promesa habría significado el sacrificio de la agenda económica que había detrás de la guerra, cosas que no iba a ocurrir nunca. Ésta es la razón por la que las violentas repercusiones de la negativa a la democracia en Irak por parte de Estados Unidos también deben considerarse una forma de blowback ideológico.

A medida que la resistencia fue aumentando, las fuerzas de ocupación respondieron con técnicas de shock: por la noche o a primera hora de la mañana, los soldados entraban por sorpresa en las casas a oscuras, linterna en mano, gritando en inglés (algunas expresiones las entendían todos: "hijo de puta", "Alí Babá", "Osama bin Laden"). Las mujeres buscaban a toda prisa un pañuelo con el que cubrirse la cabeza ante los extranjeros intrusos; a los hombres se les tapaba la cabeza con un saco y después se subían a camiones del ejército con destino a una prisión o un campo de detención. En los primeros tres años y medio de la ocupación, se calcula que 61.500 iraquíes fueron capturados y encarcelados por las fuerzas estadounidenses, por lo general con métodos diseñados para "maximizar el shock de la captura".

¡La Lucha sigue!



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Manuel Taibo


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