Definitivamente el títere que sacó el gobierno estadounidense, y sus secuaces venezolanos, no les ha dado los resultados esperados; cada día se viene achicando, como los enormes muñecos de plásticos utilizados para hacer publicidad, cuando los desinflan para guardarlos. Nos podemos imaginar las tremendas arrecheras de estos señores, cuando ven las gigantescas marchas en apoyo al proceso bolivariano, pero además la creciente consciencia antimperialista que se viene despertando, para contener los ataques bestiales de los que quieren arrodillar a un pueblo, al redoblar todas las medidas económicas, y para esto se vienen afincando en el instrumento más poderoso en las transacciones financieras: el dólar.
La última medida tomada, o anunciada por el gobierno estadounidense, por boca de John Bolton, es para poner a reflexionar a cualquier venezolano, que sienta al país en lo más profundo de su corazón. Con el mayor cinismo, sin que le quede nada por dentro–como decía el comentarista deportivo Carlitos González– lanzó otro dardo envenenado contra el corazón de la economía de Venezuela: el Banco central: "Me complace anunciar nuevas sanciones contra el Banco Central de Venezuela, destinadas a limitar las transacciones estadounidenses con este banco y cerrarle acceso a los dólares estadounidenses" como dicen en el llano: ¡corren o se encaraman!
Todas estas medidas en contra del gobierno de Nicolás Maduro, se han convertido en un verdadero recetario del criminal gobierno de Trump; aplaudidas y ejecutadas por un sector de la oposición venezolana, que no conforme con esto, piden casi a gritos, medidas más fuertes; porque antes la desesperación de no ver muy cerca el momento de sacar a Maduro, se convierten en unos energúmenos, que solo se tranquilizan, cuando están recibiendo las orientaciones de los encargados de impartir las directrices para seguir atacando despiadadamente al país.
Es casi imposible recordar la cantidad de ataques, robos, amenazas, y medidas planificadas, y ejecutadas desde Washington; así como parece difícil conocer los límites de la vileza de algunos dirigentes en el "exilio" entre ellos Antonio Ledezma, y Julio Borges, cuando repetidamente twittean en contra del gobierno –el único trabajo de estos traidores– demostrando una desvergüenza, propio de los que van a misa, y al rato se encuentran maldiciendo al que no comparte sus ideas políticas; por algo la opositora Patricia Poleo se pregunta: ¿De qué viven estos señores?.
Uno de los grandes sentimientos del hombre, es el amor por su patria, y eso se alimenta, cuando se defiende en cualquier escenario, a pesar de los grandes obstáculos impuestos por el imperialismo en el mundo, contra nuestro país, y sus dirigentes. El hermoso concepto de patria, lo podemos conseguir en un brillante, y visionario cuento del destacado escritor uruguayo Horacio Quiroga, quien dejó un valioso tesoro en sus escrituras. En el cuento (patria)* nos dice lo siguiente: "Cada metro cuadrado de tierra ocupado por un hombre de bien es un pedazo de nuestra patria. La patria es un amor y no una obligación."
¿A quién favorecen Borges, Ledezma, y los que se mantienen solapados? El gobierno estadounidense, cuando no los compra, los consigue de regalo al darle refugio a los vendepatria, al saber que se arrodillan sin importarles su tierra, hasta convertirlos en unos mercenarios contra su propia patria, y esa ayuda miserable, cobarde la utilizan los gringos, para tratar de cerrarle todos los espacios al gobierno de Nicolás Maduro, pero mientras exista enraizada en el corazón de los venezolanos, ese amor infinito por su terruño, no van a poder romper la resistencia. Todo esto viene estimulando en el mínimo rincón de nuestro país, alegres, y combativos movimientos enarbolando las banderas de la paz, la libertad, y la dignidad, donde se unen mujeres, y hombres con la fuerza del patriotismo, para defender el futuro de sus hijos; las verdaderas luces inextinguibles de la valiente tierra del Libertador Simón Bolívar.
Narciso Torrealba narciso_t_29@hotmail.com
*https://www.literatura.us/quiroga/patria.html
